Utilizando las propias expresiones de Domínguez después de perder con Banfield
El desafío de Colón es que el "piso" del equipo no baje
No hay chances matemáticas de nada, tampoco urgencias por la ausencia de descenso y promedios, pero la búsqueda sabalera es jugar con todo estos dos partidos que restan para que el técnico tenga algo sólido de qué agarrarse para proyectar lo que se viene.
El desafío de Colón es que el "piso" del equipo no baje
Cuando terminó el partido con Banfield, Domínguez dijo que "tenemos que encontrar nuestro piso". ¿Qué quiso decir?, que no quería que el equipo cayera demasiado, que encuentre un límite, un "piso" por debajo del cuál nunca juegue. Ese piso ha sido el partido con Gimnasia y Esgrima La Plata. No hay dudas. Un piso bastante bajo, pobre en lo individual y en lo colectivo, con errores groseros de jugadores que venían teniendo un rendimiento parejo como Burián y Bianchi, dos de los integrantes de una columna vertebral que en algún momento alcanzó solidez, sobre todo en el verticalismo defensivo del equipo, sumando a Lértora.
A propósito, consumada la idea del técnico para armar el equipo con Banfield, surge claramente la dificultad de desarmar lo que anda bien. Ocasionalmente y para salir del paso, Domínguez sacó a Lértora del medio para mandarlo a la defensa en el entretiempo ante San Lorenzo. Lo necesitaba como excepción, porque estaba lesionado Olivera y porque se estaba perdiendo el partido. Salió bien. Colón dio vuelta el partido, mantuvo el rendimiento defensivo y ante la nueva ausencia de Olivera -ante Banfield- el DT prefirió repetir la fórmula. El gran problema no sólo se dio en la extrema defensa sino -y sobre todo- en el mediocampo. ¿Por qué sacar al "5" que venía jugando bien?, ¿por qué desarmar una estructura que funcionaba, con una dupla (la de Lértora-Aliendro) que entendía muy bien lo que se debía hacer para contener y apoyar ofensivamente al resto de los compañeros?
En todo este tiempo, Domínguez encontró un sistema. Del medio hacia arriba arrancó con Farías, Chancalay y Morelo, enseguida se metió Bernardi, después el Pulga Rodríguez, hubo un pequeño retoque cuando se agregó a Góez a la mitad de la cancha (en el partido con San Lorenzo) y nada más. El ingreso de Piovi por Escobar, cuando éste fue afectado por el Covid, no significó un cambio rotundo porque son jugadores parecidos. Ahí, Domínguez podría haber modificado la posición de Delgado pero prefirió no hacerlo. Con Piovi, la alternativa era retrasarlo a éste para que juegue de defensor y tirarlo a Delgado al costado para que sea el lateral-volante. No lo hizo. Con Lértora cambió de parecer. No es la primera vez que un "5" pasa a jugar de "2", pero lo podría haber evitado para no desarmar una línea que venía funcionando bien. Lértora fue un jugador indiscutido, parejo, regular y rendidor en esta Copa. No había muchos motivos que justificasen su cambio de posición. ¿Por qué no haber tirado a la cancha a Garcés, que ya venía con un partido "en el lomo" (su debut ante Central Córdoba en Santiago)?
Domínguez habló de un plantel "corto", pero encontró rápido el equipo y lo único que hizo fue darle algunos pequeños retoques, varios de ellos producto de circunstancias excepcionales y ajenas al rendimiento de los jugadores, como se dio con algunos de ellos que padecieron el Covid positivo. El 3-4-2-1 o 3-4-1-2 no se alteró casi nunca. Tuvo algunos matices, pero pequeños, casi imperceptibles. Estratégicamente, Colón tuvo pasajes en los que se decidió a jugar en el campo rival y a establecer un rol protagónico y otros en los que, sobre todo con la ventaja a su favor en el resultado, retrocedió, esperó y contragolpeó. Es el estilo de juego de Domínguez, que pretende un equipo que sea inteligente para el manejo de los tiempos, pero sobre todo, que tenga mucha solidez para jugar a regalarle la pelota y el terreno al adversario sin dejar de ejercer el control del partido. Algo que, si no está bien aceitado, se hace complicado de aguantar siempre y puede pasar lo que le pasó con Banfield (que le den vuelta el partido).
Sacando el partido con Gimnasia y algunos pasajes del choque ante Banfield, Colón ha sido un equipo mucho más confiable que las versiones "pre-pandemia", inclusive aquélla que le permitió llegar a la final de la Copa Sudamericana del 2019. El otro partido que se perdió fue ante Independiente en Santa Fe, pero jugando en un buen nivel y superando al rival, que aprovechó espacios otorgados y contragolpes bien ejecutados para ganar el partido.
Quedan dos partidos en los que Colón jugará por nada. Sin promedios (hasta el próximo torneo) y sin descensos (en teoría hasta el 2022), los dos resultados ante Atlético Tucumán y Talleres no alterarán absolutamente nada. Quizás se conviertan en algún "banco de pruebas" que Domínguez pretenda experimentar. Pero lo que realmente se busca, es evitar que el piso baje, que el nivel retroceda y que se tenga que partir de una realidad más preocupante para el armado del próximo plantel.
Habrá exigencias de parte del entrenador, no hay dudas. No creo que Domínguez se conforme con un plantel al que calificó de "corto", pues necesitará incorporar jugadores también para levantarle la vara. Se fueron varios durante el año, algunos de ellos como consecuencia de decisiones totalmente erróneas y costosas de parte de la dirigencia. Se gastó mucho, se redujo la plantilla, se incorporó poco y barato y Domínguez lo aceptó. Es posible que su postura cambie. Al menos, es la impresión que dejan sus declaraciones, en un mercado de pases que estará también condicionado por un proceso electoral que debe darse de manera urgente para normalizar políticamente a la institución.
Martes 5, a las 21.30
Es el horario y el día de disputa del encuentro entre Atlético Tucumán y Colón. Todavía no se sabe cuándo será el partido con Talleres en Santa Fe.