Iván Delfino: un técnico que, hasta ahora, entendió todo
Armó un plantel, pero también logró armar un equipo. Pone el pie en el freno, porque conoce de qué se trata la categoría. Le dio una identidad al equipo pero sabe que no siempre tendrá la libertad para jugar. Hasta ahora, aprueba con buena nota el examen.
"Aquí estoy yo", parece decir el responsable de este buen arranque de Colón en el ascenso. De todos modos, Iván Delfino -de él se trata- es el primero en poner paño frio y no agitar falsas expectativas. Falta mucho. Crédito: Pablo Aguirre
Iván Delfino se ha convertido, hasta ahora y con un campeonato tan prematuro como incipiente, en una de las grandes "sorpresas". Armó un plantel en poco tiempo y sin saber con qué jugadores iba a contar. Se le fueron la enorme mayoría de los que estaban en el plantel anterior que se fue al descenso y ni siquiera le quedó Garcés, que "está" pero "no está". Trajo 18 jugadores a sabiendas de que hay un margen de error bastante grande porque, a mayor cantidad, es mayor el riesgo de equivocarse. Pero las circunstancias se lo exigían. Se lo tildaba de "técnico defensivo" o que le gustaba más "jugar a esperar que ir a buscar", y, sin embargo, su equipo salió siempre a buscar los partidos. No es poco, en consecuencia, lo que ha conseguido en un plazo de tiempo tan breve y teniendo en cuenta que casi todos los clubes se armaron de la misma manera y a algunos entrenadores le podrá costar más que a otros llegar a ese necesario ensamble.
Hago una salvedad: Colón jugó tres de los cuatro partidos en Santa Fe. Cancha grande, con 30.000 personas alentando en las tribunas (salvo el último domingo que hubo un poquito menos), buen piso (inclusive el domingo y a pesar de la intensa lluvia) y un fútbol desplegado que permitió marcar claras diferencias sobre el rival, que el domingo con Patronato se dejaron traslucir en el resultado.
¿Todos los partidos serán iguales?, rotundamente, no. Y Delfino lo dice, porque permanentemente repite dos conceptos: 1) que el torneo es "de resistencia y no de velocidad", con lo cuál deja en claro que esto recién empieza y que todavía faltan 34 partidos para el final; 2) que habrá rivales y canchas en las que se presentarán partidos muy diferentes a los que se jugaron hasta ahora.
Posiblemente, la muestra clara haya sido lo que pasó ante Atlanta en Villa Crespo, pero ese partido tuvo la particularidad del intenso calor. El mejor ejemplo fue lo que dijo Castet, cuando reconoció que ante el Bohemio tuvo que regular sus proyecciones ofensivas porque se dio cuenta que si iba al ataque, la vuelta le iba a costar: "Las piernas me pesaban toneladas", dijo el buen marcador de punta que trajo Delfino.
La cancha de Atlanta no está tan bien como la de Colón, pero al menos tiene las dimensiones normales. Algo parecido le podrá pasar a Colón, por ejemplo, cuando vaya a jugar a la cancha de Gimnasia y Esgrima de Mendoza. Pero luego entrará en lo que podría denominarse el "núcleo duro" de la Primera Nacional y deba jugar en la cancha de Mitre de Santiago del Estero, en la de Brown de Adrogué, en Defensores de Belgrano, San Telmo o Madryn, que le tocará en esta primera rueda. O bien recibir a equipos que de a poco se irán armando y que vendrán a Santa Fe con esquemas cerrados y a impedir que ese buen mediocampo que tiene Colón, pueda manejar con libertad el balón.
Ese mediocampo es lo que Delfino armó para que el equipo tenga muchas chances de jugar al fútbol. Ni siquiera tiene un solo volante neto o especializado de marca. Todos juegan. Prediger es el que arranca desde más atrás, pero es el eje y tiene una prestancia y un juego impropio de un volante central, dejando en claro que le sobra para la categoría. Y a su lado, Talpone juega, Sabella ni hablar, mientras que Jourdan y Lago también se suman al circuito, al igual que los dos laterales, porque Castet y Herrera son jugadores que no van a andar dividiendo la pelota porque sí.
Sebastián Prediger es el eje del fútbol sabalero. Un volante de marca no convencional, que ha demostrado que le sobra para jugar en la categoría. Crédito: Matías Napoli
Esto recién empieza, es cierto. Mientras tanto, el equipo va mostrando un estilo, una forma de darse identidad. Acá en Santa Fe, se pareció más -en el intento, al menos- a un equipo de Primera. Pelota contra el piso, mucho toque y no tantos pelotazos. Fue corrigiendo aspectos del juego. Uno de ellos, la poca presencia de gente adentro del área cuando el equipo desbordaba por afuera. Eso se modificó, sobre todo en el segundo tiempo con Almirante y en el partido del domingo con Patronato. Y atrás, ninguno de los cuatro equipos a los que enfrentó, lo puso en apremios reales a su sistema defensivo.
Esto recién empieza, habrá cambios, llegarán partidos complicados, rivales duros, canchas difíciles y arbitrajes que dejen que desear. Es el contexto que no se puede evitar y al que habrá que acostumbrarse y estar preparados para contrarrestarlo. Hay que ver cómo reaccionará el equipo cuando le quiten la pelota o cuando esté en desventaja. Ya tuvo un esbozo de muestra cuando disputó, ante Atlanta, un partido con poca dinámica, mucha lucha y fricción. Ya de por sí, el fútbol argentino es eso. Ni hablar esta categoría, en donde parece que algunas cosas se potencian. Delfino lo sabe muy bien. Se nota que ha trabajado mucho en la pretemporada y este arranque no ha sido obra de la casualidad. Inclusive, la lectura que hizo de los partidos ha sido, hasta ahora, muy acertada. También podrá equivocarse alguna vez. Pero, hasta ahora, mostró su capacidad. Y también ha entendido que con Colón dirige a un grande de la categoría y que tiene la obligación de protagonismo.
11 titulares
Contra Estudiantes de Río Cuarto y de no surgir ningún imponderable: Vicentini; Herrera, Lopes, Goltz y Castet; Jourdan, Prediger, Talpone, Sabella y Lago; Axel Rodríguez.
El domingo
También Colón tiene día y hora para el próximo encuentro que disputará luego de esta visita del domingo que viene a Río Cuarto para jugar ante Estudiantes. El domingo 10 de marzo, los sabaleros recibirán en el Brigadier López la visita de Aldosivi de Mar del Plata. El partido está programado para las 19.10, en principio sin TV, aunque esto último no está aún resuelto en forma definitiva.
Un mal presagio: muchachos, ¡esto no!
Desde la Seguridad provincial, con Fernando Peverengo a la cabeza, está tomada la firme decisión de ponerle punto final a la interna de la barra. "Nosotros sólamente dejaremos entrar banderas y elementos de percusión a la tribuna norte", fue la orden del funcionario. Como consecuencia de ello, la barra que se denomina "La Negrada" y que va a la tribuna sur (la del Fonavi), quedó limitada en ese aspecto, algo que se le permite a la otra facción, llamada "Los de Siempre". En el partido con Patronato, durante el primer tiempo, explotaron dos bombas de estruendo muy cerca del arco que ocupó Vicentini en esa etapa. Se temió porque se repita en el complemento, cuando iba a ir Julio César Salvá, el arquero de Patronato. Por tal motivo, en una buena decisión, se ordenó colocar una hilera de policías detrás del arco del Fonavi y mirando directamente hacia el sector de la tribuna. La gente de Colón, sobre todo de la platea oeste, reaccionó de inmediato y fustigó la actitud de esos individuos que tiraron las dos bombas y que pusieron en riesgo la continuidad del partido. Será un elemento a tener en cuenta para el futuro porque puede ocasionarle un serio perjuicio a la institución.
El arquero de Colón y el humo de las bombas de estruendo de fondo. Crédito: Pablo Aguirre
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