(Enviado Especial a Rosario)
En los 90 minutos, Colón hizo muy poco. El empate se justificó en la floja actuación que equiparó fuerzas. Falcioni sacó a Farías y al Pulga, que había errado en los 90 minutos, y no tuvo efectividad en la definición por penales.
(Enviado Especial a Rosario)
¿De qué sirvió poner en el arranque un equipo con muchos jugadores del medio hacia arriba?, de nada. El 4-1-4-1 que le está empezando a gustar a Falcioni, tuvo como intérpretes a jugadores que, colocados en esa posición, no gravitaron. Farías está acostumbrado a jugar por el costado derecho, es cierto, pero entró en el desorden y la impotencia del resto. Hasta Aliendro, generalmente de un nivel que va de lo aceptable para arriba, jugó mal. Y ni hablar el Pulga tirado por izquierda. ¿Por qué no fue Bernardi por allí, si es un jugador que está acostumbrado a jugar por ese costado?
Patronato jugó mejor en el primer tiempo, pero no tuvo la chance clara de gol que tuvo Colón. El penal (mano de Guasone tras el centro de Aliendro que iba derechito a la cabeza de Wanchope) fue la única jugada de gol que tuvo Colón en 45 minutos. Lo atajó Altamirano, pegó en el palo y luego le quedó a Lértora, pero se fue afuera. La elección de poner todo del medio hacia arriba no le dio ningún resultado a Falcioni. Y fue justicia que no marque el gol, porque no lo merecía. Y a todo esto, Patronato no tenía profundidad. Era más fluido en el juego, se lo notaba más rápido, con más ritmo que Colón, pero sin peligrosidad adentro del área, salvo cuando Chicco (lo único rescatable en el aspecto individual), le tapó un remate a Axel Rodríguez.
Fue otra cosa el Colón del arranque del segundo tiempo. El Pulga metió un pase brillante con el empeine para Wanchope, que había marrado previamente un mano a mano, pero que en esta no perdonó y definió con un remate suave de zurda, demostrando una vez más que nunca hay que subestimar a un goleador.
Más libertad para Farías y el Pulga, con Bernardi tirado por izquierda y mejorado en el aspecto defensivo, porque los problemas que tuvo por el sector de Schott se solucionaron cuando volvió Meza a marcar por derecha y entró Sánchez Miño para marcar por izquierda. Pero en el mejor momento de Colón, llegó el golazo de Sosa, que recibió la pelota en la puerta del área grande, giró y metió un zurdazo impecable que se metió en el ángulo.
El final fue de ida y vuelta y estuvo para los dos. Colón no acertaba en sus intentos, quedaba desguarnecido y con cierta fragilidad defensiva. Hubo jugadas en las que Patronato hasta tuvo superioridad numérica y no la supo aprovechar. Pero el partido, como espectáculo, levantó en ese final vibrante y de búsqueda por parte de los dos.
La lotería de los penales lo dejó con las manos vacías a Colón. Que tuvo un momento de bonanza futbolística en el segundo tiempo, pero apenas fue un ratito. Patronato había sido más en el primer tiempo. Colón lo ganaba haciendo poco, pero no pudo aguantarlo. El equipo fue poco sólido en defensa. Nunca –o casi nunca- pudo marcar las diferencias de jerarquía que sin lugar a dudas existen entre los dos equipos. Fue apenas un ratito y no pudo ni supo “trabajar” el partido para sostener la ventaja o para acrecentarla. El empate en los 90 fue lo más justo y después, la lotería de los penales le dibujó una sonrisa a los entrerrianos.