Está “en el medio del campo”, con le encanta decir. Igual, no se aburre: es director del área metodológica de las Escuelas de Entrenadores que llevan la marca de César Luis Menotti en Argentina. Fue editor del Manual de Estrategia de formaciones juveniles y ahora lanzará el Manual del Formador (saldrá a luz en un par de meses). Pero, además, la propia Conmebol lo acaba de sumar al staff de instructores para brindar cursos en todas las instituciones que lo soliciten en Sudamérica. Es capacitador de parte formativa en la UNL, asesora a Ben Hur de Rafaela y está terminando su segundo libro (“faltan arreglos de edición, debiera estar para principios del año que viene próximos). De paso, cuando tiene tiempo, da charlas y conferencias, por ejemplo con Fernando Signorini en México antes de la pandemia.
Rubén Rossi —@rubenrossidt— se presenta en su cuenta de Twitter como “Juvenil 79, Director Fútbol Juvenil y Consultor Conmebol”. No sufre demasiado la pandemia en su trabajo, porque en el tema “computadoras”, “on line” y “video-conferencias” siempre fue un adelantado. En otras cosas también.
—Realizada la presentación de “laburante argentino felizmente ocupado”, mi primera impresión es que te veo “lejísimo” de volver a un club, como por ejemplo estuviste en Colón...
—En los últimos dos años tuve contactos con varias instituciones, fundamentalmente de Capital Federal, pero no se terminaron dando las condiciones. A esta altura de mi vida, si no se dan las condiciones que yo pretendo, tampoco me veo. No soy fácil de llevar. No veo proyectos a largo plazo. Casi imposible ir a un club te diría.
—¿Qué lugar del mundo está evolucionando en la parte formativa?
—Dos de los lugares más importantes, hoy, son Bélgica y Alemania. Por ejemplo, Oliver Bierhoff —mánager de la selección alemana de 2004 a 2017 y actual director deportivo de la Asociación Alemana de Fútbol— habló de volver al “fútbol calle”. La clave es que “el chico hasta los 12 o 13 sólo juega”. Entonces, se van cambiando los jugadores; no se puede levantar la pelota más allá de la cintura; te cobran infracción si recuperás la pelota tirándote a los pies. Lo que quieren es simple: hacer crecer al juego. En otros países y disciplinas, se priorizó el espectáculo. En su momento, lo hizo España. Ahora Barcelona con la llegada de Francisco “Paco” Seirul-lo a “La Macía” se da lo mismo.
—¿Y nosotros acá, de este lado del mundo?
—En el afán de hacernos los modernistas y los científicos perdimos las raíces. Tenía que ver con aprender el juego, porque el chico aprende jugando y el ayudador es un simple nexo entre el juego y el niño.
—¿Quiénes trabajan bien hoy en formativas en Argentina?
—No quiero esquivar la pregunta, menos este año que cumplo 60 “pirulos”. No tengo que quedar bien con nadie. No tengo info cabal para decir “tal club está haciendo un trabajo impecable”. No sigo permanentemente a los equipos para poder evaluarlos. En general, el fútbol argentino necesita hacerse un replanteo.
—Fuimos con Signorini a dar una conferencia a Comodoro Rivadavia para la Escuela César Luis Menotti. Viene un chico de 10 u 11 años y me dicen que ellos ahí juegan en cancha grande, pero que además hay descenso...con todo lo que ello implica. Es un cóctel explosivo. ¿Cómo hace un formador o un ayudador para mantenerse en el cargo si llega a irse al descenso?.
—Volvemos a un escenario de “involución”...
—Claro, porque el único parámetro que manejan los dirigentes del fútbol argentino en inferiores es el resultado. Acá sí dijo lo que pienso: un número demasiado alto de los dirigentes son analfabetos, no tienen la menor idea, no entienden nada. La única pauta es si ganás o perdés. Mi hijo Santino, de 14 años, podría estar a cargo tranquilamente. Me hijo me preguntaría el sábado o domingo “¿papá como salieron las seis divisiones?”. Si le digo ganamos, me diría qué grande. Y si le digo que perdimos, empezaría a dudar. Así se maneja el 90 por ciento del fútbol argentino.
—Y hoy lo ves desde afuera...
—Es que cuando estuve de coordinador en los distintos clubes, lo sufría. Hoy pasa que muchos entrenadores de inferiores de Argentina y coordinadores que hablan conmigo me dan la razón. ¡Y hasta piden ayuda!, algo que les doy de manera desinteresada. “Si pierdo cuatro partidos con una división, me echan. Y si pierdo un clásico, ni hablar”, te dicen.
—¿Cómo saliste “vivo” de esa jungla?
—Siempre tuve la misma política: cuando presento el proyecto, quiero la devolución del proyecto firmada por los dirigentes. Ahora, si el dirigente lo lee o no lo lee, es problema de ellos. Nunca habló en mi proyecto de resultado deportivo. Si a ustedes no les gusta, me llaman y me voy. Lo que yo no hago nunca es cambiar.
—Hace siete años estás fuera de las pistas, capaz algunos te olvidaron
—Yo doy el ejemplo con los hechos. Desde Darío Kudelka a Mario Sciacqua, el “Flaco” Theiler, “Chacho” Cabrera, Ramón Mántaras...Agarrá ahora mismo y llamá a algún entrenador que yo haya tenido si alguna vez lo haya retado, cuestionado o le haya hecho mala cara por los resultados deportivos. Jamás. Tomé otras decisiones, varias equivocadas; pero las del resultado jamás.
—Después de “tus” entrenadores, ¿qué viene en la escala?
—Cuando vos sos coordinador no le podés fallar a dos cosas: los jugadores y la institución. A eso me lo enseñó mi padre. No hay compromiso de otro tipo. Las pautas las fijo a principio de año: el que me falla se que tiene que ir. Sino, me voy yo.
—Siempre fuiste medio “perro verde”...
—Se me contrata y se me deja de contratar por mí trabajo y por cómo soy yo. Ahora dicen que hay que hacer “lobby”. Yo no llamo a nadie, vivo en Humboldt. No lo digo como ejemplo, porque cometí muchísimos errores en mi carrera. Como futbolista, como coordinador. Pero esos errores fueron producto de las circunstancias, porque tuve que tomar decisiones drásticas. Una frase de mi viejo: “Hay que caminar por calle San Martín con la frente bien alta”. Después, hay para todos los gustos. Pero tengo la tranquilidad de conciencia de caminar limpio y eso me hace pensar que tan mal no hice las cosas.
—El otro día le preguntaba al “Tuerto” Luque si ellos piensan que el título de Argentina ‘78 vale menos que el de México ‘86 por culpa de los milicos...
—(interrumpe) Te quiero dar mi opinión de éso
—Te completo la pregunta: ¿con tu trabajo en Colón pasó lo mismo?
—Digo si el final escandaloso de la Gestión Lerche opacó un trabajo de inferiores que ahora, siete años después, muchos reconocen
—Te respondo lo de Colón: “Sí, absolutamente”.
—Clarísimo. Me ibas a decir algo de lo que hablé con Luque...
—Acá se toma todo con tanta levedad, lo del pasado. El otro día llegué a escuchar que se publicó que Johan Cruyff (para mí uno de los más grandes) no había venido al Mundial ‘78 por estar en desacuerdo con el Régimen Militar...¡Nada que ver! A Cruyff le habían secuestrado de su esposa. En un reportaje, lo dice en vivo en la televisión española. La gente se olvida. Se inventan cosas que no fueron: cuando Argentina le gana 6 a 0 a Perú, estábamos 0 a 0, Muñante enfrentó a Fillol y su tiro pegó en el palo.
—Levantás la bandera de desmitificar las brujas
—Es que toda esa suspicacia que mezcló fútbol con política es horrible. A nosotros, al otro año, nos pasó lo mismo y el Gobierno Militar nos usó. Llegamos campeones juveniles del Mundo de Tokio y estaban las madres reclamando por sus hijos. Me causó un dolor terrible y dije “Si encontraran a uno, les devuelvo la medalla”. Fuimos usado porque nadie sabía la dimensión de lo que estaba pasando y de lo que había pasado.
—¿Qué reflexión te fueron dando los años?
—El tiempo va poniendo las cosas en su lugar, siempre. A la larga uno se va ubicando y empieza a comprender qué se habló, qué se dijo. Igual, en mi caso por ejemplo, no me hacía daño a mí, le hacía daño a mi mamá, que se murió. Porque nosotros estamos curtidos...¿qué nos va a asustar?. Pero a la gente de mi alrededor, sí.
—Entiendo que ahora estás hablando de tu tiempo en Colón y ese final post-Lerche...
—Obvio. ¿De qué me podían acusar?...¿De qu iba al predio a las 8 de la mañana y me volvía a las 5 de la tarde?... ¿De que intentaba que jueguen los mejores jugadores?...¿De que salíamos y hacía 4.000 kilómetros para ver jugadores así Colón tenía representación en el país, algo que nunca había tenido?. Mirá, yo me podía quedar en el escritorio y no arriesgarme en rutas a las 4 o 5 de la mañana volviendo. Como el viejo Cococho Alvarez, Roberto Marioni y el amado profe Ariel Hoffer, que falleció hace algunos años.
—¿Y como te sentís hoy, siete años después de tu último paso por Colón?
—Se dijeron un montón de cosas por las circunstancias que pasaron pero no guardo ningún rencor contra nadie. Eso sí, con el correr de los años, cuando la gente se da cuenta que las cosas no se habían hecho tan mal, genera una linda satisfacción. No voy a ser hipócrita.
—Ese final en 2013 fue un “tsunami” y el final de Lerche se los llevó puesto a ustedes
—Yo creo que este tipo de situaciones arrastró a todos. Yo no se lo que pasó en el fútbol profesional. Recién ahora y con vos voy a contar algo: cuando pasó lo que pasó...yo tuve un pico “de presión” (N.de R.: lo aclara en la pronunciación), que no es lo mismo que “depresión”...todo junto. Fue un problema médico y físico real que sufrí. Estaba con medicación y carpeta médica. Cuando el presidente —por Lerche— se va, yo inmediatamente presento mi renuncia. Mi viejo siempre me decía: “Cuando vos llegás a un club y se va la persona que te contrató, vos te tenés que ir”.
—Era más fácil quedarse supongo...
—Es que si yo me quedaba en casa, con el certificado de los médicos y con seis meses más de contrato, me quedaba a hacer la plancha para cobrar el sueldo. Sin embargo, preferí renunciar e irme. Hubiera sido más fácil lo otro.
—Y te fuiste atrás de Lerche nomás, enfermo y todo...
—Me fui de Colón porque esas cosas no corresponden. Y se dieron muchas cosas de ésas, pero no quiero revolver todo lo que pasó. A mí una persona muy querida me decía “El tiempo trabaja para la verdad”. Y tenía razón, al final se da.
Cifras: 4 clubes como Director Fútbol Infanto-Juvenil y “ayudador”, como a él mismo le encanta decir, Rubén Rossi estuvo al frente de cuatro instituciones en el fútbol argentino: Unión, River Plate, Quilmes y Colón, donde se retiró en el 2013.
“No sabría decirte si la llegada del “Flaco” a la Selección Argentina puede ayudar porque yo no estoy en el corazón del hecho. Menotti es mi padre futbolístico y con quién comulgo el ciento por ciento de la vida futbolística. Lo concreto es que estando Menotti cerca del fútbol argentino, el fútbol mejora. Y como dijo Valdano, cada vez que está lejos, empeora”. Rubén Rossi, ex Campeón Mundial Juvenil 1979