Enrique Cruz (h)
Dijo también que pedirá que no haya clausura del estadio, que las bombas fueron ingresadas en el momento del inicio del partido y no antes.
Enrique Cruz (h)
Desde temprano se instaló este domingo en el Ministerio. Y ante la consulta de El Litoral, Fernando Peverengo fue terminante: “Al margen de la autocrítica, que la hicimos y la seguimos haciendo porque lo ocurrido es un hecho no menor, lo que te puedo adelantar es que tenemos a cinco personas que ingresaron las bombas y vamos a aplicarles el derecho de admisión, que comunicaremos al club. Hubo algunos que tiraron las bolsas con las bombas y el que las recibió adentro es el hijo de uno de los ‘capos’ de la barra, mayor de edad”.
—¿En qué momento ocurrió eso, Fernando?
—En el momento de iniciarse el partido. Yo estaba en el Roque Otrino y me dirigía hacia el estadio cuando me avisaron de este hecho.
—¿Cómo pasó?
—No teníamos ninguna novedad antes del partido y todo se desarrollaba normalmente. El hecho se produce en el sector de molinetes del portón 1. Allí hay una especie de “descanso” para luego entrar a la tribuna propiamente dicha. Ahí estaban los barras. Entonces, dos personas aparecen desde el estacionamiento con dos bolsas por el corredor de la platea oeste y las arrojan adentro.
—¿Había personal policial allí?
—Sí, claro. De inmediato observan la acción y había dos opciones. O se los enfrentaba, con todo lo que eso podía traer aparejado y hasta podía ser peor, o se trataba de persuadir a través del diálogo. La decisión fue dialogar y no enfrentar.
—Y por lo visto, no hubo caso...
—Mirá, nosotros estamos haciendo las evaluaciones y obviamente que hacemos una autocrítica profunda y admitimos que siempre hay aspectos para corregir en un operativo policial. Pero yo quiero ver la película completa y no la foto. No puedo decir que no falló, porque entraron las bombas y fueron arrojadas. Pero en ese sinceramiento del que todos hablamos y todos debemos formar parte, hay cosas que también se tienen que saber.
—¿Por ejemplo?
—Por ejemplo, que en Colón, en el sector del portón 1, tenemos un promedio de 500 entradas de protocolo por partido. Ese grupo que se llama “Los de Siempre”, entran con entradas de protocolo. Pasan los cacheos correspondientes como cualquiera de los que asiste a la cancha e ingresan con ese tipo de entradas.
—Vignatti declaró que el jefe de policía no lo atiende, que lo llamó varias veces y no pudo hablar con él. ¿Es así?
—A mí me sorprende. Esta Secretaría se formó, precisamente, para coordinar acciones con los clubes. Te consta el gran trabajo que en su momento hizo Pablo Farías, quien ocupó este puesto anteriormente. Muchas cosas se fueron solucionando. En el caso de Colón, era común que se produjeran hechos vandálicos en las adyacencias del estadio, sobre todo a la salida. De eso no se habla más porque no ocurre más. Y así, varias cosas que se fueron buscando soluciones. También la policía ha mostrado predisposición y siempre están en la cancha y con teléfono abierto, tanto ellos como nosotros. Nosotros siempre tuvimos un buen diálogo con Patricio Fleming y con José Alonso, en su momento, y con Ariel Ramello ahora. Pero acá hay una cosa que todos debemos entender: solos no vamos a poder. Estamos dispuestos a colaborar con decisiones de fondo, pero con la ayuda de los dirigentes.
—¿Cuáles son esas decisiones de fondo?
—Hay una que estamos analizando en este momento pero que primero se la vamos a comunicar a los dirigentes. Es algo que ya experimentamos en Newell’s.
—¿Y qué podés adelantar respecto de las fallas que observaste?
—Como te decía anteriormente, el operativo falló porque las bombas entraron y se tiraron a la cancha. El partido se suspendió. Entonces, a partir de ahí no hay mucho más que decir. Nosotros hemos implementado desde el Gobierno las reuniones de cancha, que no son para hacer catarsis sino para corregir los operativos, detectando las fallas y buscando soluciones. Estamos convencidos de que se hace un buen trabajo y que siempre hay cosas para mejorar.
—Muchos de los mensajes de la gente apunta al por qué se produce el “cacheo” a los que van sin el ánimo de hacer nada y ocurren estas cosas adentro del estadio...
—El “cacheo” no es para unos sí y para otros no, el “cacheo” es para todos.
—Con esto que estás diciendo, queda claro que las bombas se metieron en el estadio en el momento del inicio del partido y no antes...
—En todos los partidos se hace lo que denominamos “hora cero”. Se retira a toda la gente que está dentro del estadio cuando se está por iniciar el operativo y se pauta, para el ingreso de las banderas, un horario determinado y dentro del operativo, no antes. Se los acompaña, dejan las banderas en el lugar y se los hace salir a todos para que sean cacheados y pasados por tribuna segura. Es la metodología que se viene utilizando.
—¿Va a haber algún pedido hacia Superliga o el organismo pertinente respecto de lo que puede llegar a pasar con el estadio?
—Sí, claro. Lo estamos elaborando y será un fuerte mensaje como lo dimos en el caso de Newell’s. Pediremos que no haya clausura del estadio, que por 15, 20 o 100 inadaptados no se puede perjudicar a la inmensa mayoría que acude pacíficamente a ver un partido de fútbol y que nosotros estamos en condiciones de garantizar la seguridad, que redoblaremos esfuerzos y seguiremos trabajando, como hasta ahora, para que estas cosas no pasen más.
—La última. ¿Hubo algún detenido?
—No. Sólo las cinco personas identificadas y que se les aplicará el derecho de admisión para que no ingresen a la cancha en el futuro.
El caso Newell’s
En la temporada anterior, antes del inicio de la Superliga, Newell’s jugó en su cancha ante Rosario Central. Más allá del ingreso de ataúdes con los colores de Central en el banderazo previo, en ocasión del partido se arrojaron proyectiles y uno de ellos impactó en uno de los asistentes de Beligoy, árbitro de dicho cotejo, que resolvió suspenderlo cuando ganaba la visita.
El Tribunal de Disciplina resolvió suspender la cancha de Newell’s y obligarlo a jugar sin público.
La Superliga, posteriormente, le descontó tres puntos a Newell’s pero no fue por incidentes sino por la falta de cumplimiento de cuestiones formales (presentación fuera de término o inexacta del libre deuda).
Además, hubo durísimas sanciones para varios barras de Newell’s (unos 80 en total), algunos de los cuáles no podrán ingresar al estadio por diez años y otros por dos años y medio.