Una noche de gloria para Federico Lértora: el "5" que pareció "9"
Vence su contrato y parece que no hay arreglo y que su futuro estará en otro lado, pero jugó como para quedarse. Fue una noche mágica del “Chino”, gran y excluyente figura. La ovación cuando se fue de la cancha no podrá olvidarla por el resto de su vida.
Federico Lértora (9) jugó “el partido de su vida”. Fue el “5”, dela camiseta “14” que pareció un “9”. Definió muy bien desde la puerta del área en el primero y metió un cabezazo estupendo en el segundo, justamente ante defensores paraguayos, que si en algo se destacan es en eso: en el juego aéreo. Su contrato vence en junio y daría la impresión de estar jugando sus últimos minutos con la camiseta de Colón, pero jugó como si necesitara una actuación relevante para quedarse.
Las inseguridades defensivas, algunos momentos en los que confundió rapidez con apuro y un dominio que no logró cristalizar con jugadas claras de peligro porque generalmente los centros se tiraban sin precisión o directamente afuera de la cancha, fueron el común denominador de un primer tiempo en el que Colón jugó con fervor pero sin la suficiente claridad en los últimos metros de la cancha.
Lértora se había convertido en el mejor jugador de Colón en esa etapa inicial, incluso en el más peligroso. Primero había cabeceado en forma desviada un centro desde la izquierda, pero no perdonó cuando definió muy bien una interesante jugada colectiva en la que él mismo participó y en la que Bernardi, inteligentemente y aprovechando su enorme movilidad, le colocó la pelota hacia atrás, tomando a contrapierna en el retroceso a toda la defensa de Olimpia y el propio Lértora definió con clase, colocando la pelota junto al palo izquierdo de Olveira. Suficiente para convertirse ya en ese momento en el mejor de un Colón que no merecía irse al descanso en desventaja.
Otra vez, como en el partido de ida en Asunción, Farías merodeó el sector derecho del ataque. Por allí fue desde dónde llegaron la mayoría de los centros, porque subió mucho Meza por allí y también se recostó Aliendro, aunque en este caso con más libertad para transitar por otros sectores de la cancha.
Los peligros para Burián (5) sólo se manifestaron en dos o tres centros que tuvo que descolgar en el aire, ya que su presencia pasó inadvertida durante varios pasajes. Lo dicho de Meza (5) con mucha proyección pero no siempre terminando bien las jugadas, con centros que acababan en la cabeza de los jugadores rivales. El trabajo de los centrales no fue bueno. Ni Garcés (5) ni Goltz (4) brindaron seguridad, sobre todo en el comienzo del partido. Luego mejoraron, pero hasta ahí nomás. Delgado (5) completó el sector defensivo, con varias proyecciones en el segundo tiempo aunque siempre el común denominador fue la falta de terminación de las jugadas.
En el mediocampo, lo dicho de Lértora, quitando, relevando y siendo un jugador gravitante en el sector ofensivo, con dos goles que refrendaron su brillante actuación. Aliendro (6) nunca desentona, por más que no haya tenido una noche como otras en lo que se refiere a su aporte futbolístico. Y Bernardi (6) aportó su habitual movilidad, jugando suelto, sin posiciones fijas y tratando de explotar su cambio de ritmo. Fue partícipe en el gol de Lértora y su rendimiento fue bajando a medida que transcurrieron los minutos. Algo parecido ocurrió con Teuten (5), más activo en el primer tiempo que en el complemento, siempre abriendo la cancha y tratando de asegurar el traslado aunque no tan preciso en los centros.
Beltrán (5) las corrió a todas, se sacrificó y eso fue lo que la gente le reconoció cuando se retiró ovacionado de la cancha, más allá de que su estilo de juego hizo que se ganara el cariño del hincha. Dentro del área no siempre tuvo la capacidad y la frialdad para aprovechar un par de situaciones favorables para llegar al gol. El ingreso de Wanchope Abila en la parte final fue para mejorar esa presencia ofensiva en los metros finales de la cancha y Farías (6) hizo un trabajo interesante por el costado derecho, complicando otra vez a Gamarra, tal como ocurrió en Asunción del Paraguay. Aunque no fue tan gravitante en el área (la pisó pocas veces), no renunció al desborde por afuera y a sacrificarse cuando el equipo lo necesitó.
No es cuestionable la victoria de Colón. Fue ajustada como el trámite, pero hubo justicia. La consiguió Lértora en una noche que no podrá olvidar. El Colón copero apareció en toda su dimensión. Sin dudas que este equipo se agranda cuando de la Libertadores se trata. Van cinco partidos y nunca desentonó, en algunos jugó mejor que en este ante Olimpia, pero la imagen convincente no cambia. Y lo ganó bien.