(Enviado Especial a Rafaela)
El primer tiempo fue claro dominador, pero en el segundo tiempo se sucedieron las ocasiones marradas y los sanjuaninos se animaron. Colón ganó bien, pero debió hacerlo por mayor amplitud y sin sufrir.
(Enviado Especial a Rafaela)
Que Colón es mucho más que Sportivo Peñarol, no caben dudas; que los sanjuaninos fueron dignos, también; el problema fue que Colón no tuvo contundencia y desaprovechó un sinfín de situaciones por no saber resolver frente al arco de Corti. Sólo por eso, permitió que los sanjuaninos se le acercaran en el resultado, de manera peligrosa. No era para terminar tan apretado. El primer tiempo fue muy serio y marcando diferencias; el segundo tiempo marcó un bajón en lo futbolístico, pero, sobre todo, la falta de oportunismo y contundencia impidió que Colón gane con mayor amplitud.
No hubo equivalencias en el arranque, algo que era previsible. Colón marcó claras diferencias en todos los aspectos. Y quizás el resultado parcial del primer tiempo le haya quedado corto para las distancias futbolísticas que hubo entre uno y otro equipo. Colón mostró mayor ritmo, llegó siempre antes a disputar la pelota y marcó también las diferencias de jerarquía. No sólo fue mezquino el resultado del primer tiempo, sino que los 24 minutos que demoró la llegada del primer gol (Wanchope Abila demostró adentro del área que tiene el arco entre ceja y ceja) resultaron una exageración. Y enfrente, Sportivo Peñarol hizo lo que pudo, tratando de mantener el orden del medio hacia atrás, con entusiasmo, poniendo muchas ganas pero resignado ante su inferioridad.
Buen partido de Vega, iniciador siempre de los avances, con un buen primer paso y moviendo la pelota de un costado al otro con precisión. No sólo eso, sino que también se animó a meterse entre el resto de los volantes y los delanteros, apareciendo por sorpresa en sectores defensivos del rival. Y por los costados, las sociedades que formaron Pierotti-Meza por derecha y Teuten-Farioli por izquierda, también le aportaron variantes a un Colón que se adueñó por completo del trámite del partido y que apenas sufrió en un error defensivo de Gallardo que no supo capitalizar Ozurak, quien recibió un centro de Varona y cabeceó de manera defectuosa.
Con Wanchope y Leguizamón jugando por adentro y con características, ambos, de centrodelanteros, en Colón se imponía el desborde por afuera y el centro buscando la cabeza de alguno de los dos. O bien el pelotazo para que alguno de ellos juegue de pivote para bajar la pelota y habilitar a alguno de sus compañeros.
El ritmo futbolístico y las diferencias que hubo en el primer tiempo, no se sostuvieron en el segundo. Primero, porque se adelantó 20 metros en la cancha el equipo sanjuanino, animándose un poco más; y segundo, porque Colón empezó a mermar en el ritmo y en el aporte futbolístico que le daban, por ejemplo, Farioli y Pierotti en el primer tiempo. Farioli se cansó de superar a Paredes, hasta que el que se cansó fue el volante por izquierda que puso Falcioni. Y lo mismo pasó con Vega, ambos (Vega y Farioli) de buen partido pero con un declinar en el segundo tiempo que el equipo lo sintió.
A todo esto, Falcioni se mentalizó en dejar en la cancha a los mismos durante el mayor tiempo posible. Cambió cuando vio que el partido se le complicaba, a mi entender innecesariamente. Entraron Lértora, Aliendro y Bernardi para darle aire y respiro al mediocampo; y también cambió a los puntas. Cuesta entender, si no fuera por la falta de contundencia para aprovechar las situaciones que se crearon (que fueron muchas), el resultado tan apretado que tuvo el partido. Colón mereció ganarlo con amplitud, pero terminó padeciéndolo más allá de que en ningún momento fue superado por el rival, pero lo estrecho de las cifras hizo que el sufrimiento se haga presente hasta el final del partido.
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Era un partido para sacar conclusiones, sobre todo en los rendimientos individuales de algunos jugadores. Ver por ejemplo si Goltz ya está para meterse en el equipo; si Meza (pisó mucho el área pero no siempre terminó bien las jugadas) le puede discutir la titularidad a Sandoval; si Teuten es una buena alternativa; si Vega o Farioli hacen méritos para que el técnico los tenga en cuenta o si Wanchope Abila ya está para jugar 90 minutos.
Mientras tanto, ganó pero sin marcar en el resultado las diferencias que hubo en el trámite. La falta de contundencia fue el principal factor. Situaciones de gol, sobraron; lo que faltó fue oportunismo, “punch” a la hora de la definición. Y no permitir que un equipo inferior se le anime, como se le animó este digno Sportivo Peñarol.
Goltz dijo que en junio se quiere ir
“No es una queja, yo vine acá con otro entrenador, no le reprocho nada a Falcioni, él trajo otro jugador para que juegue en esa posición y está bien, está en su derecho. Yo quiero jugar, porque son los últimos tiempos de mi carrera y necesito jugar. En junio voy a evaluar qué hago, porque lo que quiero es jugar”, dijo Paolo Goltz luego del partido.
El defensor sabalero, que fue pieza clave en la obtención de la Copa de la Liga y más allá de que no estuvo en los partidos finales, por lesión, sorprendió con estas declaraciones efectuadas apenas terminó el partido en Rafaela.