Se puso en ventaja al principio y al final del primer tiempo y con eso le alcanzó para volver a sumar de a tres. Meza y Vega, los autores de los tantos.
Después de una caída lo importante es levantarse rápido y más cuando, como le ocurre a Colón, los números no dan demasiado margen de error. Así lo entendió el equipo de Gorosito que se levantó de la derrota sufrida una semana atrás ante un buen rival como Defensa y Justicia y dejó los tres puntos en Santa Fe ante un Banfield que llegó con la necesidad de llevarse algo pero se fue con las manos vacías.
La diferencia estuvo en la eficacia. Ese fue el gran mérito sabalero para “taladrar” a un adversario al que ahora superó en la tabla de posiciones y para quedarse con un triunfo que le sirve en lo matemático y también en lo psicológico. Es que a un equipo en armado como lo es este de Pipo Gorosito, encontrar acumular buenos resultados, hacerse fuerte de local y dejar su arco en cero le resultan valores tan vitales como los propios porotos que se llevó al bolsillo.
Colón empezó a pura ambición y así lo hizo saber con un primer ataque a fondo capitalizado por Eric Meza con un potente remate cruzado que se metió arriba, lejos de la mano derecha del arquero Cambeses. Golazo, primero por la gran maniobra de Perlaza para desairar a dos en la mitad de la cancha, después por la asistencia de primera de Arrúa y finalmente por la certera definición del lateral rojinegro que necesita volver al nivel que lo llevó a ser pieza clave no hace mucho tiempo atrás.
El local se puso en ventaja antes de que se pueda hablar de merecimientos pero el gol pareció despertar a Banfield. El “Taladro” comenzó a mover la pelota y no le costó encontrar espacios entre los volantes y defensores del rival. Porque Colón no contuvo ni quitó en la mitad de la cancha y sufrió una defensa que tampoco estuvo segura.
Entonces Banfield, más por invitación contraria que por virtudes propias, se fue animando y generó alguna que otra situación de peligro. Como un tiro libre de Alemán que no pudo despejar bien Ábila y en el rebote Olivera remató a las manos de Chicco. E inmediatamente Rodríguez sacudió el palo con un potente zurdazo después de una complicación en la salida de Acevedo.
El dominio de la pelota y del territorio fue visitante en la primera mitad, más allá de que “Wanchope” tuvo el segundo con un cabezazo que hizo estirar a Cambeses. Cuando el balón pasó por los piés de Alemán, el uruguayo generalmente le dio buen destino y desde allí partieron las mejores opciones para los del sur del Gran Buenos Aires.
En contrapartida, lo de Colón fue flojo en general, excepto por las contadas intervenciones de Wanchope en modo pivoteador, que lamentablemente para los intereses rojinegros no fueron bien aprovechadas por Arrúa -se desinfló después de la asistencia del gol-, Pierotti -llamativamente ausente en la primera parte- ni Álvarez, quien en el permanente ida y vuelta alternó buenas con malas y se destacó por sacrificio.
Pero su gran atributo fue el que en definitiva más vale para sumar puntos: la eficacia, esa que tantas veces le faltó y en esta oportunidad le sobró. Porque así como golpeó de entrada, lo volvió a hacer de salida. En la última jugada de la primera mitad, Meza le robó la pelota a Souto, mandó un centro al área para Ábila, Olivera la sacó como pudo y el rebote le cayó al “Kily” Vega, que no tenía una buena tarea pero la mandó a guardar -desvío mediante- con un remate bajo para su propio desahogo y el delirio del público que en gran número dijo presente en el Brigadier López.
Con el 2-0 parcial, las obligaciones pasaron al lado de Banfield en el complemento y allí aparecieron las limitaciones del conjunto visitante. Si bien se adelantó en el campo, en el primer cuarto de hora no le encontró la vuelta a un Colón más sólido en la marca y dispuesto a contragolpear cuando la oportunidad se presentara.
En esa tónica, de movida Juan Pablo Álvarez armó una buena apilada por el sector izquierdo y cuando lo habilitó a “Wanchope” el delantero no se pudo acomodar para quedar de cara al gol. En la otra banda, Meza también tuvo algunas subidas que sin terminar de profundizar evidenciaron algunas filtraciones en el fondo rival.
El buen ingreso del colombiano Piedrahita revitalizó a Banfield pasados los 20 minutos. El elenco bonaerernse buscó complicar con envíos cruzados y provocó algunas señales de alarma en el área defendida por Chicco.
Con el partido en ese plan, Sanguinetti mandó a la cancha a Andrés Chaves y Sebastián Sosa Sánchez en procura de mayor presencia en el área. Mientras que Gorosito apostó a refrescar la mitad de la cancha con los ingresos de Julián Chicco y Tomás Galván, con la intención de discutirle un poco la posesión de la pelota al rival y encontrar alguna contra que sentenciara la historia.
Lo pudo haber hecho el propio volante central con un sorpresivo remate que Cambeses mandó al tiro de esquina. Y más tarde con un tiro libre venenoso de Meza que no llegó a cabecear por el segundo palo Acevedo.
En los instantes finales Colón metió el partido en el freezer y Banfield, que ya había hecho el gasto sin encontrar premio se quedó sin energías ni argumentos más que poblar el campo contrario de gente a la espera de un centro salvador. Pero quedó descompensado y en un contragolpe Galván casi encuentra el ángulo con un remate desde la puerta del área que salió cerquita. Así como Troncoso estuvo a punto de marcar el tercero con una definición cruzada apenas desviada.
El trabajo ya estaba hecho. Los dos golpes oportunos de la primera mitad marcaron la diferencia y la efectividad en los momentos clave del partido le dieron la victoria que necesitaba.