Martes 28.4.2020
/Última actualización 16:56
Aunque nadie lo admitiera públicamente en el cuartel legal sabalero (Vignatti, Hilbertl, Saliva), Colón sabía desde el vamos que —hiciera lo que hiciera— la Conmebol no cambiaría el rumbo deportivo de la Final Única de la Copa Sudamericana 2019. De hecho, los ecuatorianos ya validaron su título de Paraguay al jugar y perder este mismo año frente al Flamengo de Brasil la final de la Recopa Sudamericana: 2-2 en Quito y 0-3 en el Maracaná de Río de Janeiro.
“Si nos hubiéramos enterado antes de las 24 horas posteriores a la Final, la historia para reclamar hubiera sido otra”, reconocen. Más allá de ese límite, Colón está convencido que el golero Jorge Vladimir Pinos fue “incorrectamente alineado” por una sencilla razón: siempre estuvo mal registrado y —por ende— mal habilitado.
En consecuencia, ¿qué persigue Colón?. Por un lado que se conozca la verdad ante tamaña irregularidad y que alguien “pague” por ese error: el propio jugador, su club y la Federación Ecuatoriana. Puede ser uno de los actores, dos de ellos o directamente los tres juntos. En síntesis, “se quiere volver con algo”. Lo mínimo, una indemnización económica por el daño; lo máximo, una invitación deportiva a una competencia superior.
La final fue el sábado 9 de noviembre, Colón denunció el “fraude deportivo” el mismo lunes 11 y rápidamente la Conmebol le rechazó la demanda a los abogados sabaleros. Tan sorprendente como la rapidez del “no” fue la demora en entregarle, desde la Unidad Disciplinaria, los fundamentos del rechazo.
Con fecha de 22 de noviembre, luego del rechazo al reclamo original, Colón le pide a la Conmebol que —en cumplimiento con el artículo 46 de competiciones y agregado— exiga toda la documental del Caso Pinos.
El Artículo 46 de la Conmebol Sudamericana afirma que “será de exclusiva responsabilidad de la Asociación Miembro a la cual pertenecen los clubes, verificar y avalar la inscripción de los jugadores que participarán en el Torneo en representación de dichos equipos, excluyendo a la CONMEBOL de dicha obligación”. Y en el apartado llamado “Parágrafo único” amplía que “la CONMEBOL podrá a cualquier momento solicitar toda documentación de los jugadores en las Asociaciones Miembros
para averiguación y aplicar sanciones caso los documentos no estén correctos”.
Lo que Colón hoy no entiende, más allá que el viernes ingresó su reclamo en la Cámara de Apelaciones —es una sala de segunda instancia—, es porqué Conmebol no aplica el Artículo 46 y solicita a la cuestionada Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), todo el historial del Caso Pinos.
En el medio, entre el primer rechazo y la aceptación de la apelación, El Litoral está en condiciones de asegurar que “Colón fue citado mano a mano en Conmebol para hablar de la denuncia”. O sea, no es algo que le de igual a Alejandro Domínguez y compañía.
Por más que la historia de la Copa está cerrada, Colón está convencido —Hilbert viajó dos veces a Quito a investigar— que toda la documentación de Jorge Pinos está viciado de nulidad. Y que la Conmebol fue “engañada” por la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) a favor de Independiente del Valle.
Más allá que Xavier Freire —abogado de Técnico Universitario— piense que “Colón se presentará ahora mismo como tercer involucrado”, la decisión de Vignatti y sus abogados es esperar primero el fallo de la Cámara de Apelaciones de la Conmebol: puede ratificar la negativa a Colón del 12 de noviembre de 2019 de la Unidad Disciplinaria o puede modificarla.
No se puede hablar de plazos, pero sí de opciones: si la Conmebol vuelve a decir “no” en esta segunda instancia de apelación, la decisión sabalera de ir al TAS está tomada. Es más, tal como ocurrió con Boca, Colón sería patrocinado en Suiza por un estudio jurídico de Europa.
Aunque nadie lo diga, Colón con su reclamo busca “pescar algo” detrás de un jugador —el golero Pinos— “mal alineado por estar mal registrado”. Lo de mínima, es una indemnización económica por el daño del fraude. Lo de máxima es casi una utopía: ir al Mundial de Clubes como subcampeón de la Sudamericana 2019 si la edición 2020 no se puede completar este año por la pandemia.