¿Y si Perlaza es ese jugador que Pipo quiere que juegue y haga jugar a Colón?
Gorosito lo hizo flotar en una posición muy parecida a la del enganche clásico. Participó en los dos goles del Sabalero y colaboró en la marca. Mejorado en lo físico, tuvo despliegue y fútbol.
¿Y si Perlaza es ese jugador que Pipo quiere que juegue y haga jugar a Colón?
Mes de julio del año pasado. Cancha de Gimnasia. Día de frío y nublado. Debuta Rondina como entrenador de Colón en un desteñido 0 a 0. Minutos previos al partido y una larga charla con Gustavo Ingaramo, uno de los vicepresidentes de Colón. Ya se había consumado la eliminación de la Copa Libertadores a manos de Talleres y comenzaba una nueva etapa que no fue buena en aquella segunda mitad del año. Todo apuntaba a la falta de un buen recambio en un plantel que un año antes había obtenido el título de campeón. Y en consecuencia, la pregunta al vice:
-Gustavo, ¿cuál es el jugador en el que tienen depositadas las mayores expectativas?
-Queríamos reemplazar el mediocampo y estábamos muy entusiasmados con Baldomero Perlaza. Al principio había pocas chances de tener éxito, yo mismo me sorprendí porque no pensaba que iba a venir. Era demandado por varios clubes del exterior y al final lo trajimos nosotros... Nos hubiese gustado traer a Gerónimo Poblete, porque más allá de cómo se fue del club en la otra oportunidad, es de las canteras nuestras, tiene dinámica y al decir de la gente que está en el fútbol, es de los "5" más completitos del fútbol argentino. Pero pusimos el ojo en Baldomero Perlaza y se nos dio.
Como todo colombiano, tiene un andar más pausado que el típico jugador argentino. Más en estos tiempos de tanta dinámica con la que se juega. Lo probaron de "5", algunos entrenadores señalaron que era un "8" a la "antigua" (interno, sin el cambio de ritmo suficiente para ser un carrilero pero con capacidad para convertirse en armador de juego) y cuando llegó Gorosito, lo encontró sin ese ritmo físico necesario para el fútbol de hoy. No sabemos si lo dijo por él, pero en algún momento señaló que "hoy el que no corre, no juega". No es que Perlaza no corría, sino que el mismo Gorosito señalaba que "no se puede jugar al trote". Y algo de eso pasaba con el colombiano.
El jueves, ante Talleres, se vio la mejor expresión de Colón de la mano de Gorosito: el primer tiempo fue muy bueno, con Baldomero como figura. ¿Jugando adónde?, en una posición más liberada del mediocampo, delante del "5" pero pisando mucho más el campo rival que el propio. Se convirtió en un jugador de toda la cancha por sus propias características, pero lo trascendente se vio a la hora del manejo. Tuvo claridad, participó con gran inteligencia en la jugada del gol de Wanchope (es quién lo habilita para que el cordobés, recibiendo de espaldas al arco, se diera vuelta y colocara el remate que se metió en el arco luego de rozar en un defensor) y también fue partícipe de la jugada del segundo gol, robando una pelota en tres cuartos de cancha.
Colón no había tenido, en Arrúa, esa cuota de fútbol que el equipo necesita. El paraguayo tiene buena pegada, aporta movilidad pero le falta la incidencia que mostró Perlaza para aparecer por distintos sectores de la cancha y con la libertad suficiente para crear juego. Generalmente, esta clase de funciones está asignada a los "enganches", que están en un proceso de extinción. Aquéllos equipos que juegan 4-2-3-1 utilizan una figura bastante parecida, hoy denominada "media punta". No es el caso de Colón, que juega 3-5-2, con un "5" más posicional (Julián Chicco en este momento) y con dos volantes que deben manejar la pelota. El jueves fueron Perlaza (sobre todo) y esta versión totalmente mejorada de Juan Pablo Alvarez, una de las grandes figuras en la Bombonera y de buena actuación ante Talleres.
Gorosito ha logrado "sacarle jugo" a un plantel que ha venido perdiendo jerarquía desde el día siguiente al 4 de junio de 2021. En muchos puestos no hubo un reemplazo adecuado, pero la mano del técnico y las condiciones que empiezan a verse de algunos jugadores, permite pensar en un futuro mucho más claro y no tan oscuro y pesimista de fechas atrás. Con Perlaza, Gorosito sabe que mejorado en lo físico y adaptado a un ritmo distinto, como el del fútbol argentino, puede encontrar a ese jugador que juegue y haga jugar. No es el enganche tradicional. Pero el jueves, sobre todo en el primer tiempo, demostró que le sienta bien esa función.