Sin balotaje: Colón quiere zafar en primera vuelta
Lo ganaba gracias a Galván, empató Martínez y Botta puso el 2-1 de penal. Pasó de todo: gol anulado por VAR, roja, confusión de identidad, penal y 9 minutos de adición. Marche otro corazón, sabalé.
Sin balotaje: Colón quiere zafar en primera vuelta
“Pipo” dice una y mil veces que “será así hasta el final”. Si se cumple su profecía, habrá que buscar más capacidad en las unidades coronarias de hospitales y sanatorios en la ciudad de Garay. Si es así, Colón tendrá que tener más de un corazón en esta lucha indeseable de la zona baja.
Eso sí, ya ganó tres finales para vivir y sobrevivir. La idea del campeón ciudadano es zafar en primera vuelta, nada de balotaje. Repasemos: Colón había ganado las dos primeras batallas claves del descenso: sabalerazo en el Libertadores de América para que se quede sin trabajo Zielinski en Independiente y victoria tranquila contra Gimnasia en Santa Fe para mandarle el telegrama de pre-anuncio de despido a “Chirola” Romero. Después, vinieron dos golpes duros y “raros”: los injustos penales contra Talleres y los errores garrafales en el Ducó contra Huracán.
Al abrirse la fecha, más allá de la caída del “Globo”, los resultados de “los otros” no habían ayudado demasiado al “Negro”: volvió Gimnasia casi de la muerte, resucitaron los santiagueños con dos victorias al hilo, ganó Platense para que siga Palermo después de varias fechas y el “Apache Tour” explotaba en Avellaneda con tres jugados y tres ganados para salir del pozo “Rojo”.
La previa con los “canallas” se complicó por la enfermería, a pesar del parate FIFA por las Eliminatorias: ni Paolo, ni “Conejo” y tampoco Batallini. A ese tridente de bajas, la roja a Delgado en Parque Patricios y otra ausencia.
Enfrente del once de “Pipo” llegaba un rival que parecía un equipo chico del interior de los años ’70: ganaba casi todo de local (leáse Arroyito) y perdía casi todo cuando salía del Monumento a la Bandera. Los números de turismo lo condenaban al Rosario Central de Miguel Ángel Russo: ganó apenas uno de 14 que jugó como visitante en lo que va de la temporada, ante el Globo en Parque Patricios por la 8 del torneo anterior, un 20 de marzo, 2-0 con tantos de Malcorra y Véliz. El resto fueron empates (7) y derrotas (6).
De yapa, los rosarinos acumulaban 14 partidos sin poder festejar dos veces seguidas. La última vez había sido a fines de mayo, 2-1 ante Defensa en Gigante y goleada 4-1 sobre Central Norte de Salta en la presentación por la Copa Argentina, esa vez en el estadio Único de San Nicolás.
El partido, a priori, “garpaba”: las urgencias de Colón para sumar y escapar; la necesidad de Central para llevarse “algo” a la Chicago Argentina.
La vuelta del “Flaco” Germán Conti a la titularidad con la camiseta de sus sueños, el debut en Santa Fe de Emanuel Más y el retorno de un tándem que había salvado las papas cuando no había ni aceite (Santiago Pierotti-Ramón Darío Ábila) eran los retoques obligados en el Colón de “Pipo”.
Vamos al primer tiempo: con sus armas, corajudos los dos. Y se armó algo interesante, de ida y vuelta, porque había espacios, había suela, errores y aciertos. Siempre interesante Pierotti, atacando el espacio como le pide el DT: ganador en el uno contra uno, desborde, cabeza levantada y pase gol. Esta vez, por culpa de “Fatu”, Ramón Darío falló donde nunca falla. Claro que, sin dudas, hubo más mérito de Broun que defecto de “Wanchope”.
Respondió Central, saliendo del buen manejo de bola del local, cuando Damián Martínez (a lo Donatti) reventó el travesaño con un misil que buscaba gol.
A los 37 minutos, después de una pelota con veneno de Malcorra, todo Central pidió penal: hubo más choque de Bianchi con Chicco que al revés. Revisión y nada.
Y sobre el final, cuando el juez agregó dos, hubo recupero sabalero en ataque, la rosca perfecta de Botta, la atropellada de “Wanchope” y gol de Central pero…¡para Colón!. Era en contra. Pero el VAR llamó desde Ezeiza, marcando que Ramón Darío volvía pasivo, pero además influía en el movimiento de distracción y/o molestia. Fue gol anulado y fjnal de un tiempo electrizante en el Brigadier López.
Si es final fue agitado, el complemento fue una mezcla de los Oscar: acción, drama, suspenso, espionaje (el del VAR).
Pasó todo en 8D. Arrancó con doble pérdida de Central (salida y área) y Galván, que se llama Tomás pareció Manolo: cantó gol el MVP 2023 de las redes sabaleras. Lo pudo cerrar, en la siguiente, “Piero” de contra. Ahí se terminaba todo.
Pero hubo más, mucho más. A los 11, Campaz por dos: cerró Garcés y travesaño. En la jugada siguiente, renegó Conti con los rebotes y encontró el empate Damián Martínez. Quedó noqueado Colón y casi lo aprovecha Central.
A los 20 se rompió el partido. Pelotazo, pique fatal de un desequilibrante Pierotti, salida desesperada de Broun, confusión de identidad y roja por mano a Komar.
Era lo de Colón empujar y Central aguantar. Hasta que Botta la cruzó, Toledó la bajó (Central pidió revisar en VAR pero esta vez no pasó nada) y la velocidad de Pierotti obligó al penal de Quintana. Fue Botta, sin fantasmas, para desatar el delirio en el Cementerio de Elefantes.
La frase más escuchada de “Pipo” es una sola: “Esto será así hasta el final”. Si se cumple su profecía, habrá que comprar otro corazón. Con uno solo, Negro, no va alcanzar.