(Enviado especial a Mendoza)
Godoy Cruz fue superior e hizo figura al arquero sabalero, al que lograron vencer cuando faltaban cinco minutos para que termine el partido. Colón tuvo situaciones de gol, pero fue menos que su rival y cayó 1 a 0.
(Enviado especial a Mendoza)
Hasta el cabezazo de Pier Barrios contra el piso que motivó una notable atajada de Nacho Chicco, Colón y Godoy Cruz se habían repartido las situaciones de peligro. Siempre dio la impresión el local de tener más argumentos para el manejo de la pelota –algo difícil en un campo de juego tan malo- sobre todo por la buena salida que tenía a través de Juan Andrada y la sociedad que se armaba con el Indio Fernández y Ramírez. De todos modos, Colón había aportado lo suyo en ese pasaje inicial, con un par de llegadas que desnudaron algunas falencias defensivas en el local. Agrupando gente de mitad de cancha hacia atrás, Colón priorizaba el orden para defender y que el rival no lo encuentre mal parado.
Si de algo se cuidaba (o trataba de capitalizar) Godoy Cruz era de la subida de los laterales, por eso lo tiraba a Ramírez por derecha y a Conechny por izquierda para que tapen la subida de Meza y Teutén. La imagen visual era la de un equipo que jugaba con tres delanteros, pero, en realidad, el objetivo fue el de controlar la escalada de los marcadores de punta, sobre todo de Meza, que cuando se desprendía del fondo se convertía en el jugador con mayor sorpresa.
En la primera media hora fue muy poco lo que produjo Colón. Sin claridad en el juego, apostó al pelotazo largo para los dos delanteros y la concentración de los volantes para ir en búsqueda de la segunda pelota. Neris y Benítez corrían a buscar el pelotazo, yendo contra los centrales y cuando llegaba el rechazo apurado, aparecían los volantes para capitalizar ese rechazo defectuoso. Poco, pero suficiente en un trámite sumamente discreto (siendo generoso) para que el partido parezca controlado.
En medio de ese partido anodino e inexpresivo, apareció un contragolpe de Godoy Cruz que protagonizó primero Allende y que siguió en Tadeo Ramírez, que hizo pasar de largo a un defensor y fusiló a Chicco, que a lo “Dibu” Martínez tapó el remate con el pie y justificó el rótulo de figura de Colón. Pero en la réplica sabalera llegó una escapada de Pierotti (el más peligroso), que terminó con un remate que pegó en el poste izquierdo del Ruso Rodríguez y, enseguida, un centro de Teutén que de manera increíble cabeceó Neris afuera.
Más allá de que las dos atajadas de Nacho Chicco fueron clave y lo ubicaron como figura sabalera, Colón dio la impresión –con poco- de ser peligroso para Godoy Cruz. Le faltó más seguridad a Julián Chicco en el manejo de la pelota, algo que no se terminaba de consolidar por el mal estado del campo de juego, que afectaba a los dos y deslucía el trámite del partido. Igualmente, se las ingeniaron para tener jugadas claras para abrir el marcador, dos por cada lado al menos, cosa que finalmente no se concretaron y se fueron al descanso con el empate en blanco.
Les costaba mucho –a los dos- escaparle a la tremenda mediocridad. Pocas ideas, casi nada de creatividad, un talento ausente y limitaciones al por mayor. Hasta que llegó una jugada en la que el VAR observó una mano luego de que Godoy Cruz llegue al gol luego de un cabezazo de Allende y en el que Conechny quiso intervenir con su rodilla y la pelota le pegó en la mano. Y en la salida, quedó mano a mano el Conejo Benítez y tapó el Ruso Rodríguez. Con poco fútbol, los dos se las ingeniaban para tener situaciones de peligro, sin poder quebrar el 0 a 0.
A los 20 minutos, Saralegui puso a Picco por Julián Chicco y provocó el debut del paraguayo Arrúa por un intrascendente Joaquín Ibañez. Ya antes, Flores había colocado a Meli (un juvenil del club) por Galdames y después a Arce y a Salomón Rodríguez, que fue bien de punta para intentar darle lo que no había logrado Allende en la posición de centrodelantero. Y enseguida tuvo una clarísima situación empalmando una pelota aérea con muchísima violencia y otra vez apareció Chicco para desviar en forma extraordinaria.
Con la entrada de Arrúa, Pierotti se fue a la izquierda y el paraguayo quedó parado por la derecha, pero abriéndole el espacio por afuera a la subida de Eric Meza, que empezó a animarse un poco más. El cero no se rompía y el partido, futbolísticamente hablando, no mejoraba, pero la sensación que había era que cualquiera podía llegar al gol, aún con esas carencias, porque las situaciones no escaseaban.
Faltando menos de diez minutos, Saralegui sacó al Conejo Benítez y apostó a que la frescura de Tomás Galván pudiese complicar a un Godoy Cruz que estaba más adelantado pero no tenía precisión en los metros finales, al margen de encontrarse con un Colón concentrado en defensa e Ignacio Chicco que parecía imbatible, pero en la primera pelota que tocó, Ulariaga apareció por el sector izquierdo de la defensa sabalera, remató y el balón se desvió en Goltz y dejó sin chances al arquero.
Estaba para cualquiera, más allá de que es incuestionable la victoria mendocina porque Godoy Cruz generó situaciones más claras y sufrió la gran actuación de Nacho Chicco, hasta que faltando cinco minutos lograron vencerlo. Colón tuvo lo suyo, más allá de que le costó superar en el trámite a Godoy Cruz. Pero le faltó eficacia para definir. Y lo perdió bien. Un comienzo de campeonato que preocupa, no sólo por los resultados sino también por un nivel de juego que no conforma.
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