-Pablo Vico, vos que sos un emblema en este club, ¿me podés decir exactamente cuánto mide la cancha?
Colón llegó más preparado de lo que muchos pensaban a jugar un partido al que Delfino jamás lo subestimó: hizo entrenar a los jugadores, en la semana, achicando el campo de juego en el predio para adaptarlo a las medidas reducidas de la cancha de Brown.
-Pablo Vico, vos que sos un emblema en este club, ¿me podés decir exactamente cuánto mide la cancha?
-¡Otra vez ustedes, los santafesinos, con el asunto de las medidas de la cancha…! Es más chica. Mide 98 metros de largo por 54 de ancho… Pero te digo una cosa, siempre fue una cancha que estuvo bien, el piso es bueno. Lo que pasa es que no sé bien por qué motivo ahora no se la ve con ese verde tan bueno que antes tenía…
Al entrenador record de Brown de Adrogué no le gustó demasiado que le preguntemos por las medidas de la cancha. Pero son sensiblemente inferiores a las normales. No se nota tanto en el largo (posiblemente las de Olimpo o Atlético de Rafaela sean más cortas), sino en el ancho. ¡Tiene 16 metros menos que la medida normal de 70 metros! Por lo tanto, el partido se desarrolla bajo parámetros futbolísticos diferentes. Y esto fue lo que tuvo en cuenta un gran conocedor de la categoría como Iván Delfino. ¿Qué hizo?, entrenó durante la semana en dimensiones reducidas. Literalmente, “achicó” una de las canchas del predio 4 de Junio para que los jugadores se adapten a las medidas de la cancha de Brown y a un partido que se iba a desarrollar de esa manera: 1) pocos espacios; 2) mucho roce; 3) mucho juego aéreo; 4) nada de salir jugando por abajo desde el fondo; 5) mucho aprovechamiento de rebotes y segundas pelotas.
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El alerta amarillo se prendió a principios de semana. Paolo Goltz fue una gran duda, pero tomó la decisión de pedirle al técnico que no lo baje de los convocados para viajar y probar antes de empezar el calentamiento precompetitivo con el resto de sus compañeros. Y así lo charló con El Litoral:
-¿Estuviste en duda, Paolo?
-Esta semana no entrené, tuve dudas hasta el día de hoy, probé, jugué y me sentí bien, no tuvimos tanta participación con pelota en el pie y eso me ayudó un poco. Me banqué todo el partido porque lo único que tuve que hacer es marcar.
-¿Pensabas que no ibas a aguantar los 90 minutos?
-Delfino me preguntó un par de veces y yo quiero estar siempre adentro de la cancha, así que no sólo le pedí de viajar, sino que también le señalé durante el partido que estaba bien.
-¿Sabían que el partido iba a darse como se dio?
-Creo que en estos partidos hay muchas jugadas en las áreas, con muchos rebotes. Y dejar la pelota corta es dejarla cerca del área y para que pateen al arco. Nuestros delanteros estuvieron muy finos y por eso sacamos ventaja.
-Con tanta experiencia que tenés, ¿notás que hay un compromiso distinto para sacar esto adelante?
-Nos autoexigimos y lo entendemos de la misma manera, que si hay un grito o un reto es para mejorar y no para reprocharse.
-¿Te costó adaptarte a vos, que venís de jugar casi siempre en Primera?
-Vengo de 16 años seguidos en Primera, pero antes estuve cuatro años en la Primera Nacional. Es distinto, los árbitros lo ven de otra manera, pero es fútbol, juegan once contra once y hay que imponer el mejor juego de cada uno. Contra Morón jugamos en una cancha con mucha agua, algo que en Primera no suele ocurrir. Y lo sacamos adelante. Y vos ya viste lo que pasó hoy en esta cancha tan chica.
-Tres partidos sin que les conviertan goles. ¿Significa algo?
-Tenemos mucha ayuda de los delanteros. Ellos defienden, bajan hasta la mitad de la cancha y hay otra cosa que no puedo dejar pasar por alto: estamos muy bien físicamente y eso nos lleva a aguantar muy bien todos los partidos.
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Hay algo que resulta inentendible para un fútbol profesional. Aún respetando la condición humilde de algunas instituciones que, con mucho esfuerzo y carencias, pero también con virtudes, logran subsistir en una categoría importante como es la del ascenso a Primera, lo que cuesta admitir es que no tengan pelotas medianamente nuevas o en condiciones. Las pelotas con las que se jugó el partido estaban en un estado de aspecto deplorable y llamó poderosamente la atención, sumando un problema más que Colón supo disimular con su efectiva actuación. Afa provee las pelotas y hay que comprarlas. No se pretende que en todos los partidos haya balones nuevos, pero no se puede admitir que estén en un estado tan lamentable como se observaron los utilizados en el partido de este domingo. ¿Habrá sido a propósito para meterle otro problema más a Colón?
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Algunos hinchas de Colón miraban de reojo, al principio, la labor de Manuel Vicentini. Sin embargo, el arquero de Colón nunca tuvo una actuación que lo pusiera en el ojo de la tormenta y, por el contrario, ataja con aplomo e irradia mucha confianza.
-¿Cómo se sobrelleva esta presión de estar arriba en un torneo tan largo y sabiendo que nada se consigue hasta ese partido decisivo con el primero de la otra zona?
-Hay que desgastar a los perseguidores, y lo mejor, para lograrlo, es ganando. Mientras tengamos este nivel y esta intensidad, iremos bien. Ganar de visitante es positivo, porque de local venimos muy bien.
-Un partido como éste y en esta cancha, ¿te exige una preparación especial?
-Cualquier rechazo que caiga a las espaldas de los centrales se convierte en una opción de gol. Es como un reducido de 90 minutos. La base de la victoria, entiendo, fue abrir rápidamente el partido.
-¿Te complicó alguna jugada?
-Hay un tiro libre en la última jugada del primer tiempo, cuando el ‘9’ se eleva y su cabezazo pasa cerca del palo izquierdo. Si ellos convertían, terminábamos 3 a 1 el primer tiempo y quizás la historia cambiaba porque son goles sicológicos. Sabíamos que en una cancha chica, ellos iban a tirar centros.
-Los hinchas de Colón tienen la ansiedad de pretender que esto termine rápido y lograr la vuelta a Primera. ¿Y ustedes?
-Es muy largo el torneo, a veces un empate sin merecerlo parece que no cuenta y, en realidad, cuenta. Si todo va bien y llegás arriba a la última de las 38 fechas, hay que jugar una final y esa ansiedad se puede tener en ese partido, pero lo que importa es llegar lo mejor posible.
-¿Y cómo ves eso de, quizás, ser el equipo con mayor puntaje pero que puede quedarse sin nada por jugar una final?
-Lo veo injusto, porque son 38 fechas, podés tener una regularidad, constancia y se define todo en 90 minutos. Son las reglas de juego y hay que hacerle frente a la situación.
-¿Por qué Colón se convirtió en un equipo tan destructor en los primeros tiempos?
- Porque somos muy intensos, y si estamos derecho con el arco y la podemos meter, nos ponemos en ventaja. Fijáte que en los primeros tiempos tuvimos tres o cuatro situaciones siempre. Pero además, en el segundo tiempo, yendo ganando el partido, también seguimos creando situaciones porque hay más espacios. Hoy pasó eso y logramos un gol más. Y en Santiago del Estero, que ganábamos 2 a 0 el primer tiempo y terminamos 2 a 2, en el segundo tiempo tuvimos muchas chances para convertir y un penal que erramos en la última jugada.
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Otra particularidad muy especial en Brown: uno de los integrantes de la barra, es el utilero del club. Reparte la ropa, ordena todo y luego, por lo visto, se va a la tribuna a alentar al equipo. Todo es muy familiar y tiene particularidades especiales, como por ejemplo contar con un entrenador (Pablo Vico) que lleva 15 años ininterrumpidos como técnico, vive en el club, el bar lleva su nombre y la tribuna principal también. “Brown no me va a echar, pero cuando yo sienta que le estoy haciendo daño a esto (y se golpea el pecho a la altura del escudo), daré un paso al costado porque no me permito hacerle algo malo a este club”, contó Vico a El Litoral.
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