Colón hizo un refresh del viejo Cementerio de Elefantes
Junto con Rosario Central fue uno de los dos únicos invictos en todo el fútbol argentino. Cosechó en casa el 80 por ciento de los puntos, el gran combustible para poder salvarse.
¡Todo el mundo boca abajo!. Se pelaron las chauchas, se llenó el estadio, se alentó sin parar los 90 minutos de una final con todas las letras y por el descenso. Colón le empezó a ganar a Talleres afuera de la cancha y lo terminó de golear 3-0 desde adentro. Crédito: Fernando Nicola
No existe más la vieja media inglesa en el fútbol. Aplicaba antes, cuando los partidos "valían dos puntos". Pasando en limpio, se conocía con el nombre de media inglesa en el fútbol al rendimiento de los equipos que ganaban los partidos de local y empataban de visitante. La media inglesa favorece a los equipos que se hacen fuertes en sus propios estadios. Esta fórmula, considerada la clave del éxito en Inglaterra, de ahí deriva su nombre, se puso de moda en tiempos en los que la victoria era recompensada con dos puntos y la igualdad, al igual que hoy, con uno".
Colón, que pocas veces empató de visitante y perdió esos cruces "increíbles" (Huracán, Barracas, Banfield, Arsenal descendido), sostuvo su campaña, por ahora "salvadora", jugando de local, con el aliento de su gente en el Cementerio de Elefantes. Entre Néstor Raúl Gorosito e Israel Damonte, Colón cerró la Copa de la Liga con su gramilla invicta. Nadie le pudo ganar en Santa Fe, donde además enterró en el Cementerio a equipos importantes.
Entre "Pipo" y el platinado, Colón jugó siete partidos de local en el Estadio Brigadier General Estanislao López, cerrando con cinco victorias y dos empates. En esos juegos, el Sabalero festejó 13 goles y apenas recibió 4 en contra. Para tener una idea del impacto de la localía en la campaña: la sumatoria en Juan José Paso 3535 le dio el 80.95 de combustible para esta campaña. Si bien en la tabla de localía aparece arriba Rosario Central, la realidad es que los "canallas" tienen un partido más jugado en Arroyito, por lo que la efectividad del equipo de Miguelito llega al 75 por ciento (Rosario Central: cinco victorias y tres empates).
Así, la fortaleza en casa, reabriendo el Cementerio (enterrando grandes, medianos y chicos) permitió acomodar una campaña que fue increíblemente negativa saliendo de Santa Fe. De cara a Vélez, donde Colón llega con una luz donde el empate le aseguraría "de piso" un desempate en el peor de los casos, los números de visitante meten miedo con cinco derrotas al hilo, a saber: (Huracán en Parque Patricios, Instituto en Alta Córdoba, Barracas Central en el Ducó, Arsenal descendido en el Viaducto y Banfield en el Florencio Sola.
El grito de Baldomero Perlaza.
La exhibición de fútbol, goles (3) y lujos (taco de Botta, caño de "Wanchope) frente a Talleres de Córdoba marcó el último partido de Colón, en casa y con su gente. Esas 40.000 almas, que incluso hicieron retrasar el horario oficial de inicio del juego por ese ingreso masivo en la Este, bajaron el telón de una manera inmejorable ante los tallarines.
Pase lo que pase (clasifique a los cruces de la Copa de la Liga o juegue un desempate por el descenso), Colón no volverá a jugar en casa. Porque el reglamento nuevo de este torneo o el viejo y famoso "a las 72 horas en cancha neutral", ya no lo verán al Sabalero jugando en Santa Fe por este 2023.
Se viene, en menos de dos semanas, otra final del mundo en el estadio José Amalfitani de Liniers, posiblemente el domingo 26 de noviembre a las 17: los del descenso jugarán todos el mismo día y a la misma hora. Vélez, que se siente robado por el último arbitraje en La Paternal contra Argentinos, con nueva dirigencia, porque acaba de elegir presidente.
Se sabe, de visitante no es el mismo Colón, pero en Peña y Arenales hubo señales concretas de reacción de la mano de Israel Damonte: se jugó mejor que en todos los otros partidos afuera y se perdió en la hora. Colón, que matemáticamente pudo quedar descendido en esta fecha que pasó, llega con vida al final de otra temporada olvidable. El refresh del viejo Cementerio de los Elefantes, una vez más, lo hizo posible. Si se da el milagro, será Colón, su gente y esa "Santa Fe" para no darse nunca por vencido. Ni aún vencido.
No depende de nadie Damonte: ¡gana y zafa!
En apenas tres partidos, Israel Damonte mostró las uñas de guitarrero como entrenador profesional del Club Atlético Colón. Aseguró los dos partidos en casa (Atlético Tucumán y Talleres de Córdoba) y peleó hasta el final el que perdió de visitante con Banfield.
Al llegar a 45 puntos y superar por dos la línea de Unión (43), logró algo que no tenía cuando llegó: Colón sólo depende de Colón. "Si el Sabalero le gana a Vélez en la última fecha en Liniers, no necesita escuchar ni mirar otros partidos, porque se salvará del descenso de manera automática en el José Amalfitani".
En el caso del empate, Colón se asegura una cosa: en el peor de los escenarios, considerando los resultados de los otros "competidores" del descenso, asegura un desempate con uno o más equipos. En el mejor de los casos, el Sabalero se podría salvar directamente con el puntito en Liniers.
En cuanto a la chance de una derrota con Vélez y quedar con 45 puntos, Colón se podría salvar hasta perdiendo si es que Unión no gana. Perdiendo, también, podría jugar un desempate con Gimnasia, si es que el equipo de Leonardo Carol Madelón es derrotado por Banfield en Peña y Arenales.
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