"Somos Colón y estas cosas no deben pasar", dijo Delfino en medio de su manifiesto fastidio por lo que ocurrió el domingo en Santiago del Estero, donde tuvo todas las chances para ganar y y no pudo. Poca respuesta de los que entraron y un penal marrado que fue la frutilla del postre.
Hay enojos que son momentáneos y otros que tardan en sanar. No cicatrizan con rapidez. El del domingo en Santiago del Estero pertenece a estos últimos. Y se focaliza, sobre todo, en Iván Delfino. Todavía debe lamentarse el entrenador de Colón ese empate con sabor a derrota. Y seguirá sin entender algunas cosas que pasaron en un segundo tiempo que dejó marcas, secuelas sobre las que Delfino se fundamentará para hablar seriamente con sus jugadores.
Es cierto que Delfino sabe, interiormente, que Colón ganaba 2 a 0 por su contundencia en el primer tiempo. Pero como gran conocedor de la categoría, también sabe que los deberes se estaban haciendo correctamente. Como alguna vez expresó, "habrá partidos que se jugarán como quiere Colón y otros que saldrán como quiere el rival". Y el del domingo, en cuanto a las características, era un partido como lo quería Mitre. Luchado, friccionado, de mucho despliegue y marca, pocos espacios y, en consecuencia, escasas chances de manejo fluido de la pelota.
Pero lo ganaba bien Colón. Posiblemente, algo exagerado en la cifra. Pero bien. Hasta que el equipo declinó, Mitre empezó a "prepotearlo", a llevárselo por delante en base a entusiasmo y centros y Colón no tenía, desde el banco, las respuestas necesarias para frenar al rival o para liquidar el partido.
Delfino habló de "individualismo". No dio nombres. Tampoco me imagino puntualmente hacia dónde apuntó. Si fue contra uno, contra varios, por alguna jugada puntual o por más de una. Pero ese pecado lo pudo haber llevado a no organizar una sola jugada de contragolpe para aprovechar ese adelantamiento masivo de un rival que hasta parecía desbocado a la hora de atacar. Lo consiguió después del gol de Castro desde afuera del área (¿pudo responder mejor Vicentini?) y se originaron allí dos jugadas claras de gol en un par de minutos, una de ellas con el penal que Penel le cobró a favor en la última jugada del partido y ya en el descuento.
Ese es otro tema: el del penal. Los técnicos suelen señalarle a sus jugadores que "patea el que se tiene más confianza". No fue el caso. Afuera Axel Rodríguez por no estar en la cancha, el encargado de patearlo era Toledo. Además, le hubiese venido bárbaro a un delantero que todavía no marcó goles en este torneo y que en Colón hizo uno en la Copa de la Liga pasada (el 1-3 con Vélez de la última fecha, el 25 de noviembre). ¿Qué mejor oportunidad que retomar confianza convirtiendo el penal que, además, le iba a dar los tres puntos al equipo?, ¿qué pasó para que "permitieran" que Bruno Juncos, de muy poco peso específico hasta ahora, asumiera la responsabilidad? Sin dudas que hubo una cadena de mando vulnerada. Juncos desoyó la orden del técnico, también lo hizo Toledo, no se pudo imponer Goltz (que había quedado como capitán en ese momento luego de la salida de Prediger) y todo eso llevó a que se agrave el cuadro de situación.
¿Y si Toledo erraba?... Erraba... Nadie le iba a reprochar algo extra que no vaya más allá de una mala ejecución del penal. No era un partido que el equipo ganaba 3 a 0 para que lo ejecute alguien que no estaba designado, pero a sabiendas de que hacerlo o errarlo no iba a cambiar el resultado del partido. Así pasó con Leguizamón, en el cierre de la goleada ante Patronato. Había entrado hacía un ratito y le dieron para que ejecute el penal. Y lo hizo muy bien, convirtió y Colón terminó 4 a 0. En este caso, hacerlo o errarlo era llevarse todo o "casi nada".
Más allá del enojo, es bueno saber también que Delfino es el primero en entender lo que está dirigiendo y lo que se juega. El dice que el torneo es largo y que no necesariamente hay que empezar bien, sino que es fundamental que se termine bien. Pero en ese "mientras tanto", la realidad es que un equipo que es candidato no puede tolerarse otro partido como el del domingo, con una "cena que estaba servida, se la dejó enfriar y luego no se pudo disfrutar".
Copa Argentina
Todavía no está confirmada la fecha de realización del partido con Los Andes por Copa Argentina. Hay muchas chances de que sea en la semana del miércoles 10 o jueves 11 de abril. La sede sería la cancha de Patronato o la de Atlético de Rafaela (tampoco está definida). Por lo pronto, lo único confirmado es que el lunes recibe a Gimnasia y Tiro de Salta a partir de las 21.45 en el Brigadier López.