El Litoral
Más allá de que ratificó que se encontró con una mala preparación, dijo que “el fútbol pasa por la cabeza y lo revertimos en el último partido con el apoyo de gente capacitada que nos ayudó”. Dijo que va a reforzar todas las líneas, “incluido en el arco”.
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Pablo Lavallén le dio vital importancia a la incorporación del coaching para revertir el momento deportivo que atravesaba el equipo, en una entrevista que realizó con el programa “Puro fútbol” en Buenos Aires.
El entrenador sabalero, de vacaciones al igual que el plantel, hizo referencia a la manera en que arrancó su ciclo. “Fue bravo porque agarramos un equipo golpeado, venían de un buen resultado con Racing pero enseguida tuvimos que afrontar cuatro partidos en diez o doce días. El 3 a 0 en contra dejó preocupación. De ahí nos fuimos a jugar el primer partido de la Sudamericana y antes de irnos a Perú, en Ezeiza, a Morelo lo pisó un compañero y lo perdimos por cuatro o cinco partidos”, dijo el técnico, quien se refirió también al caso de Leguizamón y Sandoval: “Son chicos, no los veía para jugar, habían tenido poca participación. Leguizamón me decía que hacía seis meses que no hacía más de 30 minutos de fútbol, los jugadores no estaban en la mejor forma física, tuvimos muchos con lesiones musculares, cambiamos la forma de entrenar y vivimos un proceso complicado que recién lo equilibramos en el último partido”.
Después comenzó a referenciar la manera en la que trabajó sobre el aspecto anímico y dijo que “este es un grupo que venía muy golpeado, pero les dije que este mismo grupo había logrado ganar en Brasil el año pasado en la Sudamericana, venía de hacer buenas temporadas con Domínguez hasta que les pasó lo que vimos con Domínguez en la cancha de Huracán y lo que después pasó con San Lorenzo en Copa Argentina. A nosotros también nos ocurrió en cancha de Tigre. Llegamos a la conclusión de que, ante la adversidad o los momentos complicados, el grupo tenía esos recuerdos de malos momentos y el fútbol es todo cabeza”, señaló Lavallén y allí trajo a consideración lo del coaching. “Empezamos a trabajar en un área que nosotros, los entrenadores, no podemos trabajar porque tiene que estar a cargo de personas capacitadas. Logramos revertirlo en el último partido, allí dimos vuelta rápidamente la historia luego de ir perdiendo y tuvimos que luchar contra muchas cosas que pasa por el pensamiento del grupo. Caimos en un círculo vicioso. Por eso, decidimos recurrir a la figura del coaching. Es gente de Santa Fe, más alguien que viene de Córoba. Ellos trabajan la dinámica grupal y en algunos casos existe la asistencia personalizada. Los jugadores le comentan sus dificultades y sus sensaciones. Así logramos salir adelante en el último partido y logramos revertir el mal resultado”, dijo.
Después se refirió a los refuerzos y dijo que “hablamos de reforzar todas las líneas, incluido el arco. Entre 4 o 5 como mínimo a 7 u 8 como máximo, depende de los que sigan y los que se vayan”.
Enseguida señaló que su idea es que “ningún jugador que reciba una oferta, tenga contrato y quiera salir, se quede. El jugador se queda a desgano, fastidiado y no rinde. Salvo que uno lo pueda convencer de que el mejor lugar es Colón, lo mejor es que si se quiere ir, que se vaya. Quiero tener 30 jugadores que tengan ganas de ganar cosas importantes y si alguno cree que Colón no es el mejor lugar para desarrollarse, le daremos la posibilidad de que se vaya”.
Luego se lo consultó sobre cómo encontró Colón y dijo que “no es distinto a lo que pasa en todos los clubes, con sus pro y sus contra. A veces se idealiza y se prejuzga cuando uno va a un club y después se encuentra con cosas a corregir. Colón tiene infraestructura, tiene mucha repercusión y mucha gente. Lógicamente cuando uno empieza a conocer la cocina de los clubes, descubre falencias. El club perfecto no existe y cuando está todo perfecto, el problema es administrar los egos del plantel o las disputas políticas en las internas del club. Todos tienen su problemática, no está bien que yo salga a decir cuál es, pero cuando le dije que sí a Colón, le dije que sí a las cosas buenas y a las malas. Mi objetivo es tratar de plantear las cosas y ayudar a que se mejore”.
Volviendo al tema del plantel y los objetivos, dijo que “mi misión es formar un plantel donde el titular no sea demasiado superior al que está esperando por entrar. Es fue la idea cuando salimos a buscar refuerzos. El mercado de pases en la Argentina es lento, se espera mucho, los jugadores quieren ver si hay mejores opciones y los refuerzos llegan al final de la pretemporada”.
Lavallén dijo que “por la Sudamericana, ante Argentinos, el 10 de julio jugamos en Santa Fe y el 17 la revancha. Y quizás tengamos entre el 17 y el 26, que empieza la Superliga, el partido de la Copa Argentina contra Sol de Mayo”.
Se refirió también al Pulga Rodríguez y dijo que “cuando llegué a Tucumán para dirigir a Atlético, jugaban Zampedri y Menéndez, pero la Pulga era el recambio. Desde el primer día me pareció un jugador exquisito, tiene una lectura del juego muy amplia, se da cuenta de lo que pasa en un partido y lo ve como si estuviese en la platea más alta del estadio. El vé, desde adentro, lo que otros no ven y hace todo sencillo. Luego que nos fuimos de Tucumán, tuvo mucha titularidad y éxito. Tiene 34 años, desde lo físico ya no puede dar muchas cosas, pero desde lo técnico y la comprensión del juego, es un técnico adentro de la cancha. Nuestra misión es cuidarlo”, concluyó.
12 de junio es el día indicado para que el plantel retorne a los entrenamientos.
Estigarribia, Menéndez, Lértora
Al margen de Rodrigo Aliendro, el volante de Atlético Tucumán que se dice que tiene todo arreglado para sumarse a Colón (sería la compra del pase por 900.000 dólares y la cesión de Toledo), hay un par de nombres más que se sumaron por estas horas.
Uno de ellos es el de Jonathan Menéndez, un delantero de 25 años que se inició en Chacarita y luego jugó en Sevilla de España, Talleres de Córdoba, un equipo de Qatar y actualmente se encuentra en Independiente.
Otro de los nombres que se ha mencionado es el de Federico Lértora, mediocampista de 28 años que jugó en Ferro, Godoy Cruz, Arsenal, Belgrano y Atlético Tucumán.
Mientras tanto, se sigue adelante con la negociación para renovar con Matías Fritzler y Emanuel Olivera, entre otros, mientras que se le hizo una propuesta a Marcelo Estigarribia, que es un jugador que está hace dos años en el club y con un contrato en dólares.
Todavía no se sabe cuál será el futuro del zaguero Andrés Cadavid, con contrato vigente en Colón por dos años más y con un interés concreto de Independiente de Medellín por llevárselo de vuelta a Colombia.
Llamó la atención también las palabras de Lavallén respecto del uruguayo Burián. Su contrato con el club está vigente, pero el técnico señaló que “voy a buscar refuerzos en todas las líneas, incluido en el arco”. ¿Lo dirá porque quiere traer a alguien de experiencia y no quedarse con los chicos del club como alternativa o porque se va Burián?
“Este es un equipo que, ante la adversidad, tenía un recuerdo del mal momento que llevaba a complicar el partido, por eso incorporamos gente para trabajar mucho la cabeza del jugador. Los coaching nos ayudaron mucho en estos momentos de dudas”. Pablo Lavallén entrenador de Colón
2 sustituciones se pueden hacer, para la fase que sigue de la Sudamericana, de la lista que fue presentada a principios de año y modificada, con los ingresos de Leguizamón y Pierotti, para el choque con River de Uruguay. Esto deberá ser tenido en cuenta a la hora de reformular el plantel.
“Hablamos con el presidente de reforzar con un mínimo de 4 o 5 jugadores y un máximo de 7 u 8”. Pablo Lavallén, entrenador de Colón