¿Cuál es el timbre del gol que va a tocar Gorosito?
Descartado el Conejo Benítez para el viernes por el desgarro, Pipo tiene tres opciones para reemplazarlo. Hay dos que son parecidos y el otro bastante diferente.
¿Cuál es el timbre del gol que va a tocar Gorosito?
Si algo no le falta a Gorosito, ahora, son variantes. Puede que en algunos puestos esté un poco más ajustado que en otros, pero hay sectores de la cancha en la que tiene para elegir. Y el lugar de centrodelantero es uno de ellos, máxime teniendo en cuenta que el esquema del técnico es el de jugar con una sola referencia ofensiva y volantes con mucha llegada, como ocurre con Galván (goleador del equipo), Botta y Batallini.
El primero que eligió Gorosito en este nuevo proceso, fue Santiago Pierotti. Duró un partido, el de Lanús por Copa Argentina en Junín. A Pierotti, Gorosito lo potenció en el torneo pasado, más allá de que hubo un antes y un después de su viaje a Italia para completar los trámites de ciudadanía. Pierotti no tiene las características de un delantero de área, pero esa función de segundo punta con un "9" de referencia le dio réditos. A él en particular, también al entrenador y al equipo en general, más allá del mal torneo que hizo Colón.
Conejo Benítez está lesionado y no jugará ante Central. Crédito: Manuel Fabatía
Se ganó el lugar el Conejo Benítez, que imprevistamente apareció por encima de Wanchope Abila (el goleador del torneo anterior) y de Javier Toledo, el delantero que llegó de la mano de Abbondandolo (con el visto bueno de Pipo Gorosito, como ocurrió en casi todos los casos).
Ahora, sin Benítez para el viernes, Gorosito tendrá que elegir. El Conejo mostró un grado interesante de entendimiento con Botta, el jugador más claro que ha mostrado Colón en el manejo de la pelota. Sus diagonales precisas y a tiempo, fueron advertidas y aprovechadas por el zurdo enganche, con lo cuál se empezaron a observar síntomas de una sociedad que estaba emergiendo pero que ahora quedará trunca en su progreso, justamente por la lesión del centrodelantero.
¿Qué tiene Gorosito para reemplazarlo?:
* 1) Apostar a un delantero como Wanchope, al que se lo debe abastecer de otra manera, sin esperar la misma entrega física que suele tener Benítez y que tiene un estilo de juego bien definido: el de jugar casi sobre el filo de la última línea defensiva del rival, a fin de capitalizar un pique corto, sin demasiado traslado y bien cerca del arco adversario.
* 2) Darle la oportunidad a un Javier Toledo que no ha tenido muchos minutos en cancha, que también es una referencia de área y que, cuando le tocó entrar, lo hizo para formar dupla con otro jugador de sus mismas características como Wanchope.
* 3) Creer en esa movilidad que tiene Pierotti para reinvertarlo en la posición de delantero, aún con el riesgo de resignar la presencia de algún jugador con mayores dotes de atacante pero a fin de priorizar otros aspectos en los que Pierotti podría sacar alguna ventaja sobre los otros dos.
Las tres opciones no están colocadas al azar, sino que reúne algún condimento de lógica o de posible preferencia para Gorosito. La derrota con Huracán no amerita un cambio de esquema, porque la idea futbolística – más allá de que no pudo desarrollarse en Parque Patricios – despertó signos claros de confianza en el técnico. Colón juega mejor, tiene una identidad, una idea y no creo que un resultado lo lleve a modificar demasiado. Por allí, deberá elegir entre Moreyra y el paraguayo Cardozo Lucena para ver quién se queda con el lugar del volante más retenido; y, obviamente, el reemplazo de los que están lesionados, con una complejidad: tres de los cuatro defensores titulares, se quedan afuera del partido con Rosario Central. En el caso de Delgado, por expulsión; en el de Garcés y Goltz, por esos desgarros que los marginarán, al menos, hasta el partido con Instituto.
Pero volviendo al tema del delantero centro, es posible que Pipo se incline finalmente por Wanchope. Es el que eligió como primera opción cuando debió sumar gente para buscar el resultado. Y es también el que, a priori, se presenta como la carta más llamadora del gol.