Fue tan terrorífico lo de la defensa de Colón en el complemento, con Goltz de abanderado, que no quedaron ni ganas de protestar por las dudas que generó el VAR en el penal del pibito Nardelli. Así, como lo hizo Colón en el complemento, no aguanta ningún equipo del mundo. Ni por la Liga ni por la Copa. Ya no depende del rival de turno. Da lo mismo que sea Aldosivi o que venga Peñarol: es Colón contra Colón.
Si bien "cuidó" de entrada a tres titulares "fijos" (Garcés, Delgado, Pulga), Colón se llenó de dudas antes del esperado debut copero del martes en el Cementerio de los Elefantes. Perdonó con caridad universal en el área de enfrente y jugó a la ruleta rusa en el área propia. El jugador más profesional en defensa cometió errores de principiante. Simple: los rifó enfrente y los regaló en su área.
Estaba claro desde el vamos que si algo le "sobraba" al Colón del "Emperador" Julio César Falcioni en estas fechas iniciales era "liga", más allá que siempre se lo notaba al equipo mejor en la tabla que en la cancha. Pero entre el clásico entero contra Unión (amplia figura Mele) y los primeros 45 minutos contra Aldosivi de Mar del Plata en el Cementerio, ese plus de fortuna quedó enterrado como si fuera uno de los tantos elefantes.
Es que si no fuera por el VAR (Video de Asistencia al Robo), nunca Aldosivi hubiera molestado a Burián en esos primeros 45 minutos. Del otro lado, para poder levantar un 0-1 absurdo, ridículo, fabricado e injusto, el dueño de casa debió ejercer la tenencia de la pelota, buscar siempre, abrir la cancha (un infierno Meza por derecha pero creciendo Teuten por izquierda), usar el buen momento de Aliendro, los movimientos interesantes de Facu Farías y la racha goleadora de Beltrán, que empieza a ganarse un lugar por encima de los "peso-pesados" que estaban en el banco ("Pulga", "Wanchope").
Un equipo trabajando para llegar al gol, el otro equipo llegando al gol por robo. "Esto será así de ahora en más, complicado para todos", me intentaba explicar un ex juez de primer nivel en Argentina ante la consulta de Santa Fe.
¿Qué pecado capital puede cometer un jugador que se cae de cabeza arriba de la pelota?. Claramente la toca por accidente físico, no por decisión. ¿Qué riesgo evita Nardelli?. Todas esas preguntas, ustedes (hinchas) y nosotros (comentaristas) nos hicimos en el minuto once y pico.
"El kilombo lo arma Lamolina porque no la ve a la jugada y marca tiro de esquina. Entonces el VAR le debe decir, hubo una mano, andá a mirarla y juzgala. Si él hubiera visto la mano y hace la seña de nada, el VAR no lo llama; en este caso Vigliano desde Ezeiza. En cuanto a las cámaras, la de adelante muestra que se la lleva; la de atrás no", explica un especialista a El Litoral.
¿Qué sanciona, en definitiva Lamolina, viendo el televisor de cancha en el Brigadier López?: "Mano en posición anti-natural, porque Nardelli trastabilla y es una mano de apoyo; hasta ahí todo bien. Pasa que después lleva la pelota con la mano, como que la corre con la mano", afrma un ex juez ante la consulta del diario de Santa Fe.
A Colón, sacado por el fallo, le costó unos minutos poder acomodarse. Cuando lo hizo, en base a la personalidad de Goltz atrás y el compromiso de Aliendro, le puso un cepo a la injusticia. Voló siempre Meza por derecha, jugó un partido inteligente Facu Farías y la volvió a mandar a guardar Beltrán con un grito de mete-gol, bien rebotero estilo ochentoso. A esta altura, con cuatro gritos, está claro que el "Vikingo" tiene siempre el gol como idea fija.
El complemento arrancó dejando rastros de lo que parece un vicio del equipo: hacer figuras a los arqueros rivales. Tres opciones claras de gol: Farías arrancando solo de mitad de cancha, mano a mano, a la carrera; Novillo definiendo al cuerpo; Beltrán, esta vez después de una linda pared con Meza, tirando a las nubes.
No pasaba nada con Aldosivi; en el peor de los casos era empate. Pero Colón hizo todo para perder. Mal escalonados (Nardelli adentro, Goltz afuera) los de atrás y Mosquera que en pocos metros lo rompió a Paolo en velocidad, que evitó hacerle penal al moreno quien a la carrera puso el 2-1 para el "Tiburón".
Y lo peor vino al final, sin ideas, con cambios que no cambiaron. El cierre fue un gol de solteros contra casados, con 50 grados y el barril esperando. Un error recibido de horror de Paolo Goltz para que lo fusilen a Burián con el 3-1 lapidario.
La queja del VAR, la generación de situaciones (otro alto partido de Meza) y hacer figura al arquero rival no sirven de nada si Colón se hace los goles solo. En la sumatoria venía perdiendo fuerza el equipo, le costaba ganar. Ahora, además de complicarse en la tabla (Aldosivi le ganó un cruce clave), se llenó de dudas en la cancha. Por lo menos de mitad para atrás, donde en el complemento se metió solito los dos goles que en la estadísticas dirán que son de Aldosivi de Mar del Plata. Error. A los goles del Tiburón los hizo Colón. Se los hizo Colón.