Esta noche de viernes ya está grabada a fuego en la memoria de miles de hinchas del sabalero. El corazón del barrio Centenario está por estas horas conmovido por el más grande estallido de felicidad popular que se recuerde, gracias a la consagración de Colón como mejor equipo del fútbol grande de la Argentina, al golear en la final de la Copa de la Liga Profesional a Racing por 3 a 0.
Pablo Aguirre Aliendro llega en posición de 9 y define la jugada que él mismo construyó en el comienzo. Impresionante.
No es común que una final se resuelva de esta manera, con la claridad y contundencia con cual la resolvió Colón. Un segundo tiempo brillante del equipo, compacto, seguro, ordenado. Eduardo Domínguez supo en todo momento cómo debía jugar el partido. Lo atacó a Racing por el costado izquierdo, con pelotazos cruzados que salían, fundamentalmente, de los pies de Piovi. Por ahí subía Mura, que hizo un gran segundo tiempo, por ahí aparecía la dupla que formaron Castro y Ferreyra, en el primer tiempo, una dupla que terminó convirtiéndose en una sociedad de dos jugadores de buen pie y con muy buen manejo de pelota que se adueñaron del partido en los primeros veinte minutos.
En ese primer tiempo, de pocas situaciones de peligro frente a los arcos, Colón fue más pero no pudo plasmarlo a la hora de crear situaciones. La más clara la tuvo Racing en esa etapa inicial, con un contragolpe de Chancalay que terminó metiendo la pelota en profundidad para el ingreso de Piatti, que quiso hacer una de más y ahí aprovechó Piovi para sacarle la pelota y alejar el peligro de un Burián que hubiese tenido allí un mano a mano peligroso. En definitiva su compañero terminó subsanándolo, quitándole la pelota a Piatti adentro del área. Esa fue la única vez que Racing pudo atacar, que pudo sobresaltar un trabajo defensivo de Colón que no tenía prácticamente grietas.
En ese primer tiempo el partido tuvo a un equipo, Colón, más amigable con la pelota, con más espacios para jugarla y así como el sabalero tenía espacios, Racing no los tenía. Cuando el equipo de Domínguez perdía la pelota inmediatamente ejercía una presión sobre los jugadores de Racing y eso le quitaba a los de Pizzi todo tipo de posibilidades y los dejaba sin espacios para poder hilvanar jugadas. Por eso prácticamente cuesta mucho encontrar jugadas claras, como sí las tuvo Colón en algunos encuentros donde siempre participaba Ferreyra, que en definitiva terminó siendo una de las grandes figuras que tuvo Colón en un partido en el cual era difícil quedarse con una figura, ya que en el segundo tiempo el rendimiento de todos estuvo muy por encima de su nivel y muchos de ellos en un nivel superlativo.
Pablo Aguirre El festejo del tanto de Aliendro junto a Bernardi, une a dos de las figuras y goleadores del partido.
El festejo del tanto de Aliendro junto a Bernardi, une a dos de las figuras y goleadores del partido. Foto: Pablo Aguirre
Un complemento brillante
El segundo tiempo fue realmente de película de Colón. En esa segunda etapa el sabalero se lo llevó por delante a Racing y cuesta encontrar un partido final que se resuelva de una manera tan clara, tan contundente para Colón. Llegaron los goles y de a poquito se fue tranquilizando el equipo; aparte fue ganando en confianza. Ni siquiera la salida del "Pulga" Rodríguez disminuyó el potencial del equipo de Domínguez.
El Pulga entró poco en juego, se volcó por el sector izquierdo, lugar donde no atacó mucho Colón, ya que generalmente eligió el sector derecho. Por ahí se gestó la jugada del primer gol que fue un desbordo de Mura, con un rendimiento notable que metió un centro abajo para que Aliendro, que había metido una diagonal, lograra dentro del área chica empujar la pelota y conseguir el primer tanto de Colón.
Minutos más tarde llegó la jugada de Bernardi, otro gran acierto de Domínguez, que lo sacó del ostracismo a Bernardi, que había entrado muy poco en juego, había tenido muy pocas posibilidades de ser titular, ya que cuando estaba en el banco de suplentes entraba poco o no ingresaba. Inclusive llegó a ser cuestionado. Sin embargo, Bernardi terminó siendo un hombre importante frente a Independiente y ni hablar del partido frente a Racing en esta final donde terminó convirtiendo el segundo gol, después de una maniobra excelente y una definición estupenda, picando la pelota ante la salida del arquero.
Pablo Aguirre Golazo de Bernardi en la definición ante el arquero. El volante fue clave en estos partidos definitorios.
Golazo de Bernardi en la definición ante el arquero. El volante fue clave en estos partidos definitorios. Foto: Pablo Aguirre
Esa jugada, tanto la de Mura en el primer gol de Aliendro como la de Bernardi en la maniobra del segundo gol, fueron un poco el reflejo de lo que fue Colón en el segundo tiempo. Un equipo total y absolutamente confiado, un conjunto avasallador a la hora de recuperar la pelota y también un equipo muy claro y muy convincente a la hora de atacar. Fue contundente lo de Colón y terminó esa contundencia reflejándose en el golazo de Castro, otra de las grandes figuras que tuvo este partido, un volante que recibió la pelota dentro del área y que con mucha serenidad hizo pasar de largo a un defensor y terminó colocando la pelota lejos del alcance del arquero Gómez, para definir una final que fue total y absolutamente merecido en cuanto a la victoria y a este título de campeón histórico para Colón.
Cuesta encontrar figuras en un equipo que tuvo en Garcés a un jugador de un rendimiento notable durante todo el campeonato pero fundamentalmente en estos últimos dos partidos, en Piovi que fue un carrilero, un marcador de punta y un zaguero de gran nivel, y también un párrafo aparte para un técnico serio y responsable como lo es Eduardo Domínguez.
Al final, el sabalero hizo historia: se impuso a Racing por 3-0 en la final y se coronó campeón de la Copa Liga Profesional en el estadio San Juan del Bicentenario. Alzó, de la mano de Eduardo Domínguez, el primer título de su historia y es el cuarto campeón del interior del país, por lo que se suma a Rosario Central, Newell's y Talleres de Córdoba (conquistó la Copa Conmebol 1999).