Sábado 21.8.2021
/Última actualización 18:17
No se sabe que intentó hacer Colón por la blanda arena que lame el mar. Pero está claro que se hundió solito el campeón en Mar del Plata. Se enterró en la arena y nunca fue feliz en "La Feliz". Ese segundo tiempo, después de un primer capítulo competitivo y sin ligar, pareció sintonizar el canal "Volver" en un tele blanco y negro. Jugadores vencidos, entrenador resignado y resultado cantado: 0-3. Lapidario, indiscutible, cero excusa de nada.
No es por quitarle méritos a las ganas de Aldosivi, que pareció jugar una final en todos los sentidos. Pero creo que el 0-3 se explica mucho más por la insoportable levedad de Colón, adentro y afuera de la cancha, que por lo que hizo el "Tiburón" de Gago.
Además de ser un colador de mitad para atrás, cerca de Burián (entraron dos porque le hizo precio el dueño de casa); de la mitad para arriba no pateó ni siquiera una sola vez al arco de manera seria. 0-1, 0-2, 0-3...jugó siempre igual el campeón. Como si no existieran los arcos ni el resultado.
D.R.Una caída sin trapecio despierta, en las pocas horas para el partido con Sarmiento en casa, preguntas de todo tipo. Los que juegan a la pelota en serio, siempre dicen que quieren la revancha "rápido". Veremos la reacción (o no) en un par de horas.
El inicio en el Minella no daba indicios del Apocalipsis del complemento. Está más que claro que nadie es campeón jugando a la pelota porque le sobra suerte o se va al descenso porque le falta suerte. Pero, sin embargo, este hermoso deporte criollo aprendido de ingleses, tiene lugares comunes y frases hechas. De donde viene, no se sabe pero se habla desde los tiempos tiernos de "La Suerte del Campeón". Qué es, de dónde salió, cuándo nació...no se sabe. Pero está, desde cuando se pintaba la línea con cal.
Si es por lo que pasó en esos primeros 45 minutos en el José María Minella, a la famosa "Suerte del Campeón" se la tragó la arena y se hundió en el mar de "La Feliz". Porque lo menos que mereció Colón fue un gol para empatar.
Es cierto que arrancó dormido el equipo del "Barba", a saber: 1) A los 2 minutos, después del primer córner, nadie atacó la pelota, lo descuidaron a Federico Andrada en el segundo palo y el ex Unión le pegó mal, lo que posibilitó que cerrara Aliendro; 2) A los 4 minutos, "Cachorro" se lo sacó a Braida; 3) A los 5 minutos, el mismo Burián la mandó al córner del otro lado ante un remate de Iñiguez.
Recién le sonó el despertador a Colón cerca de los 11 minutos, cuando luego de una linda sucesión de toques, le quedó el trámite final a Bernardi y le pelota se fue besando el palo.
Cuando mejor se acomodaba Colón, llegaron las olas, el viento y el sucundum para Aldosivi: pelotazo largo, mal escalonado los centrales, floja cobertura de Piovi que habilita a Braida, salida rápida de "Cachorro" y penal que sanciona Abal con una postal: protestó todo Colón menos Burián. Fue Cauteruccio y lo cambió por gol.
Desde ese minuto 26 hasta el final fue un decálogo del campeón a libro abierto. Para aquellos que pensamos que algunos de los "tres enganches" (Ferreira, Bernradi, Castro) está de más y hay que quitar uno para poner otro delantero de socio con Farías, esta vez cerramos la boca. Porque los tres se juntaron, rotaron, tocaron. Hicieron todo, menos el gol. Y, de paso, el más flojito fue "El Niño".
Repasemos: 1) sociedad Mura-Castro por derecha, bolea mordida de Alexis y Devecchi al córner; 2) cortinas, toques, espacios y derechazo de Bernardi al caño; 3) otra de Bernardi, de pelota quieta: volada espectacular del arquero de Aldosivi; 4) Casi olímpico de Alexis Castro; 5) Otra más de Castro de afuera, que el ex San Lorenzo pidió "¡manooo!" y Abal dejó seguir. Fueron cinco claras, no entró ninguna.
Dos cosas claramente facturadas, con IVA del 21 a Colón: por un lado, pagó carísima la distracción en la jugada del penal; por el otro, perdió esa eficacia que lo llevó a levantar la Copa en San Juan.
Todo eso se ahogó en el mar y se hundió en la arena en los segundos 45 minutos. Colón, con la estrella del campeón, se quedó en los vestuarios del Minella. Directamente no salió a jugar.
En la cancha, un conjunto de siluetas blancas trotando sin sentido. En el banco, uno de los mejores tres técnicos de la Argentina, totalmente resignado. Adentro y afuera era igual...la nada misma.
Está claro que Colón podía, puede y podrá perder. La mejor frase, ya que estamos con ese rubro, es la de "En el fútbol argentino cualquiera le gana a cualquiera". Es la que mejor nos queda, antes y después de ganar la Copa América.
No preocupa la derrota. Preocupa la forma. Porque hay maneras y maneras. Esta vez, en la blanda arena que lame el mar, todos nos preguntamos con Colón: ¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?. Para qué inventar, para qué cambiar, para qué aflojar. No se entiende porqué este equipo, que conoce el camino, tumbó la chata desviando por la colectora.
El del segundo tiempo no fue el Colón, éso está más que claro. En realidad, lo del segundo tiempo no fue nada de nada en el Minella. Ahogado en el mar y enterrado en la arena, Mar del Palta se quedó sin conocer al Campeón.