La salida de Rondina: del "si no gana Colón... me voy" al "Huevo, ya no tenemos margen"
En la charla técnica en el Madre de Ciudades, Sergio Rondina le habría deslizado en el propio vestuario a los players sabaleros que "era un partido especial, determinante". El 0-3 fue lapidario. La realidad se llama "Chupete" Marini y el sueño Eduardo Domínguez.
La salida de Rondina: del "si no gana Colón... me voy" al "Huevo, ya no tenemos margen"
Se podía ganar jugando bien o ganar jugando mal. Se podía empatar jugando bien, más o menos o mal. Se podía perder intentando, jugando a algo. Colón perdió por goleada 3-0 (por momentos con baile) con uno de los peores equipos de la Argentina como es Central Córdoba de Santiago del Estero, casualmente el equipo que armó el propio Rondina. Para el "Huevo", la frase de César Luis Menotti se hizo realidad de manera dolorosa: "A los técnicos no los sacan los dirigentes sino los resultados". Abortar un ciclo con pocos partidos (el pasó a "Juanchi" Pizzi y al querido "Huevo" con esta misma conducción) suena y huele mal. Pero no había atajos. El propio entrenador, en la charla técnica, intentó "pinchar" a los players arengando que era un partido "clave, decisivo, determinante". En el fútbol, muchas veces no es necesario deletrear frases, pero Sergio Rondina se los dio a entender a los jugadores de Colón: "Si no hay reacción, me voy". No es que no hubo reacción, directamente no hubo nada. Fue el peor Colón en años.
Con el 0-3 consumado, el por entonces técnico de Colón casi ni emitió palabra. Estaba destrozado, estaba ido. Apenas algún intercambio con el secretario técnico, Mario Sciacqua, que en este mes y pico casi que "vivió al lado de Rondina". Por el viaje condicionado (fueron en avión), apenas lugar para dos dirigentes en Santiago del Estero: el experimentado vicepresidente Patricio Fleming y Lucas Paniagua (redes sociales). Cero cruce del "Huevo" con ambos. La sensación de todos, ciclo terminado.
El primer indicio del final en la olvidable noche santiagueña: se cambió el entreno del miércoles para la tarde y se suspendió la práctica matutina. No era otra postal que "ganar tiempo" para apurar la desvinculación. Algunos amigos (del fútbol, de la vida) y su representante/hermano Alex Rodríguez le habían sugerido la idea de "jugátela el sábado con Tigre en Santa Fe, aguantá un partido más". Cuando el vuelo sabalero, cerca de las 22, tocó suelo en Sauce Viejo alguien del Mundo Colón (¿Sciacqua?...¿Fleming?) le dijo al propio Sergio Rondina: "Huevo, ya no tenemos margen". La idea de la directiva era clara: descomprimir y no llegar a Tigre. A pesar de su semblante (en el rostro, en el silencio), nunca el entrenador confirmó que daba un paso al costado. Ni a los players ni a Sciacqua y tampoco a los dos solitarios dirigentes (Fleming y Paniagua) que viajaron.
Las horas que pasaron para terminar el peor martes de los últimos años fueron claras: el presidente José Néstor Vignatti ya le había bajado el pulgar. Cuando el presidente fue a "charlar" con Rondina, antes del viaje a Santiago, hubo tres autiopistas: 1) Titularidad para el colombiano Perlazza; 2) Minutos para el paraguayo Otazú; 3) Entrenamientos con doble turno. Las respuestas, antes y durante el 0-3 fueron claras: Perlazza al banco, Otazú a duras penas en el banco y turno simple de trabajo. Era otra crónica de muerte anunciada.
Al mismo tiempo que los dirigentes repiten al unísono las palabras (no mágicas) drásticas del ciclo Rondina: "Nunca le llegó al grupo", el "Huevo" deslizó una anécdota de las muchas que se lleva de Santa Fe: "Nunca me pasó en tanto años de fútbol que me puteen a un preparador físico. El otro día, antes de Arsenal, los hinchas de Colón lo puteaban a mi PF en el calentamiento. Luego, obviamente, también a mí". Sin dudas, caminos mal cruzados desde el primer día.
Si bien quedará en el anecdotario de lo "no comprobable", dicen que Rondina había armado el mediocampo con Perlazza de titular para Santiago del Estero y cuando llegó esa famosa "charla" cuando fue Vignatti a la práctica, lo volvió a borrar al colombiano. Para evitar la figura de "me arman el equipo".
La salida de emergencia, camino a este sábado contra Tigre en el Cementerio de los Elefantes, se llama Adrián Marini. El tema es que los dirigentes quieren repetir lo mismo de Vélez: "Chupete" como técnico con Facundo Besada como asistente. El tema es que Besada llegó de la mano de Mario Sciacqua, por ahora secretario técnico, pero cuyo futuro también era incierto: ya se prendieron fuegos dos DT en su ciclo de ocho meses.
Lo que faltaba para la desvinculación de Sergio Rondina con Colón eran detalles y por eso estaba llegando Alex Rodríguez, ex jugador, amigo y representante del "Huevo" para hacer números con Vignatti. La realidad cercana es "Chupete" Marini y el sueño de todos (todos es todos) se llama Eduardo Rodrigo Domínguez. Los dirigentes sabaleros, que hicieron todo mal desde que Colón fue campeón el 4 de junio en la noche de San Juan, están obligado a poner "la Barba en remojo". O sea, afeitarse "a pelo" y cambiarle a Colón esta cara desfigurada de una vez por todas.
Este sábado viene Tigre
Luego de la dolorosa derrota 0-3 contra Central Córdoba de Santiago del Estero en el Madre de Ciudades, el próximo compromiso sabalero será este mismo sábado desde las 18 en el Cementerio de los Elefantes y con el aliento de su gente.
El rival de turno que pisará el Brigadier López es el Tigre del "Perro" Sebastián Prediger, que tiene el dato estadístico de ser "uno de los tres equipos con más gol de la Argentina".