El Litoral
Será el último partido antes de iniciar un periplo de cinco compromisos en sólo 17 días con un viaje a Colombia en el medio. Una duda se plantea en el lateral izquierdo. ¿Seguirá Clemente o volverá Escobar?
El Litoral
Colón tiene ahora la mente puesta en Independiente, antes de iniciar un periplo de 5 partidos en 17 días. La de Avellaneda será la última estación relativamente desahogada, si la medimos por cantidad de partidos, pues luego deberá enfrentar sucesivamente a Godoy Cruz, Junior en Barranquilla, Boca, Junior en Santa Fe y Newell’s, en un periplo cansador que merece no sólo especial atención de parte del técnico para poner lo mejor en cada partido, sino también de logística por la cantidad de viajes.
Respecto del equipo para jugar en Avellaneda, la actuación ante San Lorenzo —que fue buena hasta los 20 minutos del segundo tiempo y luego se cayó— y la no recuperación de Correa, permiten suponer que Domínguez podría repetir la formación que jugó ante el equipo de Biaggio en cancha de Newell’s.
Podría plantearse, quizás, la duda con respecto al lateral por izquierda, ya que el ingreso de Clemente Rodríguez se debió a que Escobar no estaba en las mejores condiciones físicas, arrastraba una molestia y por ello resolvió el cambio. Del medio hacia arriba, fue bueno lo de Mariano González en tanto que Chancalay le dio un ritmo distinto al equipo a la hora del ataque, mientras que Estigarribia se paró al lado de Fritzler para darle una ayuda en la marca y convertirse en el iniciador del juego.
De todos modos, depende de la decisión que tome Domínguez en función de las características del rival, ya que el técnico sabalero piensa en el adversario a la hora de la formación del equipo.
¿Y el rival?
Independiente quedó naturalmente dolido por la derrota ante Brown de Adrogué por penales en la Copa Argentina y arrastra además una serie de partidos sin conocer la victoria, a la vez que tiene la mente puesta en el cotejo ante River, del miércoles de la semana que viene por la Libertadores.
Independiente quedó nuevamente eliminado de la Copa Argentina y no sólo agrandó su mala racha en este certamen: también ratificó el endeble funcionamiento y los malos resultados desde que ganó la Suruga Bank en Japón.
Habrá, también, otros factores; pero lo cierto es que el Rojo parece seguir en Osaka y con el horario cambiado. Tras vencer al Cerezo y conquistar su 18va. Copa internacional, no volvió a ganar y sumó cinco empates y una derrota. No se explica solamente desde los números: el nivel del equipo bajó notablemente en comparación con el 2017 y el semestre pasado.
De esos seis encuentros que disputó, sólo mostró una buena performance en la vuelta ante Santos, con un 3-0 a favor en la ida por la mala inclusión de Carlos Sánchez que le permitió jugar con más soltura la vuelta (0-0) de los octavos de final de Libertadores. En la Superliga, perdió ante Defensa y Justicia en Avellaneda y empató el resto de los partidos sin mostrar nunca el fútbol que supo alcanzar.
Sin embargo, lo más preocupante no es lo que pasó sino lo que viene. El equipo de Ariel Holan deberá enfrentar a River por los cuartos de la Libertadores y necesitará recobrar la memoria para poder continuar en la Copa que más le gusta. Una cita que esperó 28 años, por lo que querrá estar a la altura de semejante acontecimiento.
Con este panorama y cuatro días antes de ese partido, tendrá que medirse con Colón. ¿Pondrá Holan un equipo con suplentes, priorizando la Libertadores?, es bastante probable que muchos de los titulares se “guarden” para el compromiso copero.