Sábado 23.4.2022
/Última actualización 16:51
A Colón le cuesta encontrar una figura sólida y convincente en su rendimiento colectivo. Le cuesta y mucho. Es un equipo que se debate en el terreno de lo discreto, sólo aportando algunos chispazos y dependiendo, como volvió a pasar con el Pulga, que luego se lesionó y generó honda preocupación, de algún brillo individual. De todos modos, con eso le bastaba para ganar y el resultado no estaba mal. Sin embargo, en el largo período de descuento que otorgó Pitana y que generó fastidio en los jugadores de Colón y en la gente, llegó el golazo de tiro libre que le dio a Estudiantes la chance de un empate que parecía lejano más allá de la escasa diferencia en el marcador.
Entre los errores groseros de Estudiantes en la salida y la capacidad y jerarquía del Pulga Rodríguez, se encargaron de justificar la ventaja parcial con la que Colón se fue al descanso al cabo del primer tiempo. En un partido que había sido bastante parejo, quizás con un leve pero casi imperceptible predominio sabalero, la confianza de los jugadores de Estudiantes para salir jugando de manera arriesgada e insegura desde el fondo, hizo que Colón robara dos pelotas y aprovechase la circunstancia para conseguir los dos goles.
Falcioni cambió el esquema y jugó prácticamente con tres puntas, más allá de que el esquema fue un 4-2-3-1. La dupla Lértora-Aliendro fue la iniciadora del juego, en tanto que Bernardi se paró bien por derecha pero dejando el carril para la subida de Eric Meza, mientras que el Pulga Rodríguez fue por adentro (detrás de Beltrán) y Farías se recostó por izquierda, más allá de que a medida que pasaron los minutos se fue liberando y apareciendo por distintos sectores de la cancha.
Imágenes de Colón vs. Estudiantes
El gran problema de Colón volvió a estar de mitad de cancha hacia atrás. Se ha convertido en un equipo inseguro, permeable. Hubo errores en la jugada del gol del paraguayo Morel, pero al margen de eso, no fue sólido el trabajo de los dos laterales y eso también se trasladó a los del medio.
Cuando el partido estaba empatado y la gente se impacientaba porque el equipo no lograba sacar ventaja sobre un rival improvisado y sin figuras, apareció el Pulga. Luego de una salida fallida de la defensa de Estudiantes, recibió la pelota por el callejón del “10” y abriendo el pie colocó un remate perfecto que se incrustó en el ángulo superior izquierdo de Portau.
Apenas iniciado el segundo tiempo llegó el imprevisto: la lesión del Pulga Rodríguez en la zona del aductor. Esa acción lo dejó afuera de la cancha y en su reemplazo entró Santiago Pierotti, un volante diferente, más mixto, de ida y vuelta y no sólo de ataque.
Exento de actitudes especulativas, el partido se hizo de ida y vuelta en el segundo tiempo. Eso lo convirtió en entretenido, a pesar de que el marcador no se alteró. Colón estuvo más cerca del tercero que Estudiantes del empate, aún jugando en un nivel discreto. Hubo jugadas mucho más claras frente al arco visitante, a través de algunos desbordes de un Meza que no paró de subir por el sector derecho, la potencia de Beltrán y la peligrosidad que le adicionó el ingreso de Wanchope Abila, promediando el segundo tiempo en reemplazo de Bernardi.
Colón quedó en ese segmento final con Moschión y Lértora corriendo gente en el medio (sector de paso para los dos), más Pierotti y los tres delanteros (Beltrán, Farías y Wanchope). Los merecimientos sabaleros para conseguir la victoria se hicieron evidentes, más allá de que el resultado se mantuvo inmóvil durante casi todo el segundo tiempo y generó algo de incertidumbre, no tanto por lo que insinuaba Estudiantes sino por lo exiguo del marcador.
Mariano Cuvertino El secretario de Gobierno de la provincia de Santa FeGalería Bica: Colón vs. Estudiantes
Colón mejoró algo en defensa en el segundo tiempo y ya Estudiantes no tuvo las mismas posibilidades ni tampoco los mismos espacios. Se ajustaron marcas y Burián pasó un segundo tiempo bastante tranquilo, a excepción de un remate, ya en tiempo de descuento, que debió contener bien parado junto al primer palo. No pudo “rematarlo” Colón al partido con un gol más, algo que se podría haber dado tranquilamente. En el final, Falcioni sacó a un extenuado Beltrán (de aceptable partido), ingresando Farioli en su reemplazo, mientras que Paolo Goltz ingresó en lugar de otro jugador que tuvo un despliegue físico incesante, como Facundo Farías. Restaba muy poquito para el final y sirvió no sólo para darle aire y piernas al medio y la defensa, sino para que los minutos adicionados por Pitana transcurran más rápidamente. O en todo caso, jugándose bastante poco. Pitana dio seis minutos y luego adicionó otros dos y allí llegó lo inesperado.
El final del partido era festejado. Colón llevaba siete partidos sin ganar en el torneo y era la primera victoria, en la Copa de la Liga, obtenida en su propio estadio (había conseguido sendos triunfos de local pero jugando en cancha de Patronato). Y en el caso de Estudiantes, la pérdida de un invicto de nueve partidos. Sin embargo, hubo un tiro libre como producto de una infracción que vio Pitana pero que no pareció ser, de Lértora, y lo remató Kociubinski con mucha maestría metiendo la pelota en el ángulo superior derecho.
Colón se quedó con las manos vacías cuando tenía casi todo para ganar el partido. No logró marcar diferencias claras en el resultado frente a un equipo improvisado que trajo Estudiantes, sin sus principales figuras. El hincha se fue enojado con Pitana y, quizás también, con el equipo. Colón tuvo la posibilidad de dar un salto para mantenerse con chances hasta el final, metiéndole presión a Boca. Pero la dejó escapar.