En una ciudad donde nadie vuelve, Conti le dio el sí a Colón
El zaguero, de 29 años, decidió pegar la vuelta y jugar en el club de sus amores. Pasó la revisión médica y se ajustan los detalles finales desde Colón con el Lokomotiv de Rusia. "No me podía quedar tranquilo en Rusia sabiendo que el club se estaba jugando todo esto", dijo el "30".
Amor del bueno. Como si el tiempo no pasara y el almanaque no corriera, el "Flaco" Germán Conti está impecable a los 29 años. Decidió venirse del Lokomotiv de Rusia, directo desde Moscú a Santa Fe. En la puerta del Sanatorio Santa Fe, la gente le devolvió cariño por los colores. Crédito: Pablo Aguirre.
El 23 de marzo de 2020, titulaba mi columna en El Litoral "Conti, el que pudo quedar libre y dijo no". Por ese entonces, recordaba que "su venta al Benfica le dejó la friolera de 3.5 millones de euros libres de impuestos para Colón. Como habrá sido de bueno el negocio que el club todavía tiene en la mano el último pago de un millón de euros". En el texto: "Historias como las del "Flaquito" Germán Conti debieran colgarse en un cuadrito en el Mundo Colón. Acaso, cuando se haga el demorado Museo del Club —proyecto que el querido amigo Héctor Berra se llevó al cielo—, se debiera clavar en la pared su famosa camiseta "30" y la frase del inolvidable Francisco "Pacho" Maturana respecto al ya gastado y discutido "Sentido de Pertenencia". Es que este pibe humilde, que hoy no quiere hablar a la distancia, al verbo lo hizo carne en serio: "amar". Fue amor a los colores, el rojo y el negro, de verdad. No para la gilada, ni para vender humo", expresaba en esa columna.
Hace algunas horas, varios años después y luego de haber domado las camisetas de Benfica de Portugal, Atlas de México, Bahía de Brasil, América de Brasil y Lokomotiv de Moscú, el título podría ser el mismo. El texto, también.
Es que, como si el tiempo estuviera detenido como un libro de cuentos, el 17 de agosto de 2023, el padre de la camiseta pegó la vuelta. Se simplifica todo con una sola frase: "No me podía quedar tranquilo en Rusia sabiendo que el club se estaba jugando todo esto".
A esto mismo, vinculado con el fútbol de Santa Fe, lo escribía en una columna acerca de Unión y Ema Brítez, un futbolista que se decidió a volver al club de sus amores al otro día que Colón fue campeón del fútbol argentino. Con el "Flaco" pasa lo mismo: vuelve a Colón cuando el equipo está en el fondo de la tabla y jugando (hoy por hoy) un desempate con Huracán para no irse al descenso.
En una ciudad, Santa Fe, donde todos se quieren ir y nadie quiere volver, el "Flaco" Conti le dio el sí a Colón. No tengo dudas que tomar mates en la Plaza Roja y cobrar en euros era mucho más "cómodo" que venir a casa. Pasa que, como se sabe, el corazón tiene razones que la razón no entiende. En el caso del "Flaco", la sangre tira. Los colores también.
La frase del "Deja Vú" bajo cero no es de inteligencia artificial; es real. Sin ir más lejos, hace un puñado de horas, el jugador que más goles profesionales hizo con la camiseta de Colón y el que más partidos transpiró la rojinegra, dijo desde España: "Hace cinco años estoy muy alejado de Colón. Ahora estoy viviendo afuera, en Gibraltar, colaborando en un equipo de fútbol junto a Luis Blanco. Estoy alejado, porque me sentí muy usado por la dirigencia de Colón en su momento. No sentí el respaldo que necesitaba cuando dije que no lo iba a dirigir. Así y todo di una mano y puse la cara cuando me llamaron. No manejaron la situación como me hubiera gustado".
Con la música de la marcha de la bronca, agregó: "Me refiero a esta dirigencia. Eso que tenía buena relación y si me los cruzo los saludos. pero no me sentí respetado. Apenas un poco, porque no conseguí nada en Colón, soy el goleador histórico y el que más jugó. Los que quedan en la historia son los que ganan títulos. Los jugadores pasan, al igual que los dirigentes, porque no son eternos. Me siento muy querido y di la vida por Colón. Todos saben que fui y volví tres veces, y no es fácil. Me tiraba el corazón, porque sentía que Colón era mi casa. Traté de jugar siempre. Incluso cuando murió mi abuelo y me presenté igual, algo que nadie sabía. No soy santafesino y me recibieron como si hubiera salida de las inferiores. Me hubiera encantado ser campeón con Colón y sumar una estrella. Y los que ganaron quedarán marcados de por vida". No hace falta, a esta altura, ponerle la firma (Esteban Oscar Fuertes), el apodo ("Bichi") o el dorsal 20. Con el capitán de la estrella de San Juan, Luis Miguel Rodríguez, pasa lo mismo: el "Pulga" siente el mismo destrato. Sólo dos ejemplos de esta idea: los que están se quieren ir en el fútbol de Santa Fe y de los que se van nadie quiere volver a jugar en los clubes de acá.
En estos tiempos egoístas y mezquinos (gracias Rodolfo), Germán Andrés Conti prefirió no quedar al lado del camino, fumando el humo mientras todo pasa. Por eso los hinchas fueron a abrazarlo en la puerta del Sanatorio Santa Fe, antes y después de la revisión médica.
"Tengo ganas de aportar desde donde me toque. Estoy muy feliz, con las mejores expectativas. Sé que es un momento complicado pero vengo a dar lo mejor de mí. Agradezco el cariño y le pido a la gente que esté con nosotros. Es un momento para que hinchas, dirigentes y jugadores estamos juntos para sacar adelante esto. Uno siempre trabaja para el cariño de la gente", tiró el "Flaco" en medio de abrazos, firmas en camisetas y selfies.
"Deseo que seamos competitivos, que podamos imponer nuestro juego en todas las canchas. En mi caso, estuve aprendiendo mucho en estos años: ojalá pueda volcarlo todo dentro del campo de juego. Fue un mercado cambiante, tenía ofertas de Brasil, en mi cabeza estaba seguir en Rusia. Pero fueron pasando cosas y tenía ganas de volver en este momento", agregó el "30".
Y remató con su mejor frase: "No me podía quedar tranquilo en Rusia sabiendo que el club se estaba jugando todo esto. Siempre pensaba en mi vuelta, no sabía cuándo se iba a dar. Era el momento". Así, varios años después en este agosto de 2023, el título pudo ser el mismo de 2020: "Conti, el que pudo quedar libre y dijo no". O bien podría ser, "Conti el que le dijo sí a Colón en una ciudad, la futbolera Santa Fe, donde todos se quieren ir y nadie quiere volver".
"Lo inhibimos por Arrúa: 200.000 dólares"
El vicepresidente de Nacional de Paraguay, Douglas Martínez, confirmó oficialmente a El Litoral que "la inhibición a Colón de Santa Fe es por 200.000 dólares en la FIFA, por el préstamo impago del jugador Carlos Arrúa". Por lo que averiguó el diario de Santa Fe, el mismo pope sabalero José Néstor Vignatti arbitró los medios para "cancelar esa deuda lo más pronto posible".
El paraguayo Carlos Arrúa, nuevamente lesionado y descartado en Colón, llegó desde Paraguay a Santa Fe por 200.000 dólares de préstamo y una opción de compra futura de 1.000.000 de la moneda de Estados Unidos.
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