Una fecha a Guille: tan buena noticia como también sorpresiva
El Tribunal de Disciplina sólo dejará afuera a Brian Guille por el partido de este sábado ante San Telmo, cuando en realidad se esperaba una sanción mayor.
Una fecha a Guille: tan buena noticia como también sorpresiva
“¿Sabés cuál es el problema?, que es reincidente. Veremos qué pone Lobo Medina en el informe, pero al margen de lo que dijo para que lo eche o de algún gesto que tuvo con Iván Nuñez, el asistente con el que discutió, también está el gesto posterior, que lo vio todo el mundo”, confiaba en la semana a El Litoral un dirigente de Colón.
Desde el mismo sábado en Resistencia, la idea fue ponerse a trabajar a través de Matías Chprintz, el dirigente que representa al club en Afa. Guille había recibido roja directa y su salida de la cancha, con ese gesto que fue tomado por la tele y que vio “todo el mundo” complicaba esa defensa.
Más allá de eso, la sensación que giraba en torno a la posible sanción, era que no había muchos motivos para el optimismo. “Si lo sacamos por dos fechas, será algo bueno para nosotros”, confiaban.
Al final, el Tribunal se expidió y la sanción fue de apenas una fecha, por lo que Brian Guille podrá volver al equipo – si Osella lo dispone – en el partido del domingo de la semana que viene ante Atlético de Rafaela en la Perla del Oeste.
Salió bien. Muy bien podría decirse. Pero eso no quita el hecho de motivar a una seria reflexión por parte de Guille. Es un muy buen jugador, dotado técnicamente de una habilidad y un desequilibrio muy particular y visto en pocos jugadores dentro de una categoría, la del ascenso, es la que abundan jugadores de otra clase de juego y no, precisamente, virtuosos con la pelota en los pies. Pero Guille, además, tiene una forma de jugar en la que está a expensar de la patada artera, del juego fuerte de los rivales y él contribuye con ese estilo que mezcla desfachatez y hasta algo de provocación.
¿Qué quiere decir todo esto?, que Guille tiene que estar preparado para las dos cosas: 1) aguantarse el juego fuerte y a veces desleal del rival; 2) no entrar en el “jueguito” que a veces él mismo provoca, porque es seguro que “lo van a ir a buscar” para que reaccione.
Guille no reaccionó contra un rival esta vez sino que lo hizo contra la terna arbitral, pero esa reacción no sólo le costó la expulsión, sino que lo llevó a efectuar un gesto totalmente inapropiado que, por lo visto, no fue tenido en cuenta por el Tribunal. O que, en todo caso, resultó alivianado o defendido con eficacia por parte de la dirigencia sabalera o el propio jugador.
Deberá aprenderlo para el futuro, para que estas reacciones no terminen ensombreciendo lo que, futbolísticamente, está en condiciones de hacer adentro de un campo de juego. Que es mucho y bueno. Porque, con la pelota en los pies, es un jugador como pocos en este plantel de Colón.