(Enviado Especial a La Plata)
Colón llegó al bosque con apenas tres victorias en Primera en esa cancha, 20 derrotas y varios hechos inolvidables como aquella victoria del equipo de Pancho Ferraro, con el golazo de Castillo, el doping positivo de Unali y la rotura del tendón de Aquiles de Márcico.
(Enviado Especial a La Plata)
La ola de calor ofrece poco respiro, pero el clima se “apiadó” en el bosque platense porque alrededor de las 13 (unas cuatro horas antes del encuentro), comenzó a soplar un fuerte viento sur que alejó la probabilidad de lluvias, limpió el cielo pero provocó un leve descenso de temperatura que vino bien para disminuir los rigores de las altísimas temperaturas que azotan a todo el país. El sol pegaba fuerte, pero el ambiente no era tan sofocante.
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Los dirigentes de Colón tenían la intención firme de que el partido del lunes 13 ante Newell’s, en el Brigadier López, tenga público visitante. La incógnita era el lugar que se iba a destinar a la hinchada rosarina. En la Copa Libertadores, los visitantes se ubicaron en el codo sudoeste. Cuando llegó Peñarol a Santa Fe, la tribuna sur (la cabecera) fue destinada a los hinchas sabaleros. En los otros partidos de la Copa, se la inhabilitó. Finalmente, desde la Secretaría de Seguridad Pública que está a cargo de Marcos Romero, se decidió que no haya público visitante ni neutrales en ese encuentro. Los dirigentes de Colón elevaron la solicitud y se reunieron con los altos mandos policiales y gubernamentales porque pretendían la presencia de hinchas de Newell’s, lo cuál seguramente iba a significar un importante ingreso para la institución.
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Pipo Gorosito llegó a Santa Fe y lo primero que hizo fue observar con qué elementos contaba en el plantel. No se quedó con lo que le habían contado o lo que había observado a la distancia. Vio el comportamiento de algunos jugadores en los entrenamientos y el caso testigo es el de Stefano Moreyra. El juvenil iba a ser cedido a Deportivo Madryn y la operación la frenó el mismo Gorosito. Por eso, le apareció la posibilidad a Lautaro Laborié, un volante central que viene jugando en la reserva desde hace un tiempo y que también formaba parte de los entrenamientos del plantel profesional. Al final, el que se fue al sur, luego de firmar contrato con el club, fue Laborié, quien jugará en Madryn durante todo este año, a préstamo sin cargo y sin opción.
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“Si yo soy lo que soy y lo que fui en el fútbol, se lo debo a Colón. Cuando llegué al club, no cobrábamos nunca, pero se armó un grupo de jugadores de Santa Fe muy bueno, a excepción de Pesoa, que venía de Paraná. El único con algo de experiencia era la ‘Vaca’ Mercado. El mediocampo me tenía a mí, a Mercado, a ‘Cototo’ Balbuena y también estaba apareciendo Pighín, con el que luego fui compañero en Gimnasia”, contó uno de los jugadores en común entre Colón y Gimnasia, Víctor Hugo Andrada. El conocido “Copito”, que dijo que “el fútbol de hoy se asemeja mucho al que se jugaba a principios de los ‘80, cuando yo me convertí en profesional”, está dirigiendo en el fútbol boliviano, donde desarrolló buena parte de su carrera como jugador y entrenador, salvo un breve período en el que dirigió a Sportivo Desamparados de San Juan.
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“Podemos no saber nada de fútbol pero somos buena gente y tratamos bien a los que nos tratan bien. Y en Gimnasia nos trataron bien, así que no veo ningún motivo para que nos reciban mal. Estuvimos cerca de salir campeones y aceptamos que la deuda que tiene el club, la cobremos más adelante”, señaló Pipo Gorosito antes de la partida hacia La Plata.
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Se le hizo muy complicado a Colón llegar a la victoria en la cancha de Gimnasia desde el momento de su miltancia en la A, a partir de 1966. El primer triunfo lo consiguió en 1975, en su décima presentación en el bosque. Fue 2 a 0 con dos goles señalados por José Luis Saldaño. El arquero de Gimnasia era Carlos Barisio, que tuvo un record con la valla invicta cuando militó luego en Ferro y un hecho anecdótico fue que en Gimnasia jugaba la Chiva Di Meola, luego de su paso por River. Precisamente, la Chiva retornó al poco tiempo a Colón, el club en el que nació futbolísticamente y fue su goleador histórico hasta que lo superó el Bichi Fuertes.
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Sin dudas que el partido más recordado fue aquél de 1997, el año del subcampeonato de la mano de Francisco Ferraro, cuando Colón ganó 1 a 0 con un golazo de Cristian Castillo. Esa noche se rompió el tendón de Aquiles el Beto Márcico, un jugador que dejó su sello en Gimnasia. Pero si algo lo convirtió en inolvidable, fue el doping positivo de Dante Unali. El lateral sabalero debía tomar atenolol para atenuar los efectos de una alteración cardíaca. No provocaba aumento del rendimiento, pero estaba dentro de las sustancias prohibidas del COI. Colón informaba, a través de Lalo Vega y hasta ese momento no hubo problemas. Esa noche le tocó el doping y durante la semana se dio a conocer el resultado positivo. Finalmente, la explicación médica del facultativo sabalero terminó siendo determinante para que no ocurra nada. Colón peleaba el campeonato con River en ese entonces.
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La fecha del 4 de marzo no pasó desapercibida. Se cumplieron 25 años del debut de Colón en la Copa Libertadores. No fue el bautismo internacional, algo que ya había acontecido el año anterior, en 1997, cuando disputó la Conmebol y le tocó jugar su primer encuentro en el Nacional de Santiago de Chile, ante Universidad, cuando el técnico era Jorge Olguín. Esa primera vez fue ante River, en el Centenario, bajo la conducción técnica del profesor Daniel Córdoba.
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“Nos ‘bombearon’ los árbitros en esa Libertadores, siempre lo digo y lo diré. Pero de ese día, me acuerdo que la cancha era un desastre porque se había arado luego de la actuación de Los Redonditos. Yo estaba indignado ese día. Siempre llegaba llorando a la cancha porque la gente nos ponía los bebé en los parabrisas. Todo muy emotivo. Esa copa era copa en serio, jugaban los mejores de cada país, no como ahora, que es una payasada con todos los equipos que la juegan. Siento que el profesor Córdoba hoy molesta en el fútbol argentino y por eso no trabajo”, dijo el profe Córdoba a El Litoral.
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El profesor Daniel Córdoba tuvo a Scaloni como jugador en Estudiantes cuando tenía 18 años. “Recuerdo que me preguntaba todo… Lionel tenía el por qué a flor de piel, por qué apretamos, por qué el ácido láctico, por qué esto, por qué aquello… Su gran virtud fue darle humildad y saber manejar a un grupo que antes era puro ego, manejado por Mascherano… Para mí es el campeonato más limpio, más diáfano y más puro que ganó la selección argentina en toda su historia”, dijo Córdoba, fiel a su estilo.
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No está tranquilo el ambiente en Gimnasia. Antes del partido se tiraron volantes en las adyacencias del estadio del bosque. “Expulsemos a Pellegrino”, en alusión a Gabriel, el ex presidente de la entidad, a quién se lo denunció por haberse autoadjudicado los derechos de TV de este año y el año que viene por alrededor de 4 millones de dólares. “Hay que sancionar a quiénes deliberadamente le han hecho un daño a la institución. Pellegrino traicionó la buena fe de socios y socias en beneficio personal, perjudicando al club”.
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Colón llegó al bosque platense con una sequía de casi 14 años sin victorias en la cancha de Gimnasia. La última vez fue en 2009, cuando ganó 2 a 1 con goles de Maldonado en contra y Garcé de penal. A Colón lo dirigía el Turco Mohamed y a Gimnasia, Leonardo Carol Madelón.
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No hubo excepciones. Todos los integrantes del plantel de Gimnasia, incluyendo actual cuerpo técnico de Chirola Romero, se acercaron antes del partido a saludar a los preparadores físicos del cuerpo técnico de Gorosito. Se nota que han dejado una muy buena imagen en su paso por este club.