Diego Osella confirmó este viernes que hará tres cambios para visitar a Defensa y Justicia. Reaparece Fritzler como titular —algo que hace bastante no se da—, para sumarse a la contención al lado de Lértora; también vuelve Bernardi, con el objetivo de brindarle dinámica al mediocampo y la tercera modificación se veía venir: la titularidad para Lucas Viatri, en reemplazo del colombiano Morelo.
¿Sorprende alguno de estos retoques?, quizás el de Fritzler, pues desde el instante en que Bernardi se ha recuperado de la molestia que tuvo en el reinicio de la Superliga, era un jugador a tener en cuenta. Osella quiso traer algún jugador que tenga dinámica, explosión, cambio de ritmo. Sumó apenas un mediocampista —Doffo— y basó la búsqueda de las nuevas incorporaciones en el sector defensivo y ofensivo. Algo que también era lógico de esperar, teniendo en cuenta que Colón era el equipo más goleado de la Superliga, después de Godoy Cruz y que en los últimos tiempos, con la “pólvora mojada” del Pulga Rodríguez, también se había quedado sin eficacia ofensiva.
Tenés que leerColón debe sumar para asegurarse no quedar en zona de descensoNo cambiará el esquema y apostará al 4-4-2 que ya usó en el partido contra Banfield. La gran pregunta pasa por saber cuál será la estrategia. ¿Salir a jugar un partido más bien defensivo, priorizando el orden y atacando de contragolpe, como en Santiago del Estero?, ¿o ser un poco más agresivo y tratar de sorprender al rival como lo hizo en los primeros 15 minutos ante Banfield?
Es posible que Osella intente un término medio. Por lo pronto, pone otro “5” para que ayude a Lértora en la contención. Esto posiblemente le otorgue libertades a Estigarribia y a Bernardi, que serán los volantes de más juego y creación, para acompañar al Pulga y a Viatri, cuya titularidad “se caía de maduro”.
Ese término medio de Osella también tiene que ver con los rigores de la temperatura: el partido se va a jugar a plena tarde, con un sol —si hay a la vista— que caerá a pleno y esto también hay que tenerlo en cuenta a esta altura del año, sobre todo en un equipo que por allí no es tan liviano ni juvenil como el de Colón.
Pero Osella confía en la experiencia de los más grandes y en eso que pueden contribuir con ese aplomo que sólamente pueden exhibir aquellos que están acostumbrados a este tipo de situaciones. Hoy Colón ha perdido aquél encanto que tuvo hasta el 9 de noviembre del año pasado. La realidad lo muestra totalmente desacreditado en el promedio, habiendo perdido 7 de los últimos 8 partidos y con casi un año que no saca ni un solo punto como visitante (el último lo logró en marzo de 2019 ante Talleres en Córdoba, con Comesaña de entrenador).
Recuperar la confianza es un objetivo en sí mismo. Y eso se consigue con un buen resultado, que tranquilamente también puede ser un empate. Osella ha conseguido una leve mejoría, pero mejoría al fin, el domingo pasado ante el Banfield de Falcioni. No le alcanzó para lograr un punto, al menos, pero la derrota con el gol de Lenis fue injusta. Fue un punto de partida, sobre todo si se rescata la buena actitud que tuvo el equipo en el cuarto de hora inicial, lo mejor de Colón en los últimos tiempos.
Defensa y Justicia es un equipo que alterna su interés por esta Superliga con la preparación, mental y futbolística, para jugar la Libertadores. Con Crespo de entrenador, priorizará el buen juego, algo que lo viene distinguiendo desde hace tiempo. Almirón, Vojvoda, Beccacece, el mismo Sozo, más allá de su intempestiva renuncia, fueron entrenadores que le dieron un esquema de juego ofensivo. La elección de Crespo ha sido la correcta en ese afán por continuar detrás de una determinada línea de juego. Se fueron jugadores importantes, pero también llegaron otros para darle un potencial interesante a este equipo que arrancó bien el año: goleó a Talleres de local y empató con Atlético Tucumán en el Jardín de la República.
Sumar y recuperar confianza son los grandes objetivos que lleva Colón a Florencio Varela. No será sencillo, pero le vendría muy bien teniendo en cuenta que luego deberá afrontar una seguidilla complicada hasta el final de la Superliga (que no define el descenso porque restarán 11 partidos de la Copa de la Superliga), cuando reciba a Racing, visite a Newell’s, juegue como local ante Boca y viaje a Córdoba para jugar ante Talleres.