"¡Qué bien que juegan los pibes de las inferiores de Vélez"!, no importa cuando leas ésto. "¡Qué mal que juega el Colón de Falcioni en el torneo local!", tampoco importa en qué momento puedas leer ésto. Son dos conceptos que, claramente, se dieron la mano en la tardecita-noche de lunes en el Cementerio de los Elefantes.
Eliminado de la Copa de la Liga por 80 por ciento de indiscutibles defectos propios y otro 20 por ciento de fenómenos anti-naturales no explicados del todo. Ejemplo: extiende volúmen, trazado de líneas y off-side tecnológico, entre tantos otros. "Estaba el talón de Ávila", explicaron. Sin dudas, el talón...el de Aquiles más que el de "Wanchope" con el VAR. Todas las revisiones (Huracán, Estudiantes, Vélez) lo liquidaron.
Lo que está claro es que no se puede poner el carro por delante de los caballos. Colón no queda eliminado de la Copa por los fallos de los jueces de campo y jueces de VAR (que los hubo, claramente) sino por su falta de compromiso para jugar el torneo local. Y en este concepto de revoleo, también va el misil para Falcioni: insistir con jugadores que nunca resuelven nada no parece serio. Una y otra vez lo mismo: Sandoval, Novillo y los chicos que ya no son chicos pero no van ni para atrás ni para adelante.
A nueve días de la final con Olimpia en el Cementerio de los Elefantes, Colón decidió otra vez rifar tres puntos. Alguna vez alguien explicará de manera seria y sin verso porqué acá no pueden jugar cada tres días. Ahora, resulta que no pueden jugar ni siquiera cada nueve: Goltz, Meza, Beltrán y Farías afuera del once titular por motivos varios. Ya ni hace falta encontrar las explicaciones.
Más allá de su amor por la Copa (Libertadores), Colón odia entrar al VAR. Cada vez que revisan, chau.
Hablando de entrar, otra vez dormidos: a los 4 ya ganaba Vélez con gol de Osorio. En ese primer tiempo lo único que hizo Colón fue el gol tecnológicamente anulado a "Wanchope". Poco, muy poco, para un campeón vigente y defensor del título.
Y si ese primer capítulo no le puso final a la historia de la chapa fue gracias a un solo jugador: "Cachorro" Burián. Entre las tapadas del golero charrúa y la falta de puntería de Vélez evitaron el nocaut.
Los cambios de Falcioni, desde el vamos, lo cambiaron a Colón. En ese sentido, el banco de Vélez durmió en Santa Fe. Lo fue llevando hasta que lo empató. Le tiró Beltrán un pelotazo al desierto en el fin del mundo y "Wanchope" armó un gol a lo Ramón Darío Ábila: uno contra tres, lento contra rapiditos. Viejo es el viento y le sobran mañas. Gol que fue gol. No había Truco posible esta vez.
Una tijera a lo "Wanchope" y otra apilada del ex Boca, mostraban de lo mejor de Ábila en Colón.
Pero la falta de jerarquía de los reemplazos inadmisibles se dieron la mano en una sola jugada. Novillo calcula mal en el medio del área y queda pagando; Sandoval como siempre cierra tarde (es más, se da vuelta cuando patean) y Janson lo clava a Burián.
Para no perder la costumbre, Falcioni ahora que vuelve a hacer los cambios que nunca cambian nada (Farioli, Gallardo). Hasta que uno de los titulares (Beltrán, indiscutido) transforma un pelotazo en un penal. Sin "Pulga" ni Farías, lo debía patear Beltrán pero se agrandó "Wanchope", tanto que desde los doce pasos la tiró a la segunda bandeja de La Bombonera.
Con diez partidos sin ganar y viendo por TV como juegan los cruces equipos "pobres" como Tigre y/o Aldosivi, Colón se eliminó solito de la Copa de la Liga.
Ahora, queda la enorme ficha y el sueño de avanzar en la Libertadores. Hubiera sido ideal poner huevos en distintas canastas. Muchos piensan que Colón "sólo tiene 12 o 13 jugadores de nivel para titularidad" y que le vendrá bien jugar ahora un solo torneo. Muy básica, tirando a berreta, la explicación.
Colón terminó despreciando el accesible torneo local (en los mata-mata, este equipo se hubiera agrandado); ahora sólo vive y se desvive por la Libertadores.
El Colón de Falcioni, que despilfarró el torneo argentino de manera inadmisible, vive por la Copa (Libertadores/Conmebol) pero odia entrar al VAR (AFA).