Saralegui sale a la cancha de Unión con las valijas hechas
Los dirigentes pretendían una renuncia que no llegó, el DT planifica lo que sería (o será) su último partido. Y hasta se lo habría manifestado a los jugadores.
Marcelo Saralegui sumergido en una situación muy particular, a días de enfrentar el clásico ante Unión. Créditos: Manuel Fabatía
Es así, tan complejo como difícil de entender. Marcelo Saralegui sigue siendo el DT de Colón sin el respaldo de la dirigencia, sumergido en una crisis futbolística notoria y sin una respuesta convincente y generadora de confianza, dentro de la cancha, de parte de sus jugadores. Tres partidos jugados, tres perdidos, tres actuaciones que dejaron muchísimo que desear y el clásico que se viene. Es el peor de los escenarios, pero también hay una pequeña historia para contar:
* Viernes a la noche. Final del partido ante Sarmiento. Silbidos e insultos para todos, más el clamor popular que se dejó escuchar bien fuerte: "... Si no ganan el domingo, qué quilombo se va a armar", fue la reacción de la gente. Nadie escapó a la reprobación del hincha. El día anterior a ese partido, el presidente Vignatti había salido a respaldar al técnico en aquéllas declaraciones públicas que formuló para LT 9 con el colega Adrián Brodsky. El pretendido golpe de efecto, a favor del técnico, no se dio. En la cancha se repitió lo que ya adelantamos después de la derrota en Mendoza: "Saralegui quiere lo que en la cancha no se vé", dijimos desde la tierra del sol y el buen vino. Con la derrota y el clima espeso consumados, "llegó el momento de cambiar", pensaron varios. O casi todos los dirigentes. ¿De qué manera debía materializarse?, con la renuncia del DT. Lejos de manifestarla, Saralegui ni siquiera dejó entrever la posibilidad del paso al costado y habló de utilizar "una última bala". Como si fuera poco, tiró una frase tan llamativa como curiosa: "Quiero irme en ganador".
* Sábado y domingo. Reuniones y conversaciones varias entre los dirigentes y de ellos con el DT. Nuevo pedido de renuncia. Saralegui se mantuvo en la postura de seguir. Su intención parecía clara: buscar el clásico como la tabla de salvación. Los dirigentes quedaron atrapados en un laberinto. La rescisión de contrato tenía un costo y la llegada del nuevo DT también. Las dos cosas eran imposibles de concretar desde lo económico. A todo esto, Saralegui y su cuerpo técnico armaban lo que sería la semana completa de entrenamiento con el clásico a la vista.
* Lunes. En la vuelta del plantel a los entrenamientos, Saralegui le habría manifestado su decisión a los jugadores. ¿Será cierto que les dijo que era el último partido y que lo ayuden a irse en ganador?. Si algo no se discute, es que Saralegui quiere a la institución en la que, como jugador, brilló y fue partícipe de tiempos brillantes e inolvidables. Pero tampoco quiere irse en perdedor. Mientras tanto, el presidente a Buenos Aires. ¿A qué?, pocos se animan a afirmarlo. Dicen que fue a arreglar una multa que le impusieron al club. Cuesta creer que sólo sea eso, inclusive teniendo en cuenta que ésas son cosas que se pueden solucionar desde Santa Fe y sin la necesidad de un viaje a la capital federal.
Hasta aquí, con el "beneficio" de la duda de otros hechos que no se consignan pero que tampoco sirven para modificar demasiado el cuadro de situación, se llega a una instancia realmente crucial.
* Saralegui afronta el clásico sin contar con el respaldo de la dirigencia.
* Sabe que puede (o es) su último partido, sin que importe el resultado.
* Apela a la parte motivacional para darle un empuje a un plantel que no ha podido responderle, sobre todo en estos tres partidos del 2023, pidiéndole que por fin llegue esa respuesta futbolística de un equipo que también la necesita para sacar un buen resultado y no exponerse aún más al mal humor que está despertando la campaña en la gente.
Sabemos que esto es fútbol y que todo puede pasar. Pero el aroma a ciclo cumplido es muy fuerte y se cree que no hay esperanza ni convicción para modificar esta especie de "crónica de una muerte anunciada".
Con semejante inestabilidad, Saralegui asume la conducción del equipo en un partido de muchísimo valor para el hincha, quizás ya no tan decisivo para él por este cuadro de situación absolutamente negativo para su futuro. Insisto en que el fútbol da lugar para todo, pero, suponiendo que a Colón le vaya bien, ¿con qué "banca" continuaría el uruguayo en el cargo?, ¿con qué nuevo plazo?. En realidad, ni siquiera se lo impusieron (al plazo) a Saralegui para este partido. La situación se planteó de esta forma, hasta con sensaciones que subyacen en la nebulosa. Y parecería ser que Saralegui sale a la cancha el domingo con las valijas hechas.
El equipo
Por su lado, la buena noticia es que Saralegui podrá contar con Wanchope Abila y Troncoso (ya jugaron ante Sarmiento) y casi seguro que también con Perlaza y Delgado. La mala es que no jugará Vega.