(Enviado Especial a Mendoza)
Gorosito se vio sorprendido cuando, en el vestuario visitante del Malvinas Argentinas, se le comentó el nombre del volante ofensivo que viene de Atlético Tucumán.
(Enviado Especial a Mendoza)
Le dicen Mago a Braian Alejandro Guille, este volante ofensivo de 26 años que viene de jugar en Atlético Tucumán y que ya estuvo en el radar de Colón en enero, cuando al equipo lo dirigía Saralegui y estuvo cerca de sumarse, cosa que no ocurrió. Braian Guille se suma en estas horas al plantel en Buenos Aires y se convierte en el noveno refuerzo del plantel (el octavo fue Más), poniéndole punto final (se cree) a este ajetreado mercado de pases sabalero.
“No tengo idea”, dijo Gorosito en el vestuario del Malvinas Argentinas cuando se le preguntó por Guille. ¿Y entonces?, evidentemente, se trata de un jugador que no viene de la mano o por pedido del técnico, como en realidad no ha venido ninguno de los jugadores que llegó al club en este mercado, aunque todos contaron con su visto bueno y a varios de ellos los conoce de sobra porque los dirigió, caso Ruben Botta.
“Yo pedí a Rolón, a Sández y a Agustín Cardozo”, le confió Pipo a El Litoral cuando se lo consultó en la cancha de Independiente respecto de los jugadores que él pretendió. “El club es dueño de traer lo que entienda que puede ser útil, yo soy empleado y mi deber es entrenarlos”, señaló el técnico, que está viendo que esos jugadores que el club eligió (insisto, con su consentimiento), le están sirviendo.
Acá está claro que en este mercado sabalero hay un protagonista excluyente: Miguel Abbondandolo. Guille llega a través de él, como lo hicieron la mayoría de los jugadores (o casi todos). Su relación con Colón es, cuánto menos, sorpresiva y curiosa. De ser ex vicepresidente de Atlético Tucumán, pasó a ser “manager” de Colón. O algo que se le parezca. Se movió bien, rápido y con muchos contactos, por lo que se pudo apreciar. El dinero de Farías le ha dado –al club- el desahogo económico suficiente para que se pueda jerarquizar un plantel que estaba muy venido a menos. Y con una peligrosa pérdida de calidad.