Un DT que está dispuesto a decir lo que piensa y a no callarse
A Domínguez le sobran pelos en la barba pero no en la lengua
Cada vez que habló -que no fue mucho-, el entrenador sabalero dijo cosas, generalmente en pleno disconformismo con lo que pasa y se hace en el fútbol argentino.
A Domínguez le sobran pelos en la barba pero no en la lengua
En esta Argentina que hoy más que nunca le da la razón a Discépolo por aquéllo de que "el que no llora, no mama" y en este fútbol en el que todos se miran su propio ombligo y buscan su propia conveniencia, Eduardo Domínguez asoma como un tipo que ha resuelto pararse en la vereda de enfrente, por más que algunos "vivillos" de los que abundan en este suelo, alguna vez le quieran pasar alguna factura.
Con Colón "prendido de los cables" en la lucha por el descenso y aún a sabiendas de que lo fueron a buscar cuando el equipo estaba en descenso directo (sin haberlo sabido cuidar antes), dijo que no concebía un torneo sin descensos. Eso fue antes de empezar el torneo.
Ahora, no se quedó callado y apuntó a las "corporaciones" después de sentirse despojado -como todo Colón- por un arbitraje vergonzoso y perjudicial como fue el de Merlos ante San Lorenzo. ¿Qué habrá querido decir con las corporaciones?, ¿hacia adónde o quiénes habrá apuntado?. Esta pandemia impide que haya un contacto más directo y fluido con los protagonistas, pero voy a darle un elemento al lector para que saque sus propias conclusiones. Corporaciones es "un grupo de empresas y sociedades que realizan diversos trabajos y servicios de manera independiente con el fin de conseguir un enriquecimiento común".
Con la tercera derrota consecutiva de local consumada (más por "causalidad" que por "casualidad"), Domínguez apuntó en varias direcciones. Habló de la incertidumbre que sigue habiendo en el fútbol argentino; habló de su rechazo a un fútbol sin descensos; habló de la "inexacta" (por mencionarlo con un término medianamente amigable) pretensión de los dirigentes de quitarle presiones al fútbol para promover juveniles, "pero ya van cinco técnicos a los que echan". Y también ahondó en este tema de los jugadores de las inferiores, diciendo que no es justo tirarlos porque sí y sin un adecuada preparación previa a algo que él mismo denomina una "carnicería", refiriéndose al fútbol argentino.
Domínguez puede ser un bicho raro en este contexto en el que muchos se quedan quietos o callados por temor a la represalia o para no caerle antipático al poder. Sigue los pasos, en este aspecto, del mejor técnico del fútbol argentino: Marcelo Gallardo. Y también propone pautas claras para entender, de una buena vez, qué es y cómo se tiene que conducir un proyecto deportivo.
Esta versión de Domínguez, la futbolística, es más depurada que la anterior, llena un poco más. La anterior fue, desde el resultadismo, más eficaz (clasificó a dos copas Sudamericana). Habrá que darle tiempo a esta, sólo por el hecho de saber que estamos terminando un año atípico y un torneo al que se lo da vuelta como una media, se lo revisa de arriba a abajo y se le encuentran realmente muy pocos atractivos y muchas fallas.
Pero lo bueno del entrenador que tiene Colón (seguramente apoyado por la futura dirigencia que llegue al club, sea oficialismo, oposición o cualquier otra alternativa) es que se trata de un hombre que cuenta con el aval de la gente, el hincha lo quiere, no tiene demasiada resistencia y al que se lo debe escuchar un poco más, prestarle más atención.
En lo futbolístico, insisto, esta versión es más convincente que la anterior; o está en camino de serlo. Pueden haber cosas que no conformen, estrategias que no gusten del todo y versiones corregibles. De lo que no se duda, es que ha provocado un saltito de calidad y de tranquilidad para el hincha. Y está dispuesto a no callarse nada y a decir lo que piensa.
A Tucumán
El próximo partido de Colón será el martes de la semana que viene, a las 21.30, visitando en el Jardín de la República a Atlético Tucumán. Posteriormente, hará lo propio en Santa Fe ante Talleres para cerrar su actividad oficial.