Martes 17.5.2022
/Última actualización 18:41
En ese juego de amores cruzados entre Marcelo Gallardo y Eduardo Rodrigo Domínguez, con Juan Luis Berros (agente FIFA de los dos) metido en el medio, siempre fueron y vinieron jugadores. Para allá, por ejemplo, la venta pandémicamete importante de Álex Vigo: dos millones de dólares por la mitad de la ficha cuando nadie le vendía nada a nadie en el mercado argento. Para acá, el propio hijo del "Muñeco", Cristian Ferreira y el "Vikingo" Lucas Beltrán.
En cuanto a Beltrán, dicen que la charla inicial arrancó por Benjamín Rolheiser y finamente derivó en el "Gordo" (así le dicen cariñosamente sus familiares y amigos a Beltrán).
Sus números silenciosos en el Mundo Colón son tan contundentes como sus corridas sin final, ejerciendo presión contra defensores rivales: 6 goles en 19 partidos como titular con la sangre y luto. En total, más de 30 planillas firmadas.
Lo cierto es que, ante la salida de Julián Álvarez y la sequía "millonaria", River se encuentra con un regalito impensado: si bien se firmó el préstamo (de club a club, generoso el ahora presidente Brito con con su amigo Vignatti) hasta diciembre de este año, hay una ventana al 30 de junio que le permite a River Plate recuperarlo.
Lo raro de este caso, a diferencia del de Enzo Fernández cuando River cortó antes de tiempo el préstamo con Defensa y Justicia, es que la cláusula de salida la "empujó" la agencia FIFA que maneja a Beltrán. Colón, que no pagó un peso por el préstamo, dijo sí: no le quedaba otra. Ahora todo cambió en Aruba: River eliminado, Julián vendido, Suárez lesionado y sequía para todos. Conclusión: Gallardo lo quiere al "9" de Colón en esta ventana de invierno.
El contrato, firmado por las partes, dice que "Lucas Beltrán podrá interrumpir su vínculo con Colón el 30 de junio de 2022 y River se obligará a darle el cinco (5) por ciento de una transferencia posterior, con límite al verano del 2023". Ahí surge clarito el espíritu de la cláusula: se la incluyó pensando en una chance del exterior y no en la vuelta a River.
El tema es que el contrato, con fecha de repesca al 30 de junio, quedó a contramano de todo y de todos. Por ejemplo, si se debiera esperar hasta el 30 de junio y el jugador se quedara hasta el límite firmado con Colón, se perdería las cinco (5) primeras fechas del nuevo campeonato con River, recordando que el segundo semestre inicia el domingo 5 de junio y que el miércoles 15 de junio ya hay fecha de entre-semana (la número 3).
Y lo que es peor aún, si se respeta lo firmado, jugaría el partido de ida de la Copa Libertadores/Copa Sudamericana con Colón (es a finales de junio), pero no jugaría la revancha con los sabaleros (es en julio) y se perdería de jugar el torneo Conmebol con la camiseta de River.
Por toda esta ensaladera de fechas y competiciones, es que River ya negocia con Colón: Vignatti sabe que su amigo Brito ejecutará la ventana de salida y que lo necesita a Lucas Beltrán en River después que juegue el miércoles que viene (25 de mayo) contra Peñarol de Montevideo en el Campeón del Siglo.
En concreto, River lo necesita a Beltrán en Núñez un mes antes de lo que dice el contrato. Las relaciones, de club a club y de presidente a presidente (Brito y Vignatti, con Aldave, armaron la brillante operación Alemania con Lucas Alario), son excelentes.
Conclusión: River Plate sabe que, a pesar de no estar escrito ni firmado, debe indemnizar con "algo" a Colón. El primer nombre que surgió es el de Brian Romero y el presidente Vignatti ya hizo el pedido formal. Por ahora, no hay respuestas. La oferta es clara: sin cargo hasta el 31 de diciembre como llegó Beltrán y Colón haciendo tope salarial en lo que hoy cobra el "Vikingo". Todo lo otro, a cargo de River.