A esta altura del torneo pasado -jugadas diez fechas- Colón tenía 19 goles a favor y hoy tiene 9.
Eduardo Domínguez habló de "reconstruir el ataque" y mencionó que hay una ausencia fundamental. Sin nombrarlo, se refirió al jugador más desequilibrante que tuvo en el torneo pasado. Pero no es la única razón del bajón.
A esta altura del torneo pasado -jugadas diez fechas- Colón tenía 19 goles a favor y hoy tiene 9.
Es la primera vez que Domínguez habla del Pulga Rodríguez, colocándolo en un lugar de altísima consideración para explicar el por qué ya no existe el potencial ofensivo del torneo pasado.
"Tenemos que reconstruir el ataque. Teníamos un jugador que era fundamental para nosotros", dijo Eduardo Domínguez luego del empate con Newell's, en referencia clara -sin nombrarlo- al Pulga Rodríguez. Es la primera vez que el técnico pone su nombre y su importancia sobre el tapete. Cree que su salida le restó capacidad de gol y preponderancia en el juego. Ni siquiera en Facundo Farías está encontrando ese desequilibrio a veces tan necesario para abrir un partido. Con el Pulga lo tenía. Hoy Colón es un equipo que no encuentra adentro de la cancha aquél respaldo que tenía con Luis Miguel Rodríguez. El equipo a veces giraba alrededor suyo, en otras ganaba a partir de sus genialidades (por ejemplo, en el 2 a 0 ante Estudiantes en La Plata) y en otras colaboraba generosamente en el lucimiento de sus compañeros, empezando por Farías y continuando por el resto.
Los números son elocuentes. A esta altura del torneo pasado -jugadas diez fechas- Colón tenía 19 goles a favor y hoy tiene 9. Y también hay que contabilizar que tenía 7 goles en contra y hoy tiene 14. Es decir que el problema está en las dos áreas: no tiene la contundencia y eficacia del torneo pasado, pero tampoco tiene la solidez defensiva que mostraba en la Copa de la Liga y que fue una de sus principales banderas.
Siempre en cuánto a los números, Colón marcó 29 goles en los 17 partidos que demandó la obtención del campeonato pasado, de los cuáles 8 convirtió el Pulga y tuvo 6 asistencias. Su eficacia personal fue de 0,70 goles por partido y participó en 14 goles, ya sea haciéndolos o siendo protagonista de la jugada, lo cuál permite deducir que el Pulga estuvo prácticamente en la mitad de los goles del equipo campeón. Es un dato elocuente que, en principio, justifica las apreciaciones del entrenador.
El Pulga, además, venía de ser goleador de la Copa Diego Maradona, con 6 goles junto a Wanchope Abila y Merentiel. Fue también goleador en la Copa de la Liga, junto con Borré. Y como si esto fuera poco, lo eligieron el mejor jugador de la Copa de la Liga Profesional. Esos eran sus pergaminos el 4 de junio cerca de las 21, cuando terminó la final con Racing en el Bicentenario de San Juan.
Quisieron mantenerlo pero no pudieron. Eligió el mejor postor, que fue Gimnasia y Esgrima La Plata. No pudieron convencerlo ni el factor sentimental (Atlético Tucumán) ni el factor "triunfalista" de quedarse en un Colón en el que se sentía líder. Se sentía y de hecho lo era. Junto con el técnico, eran los dos indiscutibles ciento por ciento. Había revertido una imagen que se había deteriorado con la gente por tantas veces que manifestó públicamente su deseo de irse, empezando por lo que pasó el mismo día de la derrota ante Independiente del Valle en Asunción del Paraguay. Y ese amague de principios de este año, avizorando un final de ciclo que no se dio por la llegada de su representante, la charla con el vice Darrás y el marcha atrás que se dio en una decisión que parecía tomada. Y al final, se fue, pero seis meses después y con la gloria del título de campeón. Y con él, se fue una parte importante del poderío ofensivo del equipo.
Colón fue campeón sin jugar con un "9" de área, con un centrodelantero con características de tal. Arrancó jugando Leguizamón -había sido el compromiso del entrenador, el de ponerlo, para que el jugador rescinda con Defensa y Justicia cuando fue campeón y podía quedarse medio año más a terminar su contrato- pero después se lesionó. Morelo nunca tuvo regularidad ni continuidad. Apareció Farías con más continuidad. Y también aparecieron los goles de los volantes. Así fue que los goles del campeón se repartieron entre once jugadores, con un protagonista excluyente como el Pulga y otros que colaboraron ostensiblemente, como Alexis Castro (5 goles), Aliendro y Bernardi (2 cada uno), sólo por mencionar a quiénes se anotaron en el arco rival en aquella final inolvidable ante Racing en San Juan.
El equipo funcionó en todos los aspectos, con una figura indiscutida como el Pulga Rodríguez. Hoy, la realidad muestra que aquél enorme aporte que hacía el tucumano ya no está, que no fue debidamente reemplazado y también cuentan otros aspectos que deben señalarse: 1) Colón ya no juega en el nivel de antes; 2) hay un bajón importante en los rendimientos individuales de varios o de casi todos; 3) se ha perdido solidez defensiva; 4) los rivales saben de qué manera le tienen que jugar.
Es la primera vez que Domínguez habla del Pulga Rodríguez, colocándolo -repito, sin nombrarlo- en un lugar de altísima consideración para explicar el por qué ya no existe el potencial ofensivo del torneo pasado. Si Domínguez se convence de que el aporte tiene que ser individual, debería también convencerse de que tiene que darle continuidad al jugador que pueda darle el aporte goleador que está faltando. Morelo o Leguizamón no tienen esa continuidad, por ejemplo. Y llegaron al plantel Formica y Beltrán, jugadores diferentes entre ambos por sus características (Formica más volante ofensivo, Beltrán más delantero), que hasta ahora han sido muy poco productivos. En el caso de Formica -hoy desgarrado- sin que haya podido arrancar un solo partido como titular. Y a Beltrán le está costando demostrar lo que había comenzado a insinuar como proyecto futuro en River.
Todo esto lleva a la conclusión de que Colón tiene menos que antes. Menos porque se le fue el Pulga y hoy todos coinciden en que su ausencia se hizo notoria. Y menos también porque el nivel de los jugadores ha decaido. Un caso claro y concreto es el de Alexis Castro, que además de ser un jugador de clara preponderancia en el manejo de la pelota, también hacía goles. Hoy no es ni la sombra del torneo pasado.
Igualmente, el problema de Colón no es sólamente ofensivo. ¿Perdió eficacia?, sí. ¿No es el equipo peligroso del torneo pasado?, también. Pero esa es sólo una parte de este presente que no conforma del todo a nadie. Lo otro tiene que verse en una seguridad defensiva que antes tenía y que hoy ya no es tal; y también en un funcionamiento como equipo que le permitía sacar ventajas y aprovechar errores del rival. No en vano Colón salió campeón siendo el equipo más regular del torneo pasado (fue puntero durante todo el torneo en su zona) y sólo fue visiblemente superado en aquél primer tiempo ante Talleres de Córdoba en el Brigadier López en los cuartos de final, cuando lo salvó la enorme actuación de Burián.
8 Goles marcó el Pulga Rodríguez en la Copa de la Liga Profesional. Fue el goleador del torneo.
6 Asistencias que terminaron en goles de Colón fueron las del Pulga durante el torneo que coronó campeón por primera vez a la institución.