Enviado especial a Paraguay
Kelme Argentina, la piel de Colón para salir campeón, diseñó un modelo alusivo a lo que será la anunciada "vuelta sabalera a La Olla". Es de color blanco y se estrena este martes, a las 19.15, en la Libertadores.
Enviado especial a Paraguay
Es imposible no hacer mención al campo de juego. Y no es que haya "miedo escénico" como alguna vez patentó Jorge Valdano, por más que este martes los 40.000 serán "de los otros", los azulgranas de Cerro Porteño, contra lo que parecerá apenas un puñado de 2.000 sabaleros con toda la furia. No se trata del Hernando Siles, donde la pelota no dobla. Es La Olla...La Nueva Olla de Asunción del Paraguay, ésa que conoció a Colón de una manera internacional única en la Final de la Sudamericana.
Siempre conservo una respuesta de Eduardo Domínguez, un día que estábamos haciendo un reportaje mano a mano, antes de viajar para esos partidos pandémicos y gloriosos en San Juan.
Le preguntaba al "Barba" si en caso de darse la estrella, como finalmente ocurrió el 4 de junio, podía tratarse de una revancha para los jugadores que estaban todavía en el plantel y habían perdido esa increíble final bajo la lluvia contra Independiente del Valle.
"El fútbol nunca te da revancha, siempre te da segundas oportunidades... que es algo distinto", me respondió el "Barba".
Parafraseando a Eduardo Rodrigo Domínguez, lo de este martes, con Colón y con jugadores de Colón que vuelven a pisar esta cancha, lo de La Olla este martes frente a Cerro Porteño será "una segunda oportunidad".
El "coucheo" debe haber bajado claro: hablar lo menos posible del escenario, pero terminó siendo imposible para algunos.
Retengo dos entrevistas exclusivas e íntimas, de más de una hora y para El Litoral, con dos actores decisivos de ese Colón finalista: el que atajó los penales y evitó los goles (Leonardo Fabián Burián); el que hizo los goles e hizo hacer goles (Luis Miguel Rodríguez).
Tanto "Cachorro" como "Pulga" me confesaron públicamente que no volvieron a ver ninguna imágen de lo que pasó esa tarde-noche en La Olla contra Independiente del Valle. Y que no tienen ninguna necesidad ni ganas de hacerlo; al menos por ahora.
Es imposible no caer en este campo, que Colón pisó por primera vez hace diez años, quedando eliminado de la Copa Sudamericana y con esos recordados graves incidentes (hubo hinchas sabaleros que quedaron detenidos en esta ciudad). Lo empezó ganando con gol de Gigliotti, pero Cerro lo dio vuelta con goles de Julio Dos Santos y Roberto Nanni. "Esa de octubre de 2012 era la vieja Olla, le faltaba el cerrado superior que hicimos después cuando surge La Nueva Olla; la que conoció Colón en la Final de la Sudamericana", aclaran. Y agregan: "Es el único estadio que se hizo con la mano de obra de sus hinchas y socios".
Cerro, enclavado en el humilde Barrio Obrero, crece en estructura. Está peleando el campeonato local con Libertad, viene de darle continuidad a "Chiqui" Arce en el banquillo técnico e invierte en el fútbol profesional de manera importante. Es el último campeón paraguayo, el del número 34 de sus vitrinas.
Su desafío es poder pegar el salto con un trofeo internacional, ésos que lucen en Para Uno donde está la casa de Olimpia. El jugador franquicia de Cerro Porteño 2022 se llama Marcelo Moreno Martins, goleador histórico de Bolivia y tercer anotador de Eliminatorias, detrás de un tal Messi y de Luis Suárez. Pero estará ausente (ver aparte). La prioridad, sin dudas, es la Copa Libertadores y este martes puntualmente será Colón: el sábado empató por el campeonato guaraní y cuidó a los titulares. Pudo trepar a la punta del torneo en Paraguay, pero se enfocó en la Copa y en los sabaleros.
¿Qué decir de Colón?: lo mejor, lejos, de la llamada "Era Falcioni" se vio en la Copa en el Cementerio. Por lo que hizo Colón y porque enfrente estaba un grande como Peñarol de Montevideo con 2.000 uruguayos gritando toda la noche.
Se lo vio compacto, combativo y con otra velocidad, juntando pases a lo loco. Equipo corto, pressing alto, pelota al piso. No debió sufrir y encontrar una "Joya" en el minuto final para ese 2-1 agónico y afónico.
Con jugadores reservados por el "Emperador" (arrancó con un equipo nuevo frente a Central en Arroyito), Colón vuelve a La Olla. No busca revancha, pero sí una segunda oportunidad. Busca un símbolo de paz: ni los incidentes del 2012 ni la tormenta del 2019 contra los ecuatorianos. Por eso pisará La Olla de punta en blanco, para que se vea su estrella dorada en Argentina y recordando de manera justa (esa es la idea de Kelme) a esos famosos "40.000" de aquélla pueblada sin igual que sigue haciendo ruido en esta ciudad, la casa de la Conmebol.