(Enviado Especial a Buenos Aires)
El defensor sabalero, en medio de la euforia por la victoria ante Boca, confió a El Litoral que “a los rivales no hay que darles chances de nada, ellos tienen que sufrir en nuestra cancha, porque así nos pasa a nosotros”.
(Enviado Especial a Buenos Aires)
“En la puerta del hotel nos regalaron tortas y huevos de Pascua unos hinchas que fueron a vernos antes de que salgamos para la cancha, así que vamos a ir disfrutando este ‘permitido’ porque llegamos a las 6 y media o 7 y vamos a entrenar y recién tendremos algo de libertad hasta el martes a la tarde”, confesaba Facundo Garcés a El Litoral, antes de subir al micro y mientras no le alcanzaban las manos para la gaseosa, el agua mineral y hasta el jugo de naranjas que se había atesorado para el viaje de regreso, ya en plena madrugada de lunes en la Bombonera.
-¿Fue un desahogo, Facundo?
-Era desastroso mirarnos en la última posición de la tabla, nos faltaba la cuota de suerte que tuvimos hoy y pienso que partido a partido vamos a levantar, porque es lo que buscamos y para lo que trabajamos.
-¿Qué pasó en la jugada del gol de Boca?
-Oscar Romero le pegó muy fuerte y la pelota apenas me rozó. No sé si realmente se iba afuera, capaz que sí. Pero lo que puedo asegurar es que el remate iba muy fuerte.
-¿Es un punto de partida este triunfo?, ¿una bisagra?
-Los rivales tienen que venir a la cancha de Colón y tienen que sufrir… Tenemos que ser más hijos de p… y hacerles sentir el rigor de jugar en nuestra cancha.
-Me gustó esa frase. ¿Hay que jugar con el cuchillo entre los dientes?
-No hay que darle chances de nada. A nosotros nos cuesta una enormidad ganar y hacer un gol. Hay que lograr que la cancha de Colón se convierta en un infierno para los rivales.
-¿Qué te pidió Pipo para cambiarte de posición?
-Eso, que vaya a la izquierda. En Primera nunca jugué ahí, pero en reserva y en inferiores sí. No es ninguna ciencia, me sentí cómodo, jugué ordenado y con Paolo Goltz al lado, se simplifica todo.
-¡Eras un pibito en 2005 cuando Colón ganó por última vez en esta cancha…!
-¡Sí!... Tenía cinco años, manejaba la información antes del partido, lo tenía adentro mío. Cuando ganamos y sacamos la foto grupal, dimos esa información al resto y fue un motivo más de festejo.
-Aparte, ganar ante 50.000 espectadores y en esta cancha donde todos vienen a rasguñar puntos si pueden, no deja de ser un motivo de alegría…
-Es la tercera vez que juego en esta cancha, una fue por la pandemia y las otras fueron empate y victoria… Te hacen sentir la localía, te arrimás al lateral y parece que la cancha se te viene encima… Pero jugar en esta cancha es el sueño de cualquier jugador, siempre se disfrutan estos partidos.
-Decime la verdad: ¿pensabas francamente que se podía ganar?
-En todo momento supe que podíamos ganarlo al partido. Veíamos que ellos estaban desordenados, se mandaban todos al ataque y sabía que en una a favor, podíamos embocarlos.
-Vos por izquierda, Alvarez también y siendo figura. Pipo les cambió la cancha nada menos que ante Boca…
-Eso es bueno, porque nos da confianza, tranquilidad. Juan Pablo Alvarez es un buen jugador, nos estamos entendiendo mucho en la cancha y hoy cumplimos con lo que Pipo quería, esto es compañerismo, esfuerzo y trabajo.
-Estaban en deuda con la gente, pero hoy saldaron una buena parte…
-La vez pasada dije que estábamos en deuda con la gente, pedimos disculpas, la gente es muy consecuente con nosotros, y como sabalero que soy entiendo el enojo y esto les va a dar tranquilidad y felicidad en el inicio de la semana. Esto fue solamente una gran victoria contra un grandísimo rival, pero el torneo es largo y tenemos que pensar en que lo de hoy en la Boca debe ser sólo un punto de partida para intensificar la mejoría.