Nada nos deja más en soledad que la alegría si se va. A pesar que trajo el regalo más lindo de toda la historia, en esta Navidad no pasará Papá Noel en Colón. La estrella ya está colgada en la parte alta del arbolito para todos los tiempos, pero el tipo que la bajó la Vía Láctea se fue a dormir antes de las doce campanadas y de las doce uvas. ¿Raro?. "Somos Colón, un club donde nunca te aburrís porque siempre nos pasa algo", me dice mi amigo sin nombre.
"El número total de estrellas en el universo es mayor que todos los granos de arena en todas las playas del planeta Tierra". La afirmación proviene del astrónomo estadounidense y maestro del universo Carl Sagan, quien la formuló en su programa de televisión "Cosmos", un éxito masivo en los años ochenta. A pesar que el cálculo es casi infinito con la cantidad de estrellas, Colón no tenía ninguna. Hasta ese 4 de junio que cambió para siempre el curso de la historia en el fútbol de esta comarca.
Para calcular cuántas estrellas hay realmente en toda nuestra galaxia se utilizaron sus datos para construir un gran modelo tridimensional de la Vía Láctea. "El primer conjunto de datos que recopiló Gaia mostró un poco menos de 2.000 millones de estrellas. Pero eso es solo el 1% de las estrellas en la Vía Láctea", le dijo Gilmore a la BBC. Si 2.000 millones de estrellas representan el 1% del total, podemos calcular que hay unas 200.000 millones de estrellas en total en nuestra galaxia.
¿Increíble no?: millones de estrellas en el mundo y, sin embargo, el que le dio la primera de todas y la más linda de todas se fue a dormir sin brindar donde Dios obligaba: era acá, en este club, en esta ciudad, con esta gente, con estos jugadores, con estos dirigentes. Nunca más el Papá Noel de Colón usará "Barba". En las últimas horas, Eduardo Rodrigo Domínguez le aseguró al presidente José Néstor Vignatti que no seguirá siendo el técnico de Colón.
Tenés que leer"Con Facundo queremos quedarnos a jugar la Libertadores con Colón"Justo por estas horas que está cumpliendo años el viejo y querido Rosario Central, voy a citar dos veces en mi crónica al "canalla" Roberto "Negro" Fontanarrosa, a quien conocí y entrevisté en 1998, en Tolouse, Francia, en la puerta de la casa donde nació un tal Carlos Gardel.
"Sólo dos veces mi mujer me despertó antes de las diez de la mañana: una fue cuando me dijo: "invadieron las Malvinas". Y la otra: "Diego firmó para Newell's". Dos catástrofes", explicó el "Negro", que le habría deslizado "No quiero leer la noticia de Maradona en la vereda de enfrente, dejáme dormir sin parar hasta mañana". Hoy acá, en Santa Fe y en el Mundo Colón, pasa lo mismo: nadie quiere leer la noticia de EL Litoral. "Eduardo Domínguez no dirigirá más a Colón: se lo dijo a Vignatti".
A esta altura poco importa el motivo (los opinólogos tienen las mil y una versiones). Se fue, ya fue. ¡Qué loco no???!. Se fue el tipo que se quedó para siempre. Rumores, chismes, trascendidos, puteríos. Recuerdo mis inicios en LT 9, en los '90: salón dorado, piano y una frase de Carlos Larriera: "Mirá nene, si fuera cierto lo que la gente dice las alcantarillas de Santa Fe estaría llenas de..." (alguno podría completar la frase). En la ciudad de la furia y de la chusma, todos tienen su propio Watergate. Insisto, a esta altura, de nada vale.
Como Eduardo Rodrigo Domínguez aprendió y está perfeccionando su francés, se dirá hoy en Santa Fe una sola frase este 24 de diciembre de 2021: "El Rey ha muerto, ¡Viva el Rey!". Hasta el peor de los incrédulos debe abdicar ante la confesión de parte sin exigir pruebas.
Si la noticia del no es dura, imaginen el después, esa idea de "rey muerto, rey puesto". Era como plantearnos, cuando íbamos a la escuela, ¿cómo se mejoraba un "10" en la libreta de calificaciones?. No había manera, no se podía. Hoy, en esta Navidad, hay que auto-ayudarse: hay vida sin Domínguez en Colón. La pregunta es "¿con quién?".
Tenés que leerEn La Plata ya reconocen que Colón llamó al "Pulga": ¡hay cláusula de salida!Vignatti, acostumbrado a las peores tempestades en alta mar, el timonel ya busca el nuevo destino. Arrancó la cacería y este Colón navega buscando el mejor puerto para seguir amarrando sueños de fútbol. Que no será fácil, seguro. El tema es que no sea imposible.
"Aunque no lo crean, no es todo guita. A muchos DT de nombre y peso, les da miedo agarrar ahora Colón, después de salir campeón", se escucha en el ambiente futbolero argentino. Es que Domínguez dejó la vara muy alta, cerca del techo, acariciando las estrellas. Y bajando esa soñada estrella en la noche de San Juan, el 4 de junio y en el peor momento de la pandemia.
Domínguez, que hizo historia en serio, ya es historia en Colón. La más linda de todas las historias, la mejor de todas las novelas de amor. Desde aquél Corín Tellado hasta este Netflix de nuestros días. Pasó lo que nadie pensó que podía pasar, con el imán de la Copa Libertadores 2022 pegado en la heladera. La noticia que nadie quería leer, ver ni escuchar. Y justo en Navidad, donde la sensibilidad llega en trineo.
Dije que iba a tributar dos veces al "Negro" Fontanarrosa. Para entender lo que le pasa hoy a cualquier hincha de Colón con la salida de Eduardo Domínguez, vale su frase maradoniana: "Qué me importa lo que hizo (el "Barba" Domínguez) con su vida...importa lo que hizo con la mía". La cambió para siempre. Por los siglos de los siglos. Podemos ir en paz.