El arbitraje de Merlos, altamente perjudicial para Colón, no sacó de contexto la actuación del equipo. La desfocalizó. Y también las declaraciones que hizo luego Eduardo Domínguez, respecto al sistema. El técnico sabalero, que hizo a tiempo un cambio que fue correcto y superador para el equipo, señaló que "seguimos jugando igual, no cambiamos el sistema". Y el sólo hecho de sacar un defensor nato (Olivera) para colocar a un delantero nato (Morelo), automáticamente implica un cambio en el sistema. Puede ser que no haya alterado el funcionamiento defensivo, porque Lértora fue a jugar al fondo y se corrió Bianchi un poco más a la derecha. Pero Colón pasó a jugar con un volante de enlace como Bernardi y dos delanteros. O con dos enganches (si al Pulga se lo vincula un poco más con el armado del juego como lo viene haciendo de manera sistemática en los últimos tiempos) y un delantero.
En definitiva, coincidencia o no con Domínguez, es un aspecto secundario. Lo que importa es que el equipo mejoró. Porque si bien Colón había jugado aceptablemente el primer tiempo y perdía injustamente, sin merecerlo, en el segundo tiempo hubo un cambio de postura importante, que incluyó no sólo una mayor presencia ofensiva con Morelo, sino también un adelantamiento masivo del resto.
Tenés que leerMerlos: un arbitraje vergonzosoYa Colón dejó de depender de los desprendimientos de Rodrigo Aliendro, que sabe y hace muy bien el trabajo de "romper" la línea defensiva del rival en la mitad de la cancha para aparecer detrás de los volantes y complicando a los defensores, sino porque Vigo ya decididamente ganó en el duelo con Bruno Pittón, que había sido bastante repartido en el primer tiempo, Escobar siguió aportando lo suyo por el otro costado y el Pulga y Morelo, con los dos golazos que marcaron, dieron vuelta el resultado.
También cambió la actitud, algo en lo que el equipo falló ante Gimnasia. En ese partido hubo levedad y mal juego, síntomas fatales que lo llevaron a una caida segura. Acá fue diferente y el salto de calidad que se dio, en todos los rubros, resultó clave para que aparezca un Colón emparentado con los mejores momentos futbolísticos, sobre todo en el segundo tiempo.
Tenés que leerVideo: las polémicas del partido de Colón contra San LorenzoDomínguez habló de la necesidad de ir en búsqueda del partido porque el resultado, en el primer tiempo, favorecía a San Lorenzo. Es decir, admite que el equipo fue más ofensivo y arriesgó en el segundo. Pero la propuesta del primero no se cuestiona. A veces sumando gente y en otras no tanto, lo que se vio fue un equipo que buscó manejar el partido en la mitad de la cancha y que no se desesperó ante la pretensión del rival de invitarlo a salir cuando se había puesto en ventaja con el gol de Pittón, La idea se mantuvo en todo el primer tiempo y se basó en el orden, pero también en la utilización del factor sorpresa con la subida de los marcadores de punta y el ya apuntado trabajo de Aliendro para desprenderse de la zona de volantes (que compartió con Góez, de buen trabajo y Lértora) y aparecer en los espacios que dejaba vacíos San Lorenzo entre su mediocampo y defensa.
Así como Soso, el entrenador de San Lorenzo, asumió su error de demorar en demasía los cambios cuando se veía venir el embate de Colón para dar vuelta el partido, también habrá que decir que Domínguez metió a tiempo una variante que fue fundamental, tanto en el hombre que entró (Morelo) como en la disposición diferente que tuvo el equipo en el segundo tiempo, que cambió de dueño en cuanto a la pertenencia del terreno y la pelota. Ya no fue más de San Lorenzo (que tampoco había sido superior en el primer tiempo) y empezó a ser de Colón, que acumuló mayores méritos en el balance final del partido como para merecer otra cosa.
Tenés que leerEduardo Domínguez: "Es difícil jugar contra las corporaciones" Inevitablemente, en esto último, volvemos a desembocar en el pésimo trabajo de Merlos. Siempre en la intención de ser lo suficientemente imparcial para ver la realidad desde otro plano, se llega a lo mismo. A veces, un árbitro puede tener una mala noche como cualquiera y equivocándose para los dos lados. Merlos, el sábado, se equivocó siempre para el mismo lado. La jugada del cierre del partido, cortando un avance de San Lorenzo que llevaba peligro, fue, sin ningún lugar a dudas, "la excepción que confirmó la regla". Y la regla fue muy clara: Merlos resultó un protagonista decisivo y perjudicial para Colón.