Jueves 25.11.2021
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Fue el presidente más joven del Club Atlético Colón. Pero antes de eso, ya era hincha. Porque, aunque “no tenía ninguna influencia”, se enamoró del club en su infancia, cuando empezó a ir a la cancha con sus hermanos. “Mi casa, en la unión de Avda. Gral. Paz y Salvador del Carril, cuando no existía la costanera, era en zona de pescadores, nosotros éramos chicos, yo tenía diez años, éramos cuatro hermanos, íbamos a la cancha en camiones con gente de Colón y en algunas esquinas subían a la gente que esperaba para ir a la cancha”, recuerda Eugenio Marcolín durante una amena charla con El Litoral.
“Cuando Colón perdió con Boca, había venido la señora de Perón al partido, pasaba gente con tanto cariño y tan entusiasmada que dije “aquí está mi equipo”. Y en adelante, mi vida fue Colón”, asegura el exdirigente. “Así que desde muy chiquito fui a la cancha -prosigue-, estando Colón en la B, con Francisco Ghiano de presidente”.
“Me recibí de abogado, trabajaba en mi estudio, en Obras Sanitarias y el Departamento de Trabajo. Tenía poco tiempo, pero con mis amigos del Colegio Nacional y de la facultad seguíamos yendo a la cancha juntos...empecé a ir a las asambleas, a votar, y un día el Pro Tesorero del club va a obras sanitarias a pagar la deuda, yo no le quería cobrar... y a los pocos días vuelve y me dice “El presidente quiere hablar con vos”, rememora Marcolín.
Gentileza“A los 32 años -continúa- comencé a ser el abogado de Colón y después hicimos una lista, con gente muy joven, y nos tocó difícil, contra Ítalo Giménez, que lo había llevado a Colón a Primera y, bueno...ganamos 80 a 20; y después todo fue bien porque nunca había habido un dirigente santafesino en el Comité Ejecutivo de AFA, pero fui Secretario de Asuntos Legales de AFA...y tuve una buena actuación, aunque no me guste hablar de mí mismo. Hicimos muchas cosas para los clubes santafesinos, trabajamos en conjunto, y después fui reelecto”, relata.
“Tenía que contarlo”, todo, no podía pasar al otro mundo sin contar lo que yo sabía porque creo que es interesante y que la gente tiene que saber todo lo que ocurrió.
En las actividades del club, participó hasta 2016, como presidente de la Junta Electoral. “Seguí yendo a las reuniones pero cuando llegó la pandemia no pude ir más”, lamenta. Sin embargo, cuando empezó este torneo, el Doctor Hibert lo invitó a volver, cuando solo podían entrar cien personas al estadio. “Así que iba sorteando entre mis nietos a cuál llevaba”, cuenta.
Obras y logros deportivos
En el club también había que hacer obras. “Lo primero que hicimos fue la pileta olímpica, que la hicimos en tres meses y colaboraron todas las agrupaciones”, explica el Doctor Marcolín. Además, no había sede. ”Yo recibí el mando bajo la tribuna, pero el club no tenía deudas...hicimos la sede, que costó mucho porque es un complejo”, dice- y con el tiempo llegó la tribuna norte, “que es muy importante, tiene unos cien metros”. “Después se hicieron palcos, que luego -en el 2000- fueron destruidos para hacer el nuevo estadio, pero con esos palcos obtuvimos muchísimo dinero”, comenta.
“También vi el ascenso de 1965 pero antes del ascenso, ganarle al Santos, con Colón prácticamente en la tercera división. Fue una etapa muy difícil, con una reestructuración en AFA porque Newell´s se iba al descenso y consiguió un fallo judicial y entre los ocho equipos que subieron estaba Colón que llevaba 36 partidos invictos y le gana al Santos, que incluso pidió la revancha, aunque Ítalo dijo que no. Y después se le gana a la Selección Argentina y ahí queda lo de “Cementerio de Elefantes”, recuerda el expresidente.
“Entre dos tormentas”: un día llego a cancha, había una gran tormenta, llovía...y me entero que nos habían sacado los seis puntos. Nos volvimos todos locos. Y después hubo otra tormenta, cuando Colón le hace un gol Boca Unidos de Corrientes y asciende.
“Teníamos -asegura- muy buen equipo, sostuvimos la supremacía en los clásicos y estaba muy bien visto. Después pasaron tantas cosas increíbles, nos fuimos a la B, subimos, descendimos, el problema grave que tuvimos, prácticamente estuvimos a un paso de ser desafiliados de AFA y estaba en problemas la dirección y la subsistencia del club. Pero la gente volvió al club, puso plata...los dirigentes tuvieron que aguantar pero tuvieron muy buena actuación”.
Después hubo una época a la que él llama “época dorada”, que es la primera de Vignatti: “vamos a Paraguay, le ganamos a Olimpia, salimos subcampeones, yo estaba en Chile, me volví para ver el partido”, enumera.
“Trabajamos mucho, conseguimos mucho y muchos amigos”, dice con satisfacción. “Es una historia larga, estoy muy satisfecho con Colón porque creo que es el mejor equipo del interior del país: primero, por la gente; segundo, porque tenemos buenos dirigentes; tercero por el estadio y el campo deportivo que es uno de los mejores del país”, considera. “Creo que hay que afianzarla y confío en los dirigentes y a la gente, a la que le pido que se hagan socios”, cierra.