Gorosito encontró un Colón al que debe trabajar desde la base: empató 1 a 1 con Huracán
Para colmo, Huracán ganaba el partido apenas empezó, pero un buen anticipo del Conejo Benítez le dio el empate a los sabaleros. Los dos tuvieron algunas chances para ganarlo, pero el resultado no se discute. El nuevo técnico necesita paciencia y volcarse de lleno al trabajo. Era imposible esperar un milagro de resurrección futbolística con apenas un par de entrenamientos.
El partido pudo ser para cualquiera de los dos, pero el empate está bien. Crédito: Eduardo Seval
Se pudo ganar y también se pudo perder. El empate le quedó bien a un partido que no le agrega demasiado a Colón. En todo caso, ratifica lo que todos pensamos: que Gorosito tendrá que trabajar mucho, tanto en lo futbolístico como también en lo físico, para cambiarle la cara a este equipo. Paciencia y trabajo es lo que el nuevo técnico necesita y lo que debe hacer para comenzar el proceso de mejoramiento de este plantel. El tiempo dirá si lo conseguirá, en primera instancia, y hasta qué punto tendrá lo suficiente para elevar el nivel de juego. No se pueden esperar milagros por ser el primer partido, más allá de que con Saralegui se jugó el mejor partido del 2022 justamente el día de su debut y con apenas un solo entrenamiento. Este empate con Huracán en el debut de Pipo está enmarcado en las mismas condiciones que aquél con Saralegui, aunque con suerte distinta porque aquella vez, ante Estudiantes, Colón ganó en el debut de Saralegui y jugando un enorme partido. Acá se dio algo mucho más lógico y, si se quiere, más “normal”. Sirve para que Gorosito empiece a sacar mejores conclusiones y ponga manos a la obra para iniciar el proceso de construcción futbolística de un equipo al que debe trabajar casi desde los cimientos. Hubiese sido un espejismo o un verdadero milagro, si Colón la “rompía” ante Huracán. No había ningún motivo para esperar que esto ocurra.
Para colmo de males, ya en el mismo arranque perdía 1 a 0. Entonces había que esforzarse el doble ante un equipo con muchos suplentes, pero bien armado y con un libreto ordenado. Huracán apretaba bien a Perlaza (colocado como volante central para hacer jugar al resto pero entrando poco en juego) y trataba de cerrar los laterales. Desde ya que poco podía esperarse, en cuanto a desbordes, por el lado de Delgado. Pero el negocio podía estar por el otro sector, con Pierotti jugando en una posición más interna y Meza abriendo la cancha. Precisamente, Meza fue el encargado de meter un lindo centro que el Conejo Benítez, en una muy buena jugada de anticipo frente al defensor que lo marcaba, logró conectar con un cabezazo que dejó sin chances a Campisi.
Con poca profundidad y agresividad por ambos lados, el partido no dejaba mucho para el análisis. Huracán intentaba ser más rápido en la salida para habilitar a Cordero y “Juanchón” García, los dos delanteros. Y en Colón escaseaba la claridad y no había rapidez para complicar a un equipo que con un 4-4-2 tradicional e inamovible, lo esperaba bastante bien agrupado del medio hacia atrás. Lo del Conejo Benítez fue muy oportuno, porque a ese panorama complicado del inicio, luego del gol de Cordero (mucho estatismo en la defensa de Colón), se le contrapuso aquella aparición a tiempo de Benítez para convertir el 1 a 1 que resultó definitivo.
Cuando los dos técnicos empezaron a mover el banco en el segundo tiempo, la impresión fue que Huracán tenía más “reservas” que Colón. Era lógico, teniendo en cuenta que jugó con una gran mayoría de suplentes porque está en el medio de su ida y vuelta con Boston River por la Libertadores y prioriza ese choque. Pero Dabove lo fue a buscar al partido con los ingresos de Cóccaro, Gauto y Castro, entre otros. Apareció allí la figura de Ignacio Chicco, que con dos muy buenas tapadas (una de ellas un mano a mano a Cóccaro), cerró el arco local. Y en contrapartida, Colón tuvo dos oportunidades muy propicias para convertir. En una, le cobraron una “carga ilícita” a Pierotti en una jugada en la que se llevó la pelota luego de desplazar desde atrás a un defensor de Huracán, definiendo muy bien ante la salida de Campisi. El árbitro invalidó la maniobra porque entendió que hubo foul del volante sabalero (otro de los jugadores para rescatar en el trabajo individual). Y en el final, Wanchope Abila picó la pelota para dejarlo solo a Neris, que estaba habilitado y no tuvo la convicción suficiente para conectar el balón cuando estaba solo ante Campisi y con todas las posibilidades de darle el triunfo a su equipo, ya en tiempo de descuento.
El partido pudo ser para cualquiera de los dos, pero el empate está bien. Colón fue una prolongación de lo que venía ofreciendo, que era bastante poco. Quizás esta actuación esté más cerca de aquella mejoría que se le vio en el clásico, que de la imagen totalmente deslucida de los tres primeros partidos del torneo. Gorosito ha recibido un equipo que necesita “inventarse” casi de cero, tanto en lo táctico, en lo técnico y también en lo físico. En un momento del segundo tiempo, pareció que Huracán se lo llevaba por delante sólo con un mayor despliegue. Colón se despertó en el final y lo equilibró en este aspecto. Pero hay que ocuparse desde las bases, porque lo que encontró Gorosito ni siquiera es lo básico que debe tener un equipo.
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