Eran los años '90 y un tal Alfio "Coco" Basile (uno de los tantos "peso pesado" que se sentó en el banco del Cementerio de Elefantes) asumía al frente de la Selección Argentina después de ocho años de Carlos Salvador Bilardo. Entonces, apareció en escena el "Flaco" César Luis Menotti y marcando sus claras diferencias ideológicas con el "Narigón" inmortalizó una frase que aún hoy no pierde vigencia en el fútbol argento: "El inodoro va en el baño y la heladera en la cocina". De esa trilogía en modo vieja escuela que uno cita (Bilardo, Basile, Menotti) ya no quedan más entrenadores vigentes en la Argentina. Acaso el único que sobrevive es Julio César Falcioni, hoy en Colón, mucho más por sus 690 partidos con el buzo de DT que por sus 65 años del almanaque.
Utilizando esa ocurrencia del "Flaco", la realidad indica que la famosa "cocina" no está para nada bien en el Mundo Colón. Sin embargo, cuando el brasilero Anderson Daronco pite a las 19.15, el cruce con Talleres hará olvidar por 90 minutos todas las penurias. Parece mentira que Colón, con un par de gladiadores históricos, una desprolija renovación futbolística y el innegable amor popular de un estadio que temblará de principio a fin, no descanse en un pequeño detalle: está a nada de igualar esa hazaña de hace 24 años en la noche inmortal del Defensores del Chaco. Para quienes aún recuerdan la frase sanjuanina ("La gloria no se compra"), el ticket de la Copa Libertadores pone ante Talleres las dos cosas al alcance de la mano del cuestionado DT con los pies de sus players: gloria y plata; plata y gloria al mismo tiempo.
Me llamó la atención una frase de Pedro Caixinha, allá en Córdoba y antes de salir para Santa Fe: "El equipo tiene que salir libre a la cancha de Colón en búsqueda de la felicidad", expresó el particular entrenador de Talleres de Córdoba. Venir a casa con el resultado igualado (1 a 1 en el Kempes) y definir en un escenario donde Colón anotó todas sus victorias en la competencia más importante que organiza la Conmebol debiera implicar para los sabaleros éso que dice el otro entrenador: "Motivo de felicidad".
La fiesta en las tribunas está garantizada, la historia es la del césped. ¿Por qué Colón no llega con la cocina ordenada antes de entrar a los cuartos?. Nadie puede negar que, por estos tiempos, la casa no está en órden. Julio César Falcioni es el entrenador argentino más longevo de la Argentina (65 años, 690 partidos con el buzo de DT) y al mismo tiempo es el técnico que más conferencias de prensa suspendió en esta competencia. Sería muy básico pensar que es simple casualidad.
En una de sus últimas espasmódicas frases, el "Emperador" se metió solito en la Boca del Tigre: empezó a revolear todos los nombres que había pedido como refuerzos y que no habían llegado. Ni Carlo Ancelotti, con cuatro orejonas, se hubiera animado a tanto. "Hablamos con Méndez, con Poblete, Conti, Zuqui, Blanco, Cepellini, no pudimos concretar. Vamos a perder jugadores muy importantes y los chicos que hoy empezaron a caminar el fútbol profesional van a tener que reemplazarlos, el hincha de Colón va a tener que tener paciencia con ellos". A propósito de la palabra paciencia, fue la que se le terminó a Vignatti y parte de la dirigencia. Quedaron públicamente expuestos por el revoleo de media del entrenador. Ese gesto y ganar un solo juego de los últimos 18 que dirigió parecieron sellar su etapa como entrenador profesional de Colón. Algo que no siquiera podría torcer eliminando a Talleres y clasificando a cuartos de final de la Copa Libertadores de América.
La postal del presidente José Vignatti, a un puñado de horas del juego más importante de los últimos años en la Copa Libertadores, cerrando jugadores por su cuenta en Buenos Aires es una señal bastante clara de lo que se viene en el Mundo Colón. Pase lo que pase contra Talleres.
Claro que esta vez a esa vieja frase con escamas ("En Colón nunca te aburrís") se le fue la mano. Cualquier actor del fútbol argentino, con los que uno habla seguido en estas horas calientes del mercado de pases, tira la misma frase desde Buenos Aires: "¿Cómo van a despedir o cómo puede dar un paso al costado un entrenador como Falcioni que se mete en los cuartos de final de una Copa Libertadores?". Así es Colón, antes y después de la estrella, indescifrable.
Las especulaciones, en la usina de rumores, van y vienen a cada rato. Es una mezcla de todo: la salida de jugadores importantes (Aliendro, Burián, Lértora), la falta de resultados en el campeonato local, la llegada demorada de los refuerzos. Pero, además, la frase liberada que dejaron los que se fueron y ya no están en el día a día: "El cambio de Eduardo a Falcioni fue muy grande, demasiada brecha, muy brusco en todo sentido".
Luego de jugar en Córdoba contra Talleres su partido 50 en el plano internacional por las distintas competencias Conmebol muchas miradas buscaron y no encontraron al presidente de Colón. Vignatti, que ya había avisado a sus delfines que no iría al Kempes, siempre patentó una frase desde los '90: "Hay que tener un buen asador o en su defecto hay que comprar buena carne". Muchas veces, a Colón le sobraron las dos cosas: grandes cocineros (DT) y muy buena carne (jugadores). Sin embargo, cuando alcanzó la gloria en San Juan, no era candidato para nadie como en los tiempos de glamour (Maturana, Basile, Martino, Bauza y hasta el mismo bombazo de Comesaña).
Pase lo que pase este miércoles, la "preguntita" (que está de moda en la comarca sabalera) es una sola: ¿Después de Falcioni qué?. Si es por los movimientos "vignattistas" en Capital Federal, el presidente pareciera volver a la receta de comprar buena carne sin tener en claro quién será el asador. En Europa, donde hacen un culto de la secretaría técnica, se extinguirían en cinco segundos: traer jugadores sin conocer al próximo DT.
Así llega Colón a las puertas de algo que sólo consiguió una sola vez en 24 años: acariciar, soñar y abrazar los cuartos de final de la Copa Libertadores de América. Es una llave pareja como pocas. Cualquier opinólogo foráneo diría, al estillo Nimo, "Sic...Sic...Colón". No perdió de visitante y juega de local: 30.000 almas sabaleras contra 2.000 cordobeses.
Claro que quien analiza desde afuera no conoce la cocina sabalera en Santa Fe. Ahí donde Vignatti recomienda "buen asador o buena carne", Colón está en llamas. Pero como el fútbol es indescifrable, quizás los players de Colón son capaces en estos 90 minutos de poner el inodoro en el baño y la heladera en la cocina.
Caixinha, su equipo y la "felicidad"
Pedro Caixinha, entrenador de Talleres, brindó una conferencia de prensa previa al gran partido de Copa Libertadores frente a Colón en el Cementerio de los Elefantes. "Nos gusta tener un equipo que pueda dominar el partido, y la única manera de poder hacerlo es teniendo la pelota. Hasta este momento fuimos el único equipo que juega Libertadores que no perdimos en esta fecha".
En referencia al futuro, añadió: "Pase lo que pase, y si no pasa lo que nos genera la máxima ilusión, yo seré el máximo responsable. El equipo tiene que salir libre a la cancha en búsqueda de la felicidad. Tienen mi respaldo para eso".
Cuando debió volver a ponderar bondades de Colón, el portugués subrayó: "Vamos a enfrentar a un equipo fuerte en la contra. Tenemos que estar siempre equilibrados. Nuestra idea es que si quieres seguir adelante tienes que ser protagonista".
Antes de su despedida y sobre la recuperación de Diego Valoyes, sostuvo que "Diego viene haciendo un gran trabajo y un sacrificio por estar al 100%. Viene a pasos largos en su proceso de recuperación. Está ya con el grupo que citamos pensando en Colón".