-Quiero que me den el pase, me quiero ir al selectivo de All Boys, tengo una prueba y quiero aprovecharla...
Cuando el hincha de Colón habla de Vigo, lo hace por los dólares que entraron pero no por el espacio que dejó adentro de la cancha. Su reemplazante está haciendo que su ausencia no se note.
-Quiero que me den el pase, me quiero ir al selectivo de All Boys, tengo una prueba y quiero aprovecharla...
-¡Vos estás loco!... De acá no te vas... Vos tenés que quedarte en Colón y triunfar en Colón, condiciones no te faltan...
-Entonces, no vengo más...
(Un mes después) -¿Recapacitaste?, ¿vas a volver con nosotros?... ¿Sí?... Me parece bárbaro... Vení y vas a jugar en Liga... Pero de "3".
-¿Por qué?
-Porque del otro lado lo tenemos a Villalba y la está rompiendo, ¿ok?...
La charla fue más o menos así. De un lado, Eric Meza, el pibe que a los 9 años llegó a Colón, que el 8 de abril cumplirá 22 años, que en algún momento peleó en inferiores "palo y palo" el puesto con Vigo (del que se hizo amigo) y que en enero le hicieron el primer contrato. Del otro, Miguel Robledo, el querido "Chueco", un gran formador y mejor persona, un tipo que deja jirones de vida en Colón. ¿Qué pasó?, que Meza jugó muy bien de "3", siguió en Colón y ahora, todos hablan del dinero que entró por la salida de Vigo a River, pero no porque ese lugar no esté bien cubierto adentro de la cancha.
"No sabés lo feliz que me pone lo del 'Loco' Meza. El otro día vino a saludarme y le recordé aquél momento", dice con felicidad el "Chueco". "Y lo de Garcés no me sorprende para nada. Ese chico era profesional antes de serlo, cuidadoso en todos los aspectos y con un muy buen acompañamiento desde su casa", remarca alguien que lo conoce desde que acunaba sueños de gloria en el predio, viendo desde afuera ese lugar que hoy pisa desde adentro.
El "Loco" Meza apareció armando el contragolpe y le dio el pase al Pulga para que defina con una calidad extraordinaria -y de zurda- por arriba de un obelisco como Andújar. No es la primera vez que participa en algún gol de Colón. Ya pasó en otros partidos y seguirá pasando. Ha crecido al amparo del equipo, cumpliendo una función sacrificada y de gran exigencia desde lo táctico. Ayudó defensivamente (como lo hizo muy bien Piovi del otro lado) y se esmeró por capitalizar esos espacios que abría Estudiantes y que resultaban una tentación para que Colón liquide y justifique un triunfo muy cotizado y festejado, más allá de la deslumbrante actuación del Pulga.