Lunes 26.4.2021
/Última actualización 18:47
Colón no jugó bien y a eso nadie lo puede discutir. De todas maneras estaba haciendo su negocio, y eso tampoco es discutible. Estaba sumando un punto muy importante para el objetivo de clasificar a la segunda etapa del campeonato; mientras Racing estaba restando dos para lograr lo mismo.
Pablo Dóvalo ordenó cuatro minutos de adición cuando el resultado era 1-1. A los 48 sancionó tiro de esquina para la Academia. El tiro libre llegó al primer palo y Cáceres "peinó" la pelota al segundo. En su trayectoria estaba Darío Cvitanich en clara posición adelantada. El balón ingresó al arco (sin que sea tocado por el experimentado delantero) y el árbitro señaló el centro del campo.
Pero el asistente número dos, Iván Aliende, no corrió hacia la mitad de la cancha. Igualmente se "lavó las manos" y le "tiró" la decisión a Dóvalo, que finalmente sancionó el tanto que sería el que le dio la victoria a Racing.
Así perdió Colón. Con mucha bronca, por supuesto, pero por la forma en que se dio. Estuvo a 30 segundos de sumar un punto, y por medio minuto y con un fallo polémico en contra, se quedó con las manos vacías.
El partido comenzó como se preveía, con Racing tomando la iniciativa dada la obligación de conseguir los tres puntos necesarios para seguir en la pelea por la clasificación; y Colón esperando, un poco por la conveniencia que representaba para el equipo de Domínguez tener que darle el protagonismo al local para tratar de acertar con una contra y así inquietar a la última línea de la Academia.
Y otro poco por la insistencia del conjunto dirigido por "Juanchi" Pizzi, que no abandonaba la postura de buscar tozudamente el desnivel en el marcador, aunque sin muchas ideas futbolísticas.
Durante el primer cuarto de hora no pasó mucho más que eso. Es más, el que estuvo más cerca fue Colón, con un contraataque que tomó a la defensa racinguista mal parada, el "Pulga" Rodríguez habilitó a Eric Meza, y el juvenil colonista, luego de enganchar hacia adentro, disparó de zurda, enviando la pelota encima del travesaño.
Después de ese avance sabalero, Racing pareció despertarse de la siesta dominguera, y a los 15 minutos logró llegar con peligro a la valla de Colón, cuando el ex delantero rojinegro, Tomás Chancalay, estrelló un cabezazo en el vertical derecho de Burián, que solo atinó a mirar la trayectoria del balón.
Promediando la etapa inicial el dominio del local continuó, y por supuesto las chances de adelantarse en el marcador iban apareciendo, como la que ocurrió a los 22 minutos, mediante el buen remate de derecha de Maximiliano Lovera desde 25 metros, que fue bien contenido por Burián, lanzándose hacia su izquierda.
Dos minutos después otra vez Racing estuvo cerca de ponerse en ventaja, nuevamente a través de un cabezazo, siendo Cáceres quien "peinó" el balón tras un tiro libre. Leonardo Burián debió esforzarse de nuevo, repitiendo el gesto técnico de la jugada anterior, despejando la pelota que se le metía abajo.
Pero el fútbol tiene esas cosas que a veces se tornan inexplicables. A los 40 minutos llegó la apertura del tanteador, y no por parte del que había sido el dominador de las acciones, sino por el equipo que parecía más pasivo. Lo que pasa es que Colón lo tiene al "Pulga" Rodríguez, y contar con el tucumano es una gran ventaja.
Como la que logró el sabalero mediante el cabezazo del "Pulga", que no necesitó saltar para ganarle a los "grandotes" del fondo de la Academia para meter el 1-0 tras el tiro de esquina enviado desde la derecha. Solamente necesitó "tocar" y desestabilizar a Julián López (20 centímetros más alto que el nacido en Simoca), y que la pelota le caiga en la cabeza para introducirla en el arco local.
Lástima que a esa ventaja no la pudo sostener mucho tiempo, porque a los 46 minutos llegó lo que a esa altura era merecido: el empate de Racing. El autor del mismo fue Ignacio Piatti, definiendo cruzado de derecha el centro atrás de Cáceres, quien dejó en el camino a Escobar y Delgado para desbordar y asistir al "veterano" delantero.
Fue lo último del primer período, en el cual Racing fue dominador casi absoluto de la pelota y del terreno, pero que no supo transmitirlo en la red (mucho se lo debía a Burián). No obstante, no generó demasiadas situaciones de peligro. Y Colón aprovechó lo que mejor tiene, la posibilidad de contar con el "Pulga" Rodríguez. El tucumano (cuándo no) estuvo más despierto que los defensores locales y puso el 1-0; resultado que no duró mucho en emparejarse.
Mirá las fotos de Colón y Racing
El complemento fue una continuación de la etapa inicial. A los 15 minutos Racing seguía dominando el encuentro gracias a las tareas de Piatti, Lovera, Copetti y Miranda. De todos modos, no lograba generar situaciones riesgosas para la valla defendida por el uruguayo Burián, demostrando las dificultades que el elenco de Pizzi ha padecido en lo que va del campeonato.
Además, Colón no se encontraba tan incómodo como sí lo había estado durante varios minutos del primer período. El equipo del "Barba" parecía dominar el trámite sin tener la pelota en los pies, jugando con la desesperación del local, que necesitaba imperiosamente sumar los tres puntos.
El partido se fue haciendo enredado, sucio; y lógicamente cada vez más mediocre en su desarrollo. Todo se encaminaba al empate 1-1, pero... (vale la pena recordar lo escrito al principio del comentario).
Pablo Dóvalo ordenó cuatro minutos de adición cuando el resultado era 1-1. A los 48 sancionó tiro de esquina para la Academia. El tiro libre llegó al primer palo y Cáceres "peinó" la pelota al segundo. En su trayectoria estaba Darío Cvitanich en clara posición adelantada. El balón ingresó al arco (sin que sea tocado por el experimentado delantero) y el árbitro señaló el centro del campo.
Pero el asistente número dos, Iván Aliende, no corrió hacia la mitad de la cancha. Igualmente se "lavó las manos" y le "tiró" la decisión a Dóvalo, que finalmente sancionó el tanto que sería el que le dio la victoria a Racing.
Así perdió Colón. Con mucha bronca, por supuesto, pero por la forma en que se dio. Estuvo a 30 segundos de sumar un punto, y por medio minuto y con un fallo polémico en contra, se quedó con las manos vacías.