Colón: un comienzo que ilusionó con un final que defraudó
Luego del descenso, Colón intentó en este 2024 una rápida vuelta, tal cual lo pudo hacer en 2014 cuando le había tocado transitar por el certamen de ascenso. Empezó muy bien, pero no pudo superar nunca el lógico bajón y fue eliminado antes de tiempo.
El presidente de Colón, Víctor Francisco Godano, muestra el carnet de socio del club de Sebastián Prediger, el día de la presentación de Iván Delfino como entrenador del plantel. El comienzo fue muy bueno, pero luego todo se fue apagando. Foto: Pablo Aguirre
El descenso fue un golpe duro. Esta comisión directiva debió asumir la conducción de un club en la categoría inferior, casi nada de recursos y casi nada de plantel. El desbande que se produjo luego de la derrota ante Gimnasia en Rosario, dejó una situación muy desventajosa en comparación con el resto. Sin embargo, con la contratación de Iván Delfino y la rápida llegada de futbolistas (varios de ellos terminaron jugando muy poco o casi nada durante el año), se logró armar un equipo que dio respuestas rápidas y positivas. Parecía que iba todo bien.
Ese empujón inicial provocó que Colón tuviera una largada estupenda. Se convirtió en el mejor equipo, el más eficaz. Le bastaba un rato de buen fútbol para ganar partidos. Goltz y Lopes le daban solidez a la defensa, Prediger demostraba que la categoría le quedaba chica (más allá de que le costaba terminar los partidos desde lo físico), Jourdan y Lago eran dos "flechas" que abrían la cancha y también los arcos rivales (fueron los goleadores de Colón durante un largo tiempo) y quizás le estaba faltando más contundencia de parte de los delanteros. Esto último terminó siendo uno de los principales déficits. Toledo, Leguizamón, Sandoval, Axel Rodríguez y luego Rossi no pudieron amigarse con la red y en 39 partidos de permanencia en la categoría, Colón no pudo hallar un verdadero artillero.
Delfino, gran conocedor de la categoría, advertía sobre varios aspectos. "Vamos a tener un bajón y debe durar lo menos posible", decía. Y agregaba: "Hay que llegar bien perfilado a octubre". El bajón se dio y duró mucho, no lo pudieron frenar ni Delfino ni De Paoli ni Osella. El mercado de pases fue defectuoso. Llegaron jugadores, pero ninguno dio respuestas contundentes. Y si se hacía un buen mercado de pases o se acertaba en la decisión respecto de los entrenadores, quizás la historia cambiaba.
Pero no pasó. Y a octubre, Colón llegó verdaderamente maltrecho, lleno de dudas, con un nivel futbolístico que nunca se pudo remontar desde el mismo momento en que se inició el declive, perdiendo partidos de manera inesperada y absurda (por ejemplo, de local ante Brown de Adrogué, luego descendido) y así se llegó a un final con aroma a fracaso. Había sido el equipo con mayor presupuesto, con chapa de Primera y con un título de campeón en la máxima categoría todavía "caliente" porque apenas transcurrieron tres años de aquel logro.
La imagen de la derrota del final, a pesar de que el partido con All Boys terminó empatado. Por la ventaja deportiva, el albo siguió en carrera y Colón le puso fin al año en forma tempranera. Foto: Matías Napoli
Los problemas internos no supieron resolverse con rapidez y eficacia. Se fue Sabella, que en su momento motivó a Delfino esta frase: "Sabella juega y hace jugar al equipo". Y De Paoli, de efímero y negativo paso por la conducción técnica, admitió al irse que "estábamos tratando de solucionar las cuestiones internas", prueba elocuente de que el asunto tardó en resolverse.
La ilusión del rápido retorno quedó pulverizado antes de empatar con All Boys en Floresta. En el equipo aparecieron Forneris, Taborda, Yossen y Yunis, que son juveniles que no se contaban en el comienzo del torneo. Fue más por necesidad que por convicción. Y ni qué hablar de un jugador como Garcés, último capitán en Primera, que se terminará yendo libre el 1 de enero en una situación que vino de arrastre, que esta comisión no pudo modificar y que significó una baja importante en lo futbolístico y una pérdida desde el punto de vista patrimonial.
Empieza ahora otra etapa. Se tomaron decisiones y se formuló un esquema de trabajo distinto, con un gerente deportivo, un secretario técnico, entrenadores sin experiencia pero con fuerte ascendencia por su pasado en la institución, un plantel que se reducirá, un presupuesto que se achicará y la inserción de jugadores de las inferiores para que tengan, de entrada, un lugar en el plantel. Es otra fórmula, otro intento que tiene el mismo objetivo: devolver a Colón a la Primera División.
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