Estaba “muerto” Eduardo Domínguez —que está por estas horas en Santa Fe, vale el dato— en esa luna de Avellaneda pero ganarle a Racing y clasificar a la Sudamericana le dio una vida más en el Mundo Colón. Estaba “ido” Pablo Lavallén si perdía con Argentinos Juniors en el Diego Armando Maradona, pero aparecieron “Las Manos de Dios” y otra vez Leo Burián lo salvó a Colón en los penales. Así vive Colón. A lo Colón, como si este momento fuera el real espejo de su pasional historia. Sufrir y gozar al mismo tiempo. A la vez, bien a lo Colón. Porque mientras el equipo juega este viernes en Maracaibo el partido más importante de los últimos años —a las puertas de una histórica semifinal continental—, es el mismo Colón con el mismo técnico y los mismos jugadores el que no le gana a nadie en la Superliga para hundirse en la tabla de promedios. A las 17 del jueves, en la calurosa Maracaibo, Colón buscará otra vez resucitar en la Copa.
“Estamos meados por todos los elefantes que enterramos alguna vez en el Cementerio”, me decía un dirigente desde Panamá City, donde el equipo hizo stop para llegar a Maracaibo. La referencia, claro está, es por lo que pasó con Leo Burián (debió viajar a Uruguay, donde finalmente falleció su hermano), no sólo titular sino golero-clave en la Copa. Eso abrirá las puertas para el chico Chicco y no es un juego de palabras: a los 23 años debutará en el pesado arco de Colón. ¡Y en cuartos de final de una Copa!.
Así vive Colón... a lo Colón. Un reflejo de la vida misma. Nadie es feliz todo el tiempo y ningún mal dura cien años. Mala onda en la Superliga, donde no se gana; ilusión en la Copa, donde aparece este sorprendente Zulia que ya se cargó a Palestino de Chile y a Sporting Cristal de Perú.
A esta altura hay algo claro: con todo el respeto a Zulia... el rival de Colón se llama Colón. Si juega con la levedad de Patronato y Huracán, no hay chances; si juega como en La Paternal, pasa tranquilo. Es cierto que hay condimentos extra: los 35 de calor, la tremenda humedad y el descuidado piso del “Pachencho” donde la pelota puede picar para cualquier lado. Es un combo letal si Colón duda.
Todo lo que decían que le iba a pasar a Colón le pasó este miércoles: corte de luz en el hotel cinco estrellas, calor insoportable, habitaciones sin aire durante siete horas. Con los hidratantes se tomaron, desde Santa Fe, todas las previsiones posibles. “Vas a Vietnam”, le dijo Claudio Vivas —DT de Sporting Cristal que jugó y perdió allá hace dos semanas— a Pablo Lavallén.
Llegó la hora, a lo Colón. Sufre en Superliga, se ilusiona porque goza en la Copa. A dos partidos de una semifinal. El primero, ahora, en Maracaibo. La revancha el 15 en Santa Fe. Es Colón, a lo Colón. El que en los últimos tiempos se muere en la Superliga y resucita en la Copa.