Sosa Sánchez y Avalos fueron los apuntados, además de provocar la vuelta del Pulga Rodríguez (algo que Colón tenía "cerrado" inclusive todavía con Domínguez en funciones). El ex Patronato había dado señales indudables de querer jugar en Colón pero terminó arreglando con Vélez, repitiendo un hecho que sucedió bastante en el fútbol argentino (jugadores que parece que van a un club y terminan virando rápida e inesperadamente para otro). El de Argentinos se quedó en Argentinos. Se había apuntado bien. Sosa Sánchez tuvo un buen torneo. Avalos también, inclusive hasta con roce internacional. Desde allí en adelante empezaron las dificultades para conseguir lo que Colón evidentemente necesita: jugadores que la metan.
Los números -que gobiernan al mundo y por ende al fútbol- no dejan mentir. Colón salió séptimo en el torneo pasado, pero además de haber tenido una diferencia de gol negativa (más goles en contra que a favor), sus 26 goles en 25 partidos recién superan a Racing, que hizo 24 y salió décimoquinto. Luego viene Newell's, también con 24 a favor y décimonoveno. Y detrás, los que salieron en el fondo de la tabla (Banfield, San Lorenzo, Patronato, Sarmiento, Atlético Tucumán y Arsenal). Es decir, de los 26 equipos que jugaron el último torneo, Colón apenas pudo superar a 8 en la cantidad de goles a favor.
El análisis no termina allí. Vayamos a los "goleadores" que tuvo el equipo. Los que más goles convirtieron fueron Aliendro y Eric Meza, un volante todo-terreno y un marcador de punta. Los dos hicieron 4 goles. Después, Alexis Castro (ya no está), Farías y Ferreira (tampoco está), con 3. ¿Y los delanteros?. Supongamos que a Farías lo colocamos en ese rubro -el de delantero-, se suman Beltrán y Wilson Morelo con un gol cada uno. En consecuencia, se puede decir claramente que sólo 5 de los 26 goles que convirtió Colón, fueron obra de los delanteros. Conclusión: la falta de gol ha sido uno de los déficit o EL déficit más importante que ha tenido el equipo en el último certamen.
Se fue el Pulga Rodríguez a mitad de año, luego del logro del título de campeón y con él no sólo se fueron buena parte de los goles del equipo, sino el abastecedor más importante. No sólo decreció el nivel futbolístico de Colón -colectivo e individual- sino también la eficacia. Se notó muchísimo, más allá de que la campaña no fue mala en la segunda mitad del año, salvo que se la quiera comparar con la brillante actuación de la primera mitad, con título histórico incluido.
Hay que traer goles. O mejor dicho: delanteros que tengan esas características, las de un goleador. No es fácil. "Wanchope Ábila es uno de los jugadores que tenemos con preferencia que puedan llegar al club. Seguramente la dirigencia de Colón charlará con el consejo de Boca y veremos en qué queda la situación del jugador", dijo Falcioni. Los dirigentes lo saben y ya están negociando con Boca porque se nota que es el elegido del DT. El nombre no es nuevo. De Wanchope se empezó a hablar en diciembre, casi a la par de la confirmación de la vuelta del Pulga. Es una opción interesante: combina experiencia, jerarquía y capacidad de gol. Es un nombre fuerte.
No se ha podido ver todavía al equipo en acción -al menos la prensa- y habrá que ver el esquema táctico que empleará Falcioni, injustamente catalogado como un técnico defensivo (los técnicos defensivos difícilmente puedan salir campeones y Falcioni lo logró, con clubes grandes y también con chicos). Con Domínguez, el equipo se acostumbró a que a la cancha la abran los laterales. Por afuera, la responsabilidad pasaba por Vigo, Meza, Mura, Piovi o Escobar, por dar ejemplos. Es que el esquema, generalmente, contenía a tres centrales. Y un mediocampo con varios volantes internos. Vino Sánchez Miño (presumiblemente para ocupar el lugar que dejó Piovi). La pregunta es: ¿será la alternativa para jugar por el lateral o Falcioni tiene otra idea con él?. Faltaría, en ese caso, el zurdo con llegada que abra la cancha. Ya Delgado lentamente ha ido resignando esa función para ser más alternativa como central que como lateral.
"En número no estamos mal, se fueron 6 y vinieron 7 si contabilizamos a Farioli y Brian Fernández, que volvieron al club", comentó a quién esto escribe un dirigente. Los números son ciertos, pero la realidad es que más allá de lo que pueda pasar o no pasar con Brian Fernández (un verdadero desperdicio, porque condiciones tiene de sobra y para brillar), se necesita número y calidad para afrontar lo que será una primera mitad de año de muchísima competencia. El propio Falcioni lo sabe, porque habló de armar un plantel pensando en la posibilidad de jugar 60 partidos en el año. Quizás con una alta dosis de optimismo, es cierto. Pero posibilidad al fin.
Los dos amistosos que faltan
Al margen del partido con Patronato en el predio de este sábado, Colón ya tiene definido los dos amistosos finales antes del comienzo del campeonato.
La semana que viene, el martes, recibirá la visita de Juventud Unida de Gualeguaychú a partir de las 17. El viernes, será el turno de enfrentar, también en el predio, a Atlético de Rafaela desde las 8.30. El fin de semana de la semana que viene, Colón tendrá descanso el sábado y el domingo, ya con la mente puesta en el debut ante Boca del domingo 13.