Colón volvió a ganar a los "ponchazos": 1-0 ante Deportivo Morón
El gol lo hizo Talpone en el momento en el que Morón se había quedado con uno menos por expulsión de Lazza. El rendimiento sabalero fue muy flojo durante todo el partido. Aprovechó la fecha, pues ahora quedó tercero y a dos puntos de Chicago y Gimnasia de Mendoza, que son los punteros.
El festejo de Talpone junto a sus compañeros tras su agónico gol. Crédito: Manuel Fabatía
Colón volvió a ganar a los “ponchazos”, como ante los mendocinos, sobre el final y jugando mal, sin fútbol, sin juego colectivo, con rendimientos individuales bajos y con un “menjunje” de cambios de posiciones y modificaciones de nombres que tornan muy inestable el momento futbolístico. ¿Por qué?, porque se ganó y nada más, porque el equipo no juega bien, le cuesta retomar el nivel de las primeras 15 o 20 fechas del torneo y los permanentes cambios que viene haciendo De Paoli no lo mejoran, más allá de estas dos victorias casi calcadas que logró como local, sobre el final, jugando mal, con empuje, ganas y casi nada de fútbol.
Fue decepcionante el primer tiempo de Colón. Los silbidos de la gente coronaron 45 minutos en los que el equipo no mostró nada, no produjo nada y ni siquiera generó jugadas de peligro. Apenas con orden y buen retroceso defensivo, el muy mediocre Deportivo Morón le cerró los caminos. O mejor dicho, Colón se los cerró solo. Arrancó con Talpone abierto por la derecha (totalmente perdido en la cancha hasta que De Paoli lo mandó a jugar al centro de la cancha), Prediger de volante central y Farioli intercambiando posiciones con Soñora, pero sin formar esa sociedad de la que pudiera surgir algo de fútbol.
Cuando Prediger fue obligado a salir de la cancha por un fuerte golpe a la altura de su hombro derecho (entró Forneris en su reemplazo), Colón no había llegado nunca al arco de Rojas. Apenas un cabezazo de Antonini en un tiro libre de Farioli y un remate violento desde afuera del área de Lopes (jugó de marcador lateral derecho) que fue rechazado por Rojas.
Muy poco. O mejor dicho, nada de Colón. Escasez total de fútbol, jugadores que no encontraron nunca la posición en la cancha, mucha rigidez, nada de frescura y ausencia absoluta de sociedades que armaran juego en el mediocampo. Adelante quedaron Neris y Rossi, aislados, sin fabricarse espacios, sin posibilidades adentro del área y absorbidos por la marca de los centrales rivales y por ese ya explicado buen retroceso que tuvo Deportivo Morón, que tuvo en la media vuelta de Bracamonte que rechazó Vicentini a un costado, la jugada más clara de un primer tiempo que se consumió con muy poco fútbol y esos silbidos que reflejaron el descontento justificado de la gente por el flojísimo trabajo de Colón.
El partido siguió el mismo trámite que aquel frente a los mendocinos de Gimnasia. De Paoli trató de remendar su fallida formación inicial y modificó todo el sector derecho. Herrera y Garrido a la cancha por Antonini y Soñora. Ya Talpone había pasado al centro del terreno y allí se ubicó junto a Forneris, abriéndose Farioli por izquierda. Luego, Toledo entró por Rossi y el pibe Taborda por Farioli para volver a cambiar posiciones y Garrido se fue a jugar por la izquierda, donde se armó un tándem con Castet, que subió en casi todas las jugadas de ataque.
Escaseaban las ideas y el ataque de Colón se hacía repetido, con muchos pelotazos para que Neris y Toledo se las arreglen arriba. Sin fútbol, la cuestión era tirarla para adelante o meter centros. No había nada de estética ni de juego colectivo, sólo empuje y a los “ponchazos” para tratar de aprovechar algún error. Hasta que Lazza (que había entrado en el segundo tiempo) le fue muy mal a Taborda (le metió un rodillazo a la altura de la nuca en una pelota de aire), el árbitro lo echó y de ahí vino la jugada del gol. Que fue al estilo de lo que propuso Colón en el partido: confusa, con Talpone que parecía perder la pelota pero luchó, la trabó y fue a buscar el doble toque de los jugadores de Morón adentro del área que no hicieron más que habilitarlo para que remate desde muy cerca en forma violenta y dejando sin chances a Rojas.
Se sufrió muchísimo en el final y Colón terminó pidiendo la hora desesperadamente. Primero fue Arciero con un remate que iba con destino de red y rebotó en un compañero, pero la más clara fue la de Vaquero, que capturó una pelota adentro del área, desde más cerca que el punto del penal y quiso colocarla a un costado pero le entró muy abajo y la mandó por encima del travesaño. Con 10, Morón casi empata en un final dramático, que terminó en el lógico festejo por un triunfo que reposiciona a Colón en la tabla, ratificando su fortaleza como local pero acentuando sus grandes defectos futbolísticos que lo deslucen y lo complican.
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