La confusión de afuera se trasladó a la cancha en Colón
El "Sabalero" cayó 1 a 0 ante Huracán en el Brigadier López. Jugó mal en el primer tiempo y levantó algo en el segundo, pero no alcanzó. Farías desperdició un penal en el complemento.
Colón sufrió una nueva derrota en la Liga Profesional y sumó otra mueca de preocupación a un presente confuso, en el que las definiciones se dilatan y las pocas que llegan parecen atentar contra sus propios intereses. A un flojo arranque del torneo doméstico, agravado por la reciente eliminación de la Copa Argentina, ahora le añadió una caída ante Huracán por la mínima diferencia, en una actuación deslucida que fue de muy menor a algo -apenas- mayor.
En medio de una seguidilla interminable de rumores y versiones, y ante la inminente serie de octavos de final de Copa Libertadores, Colón presentó una formación alternativa para recibir al equipo de Parque Patricios. Y se notó, porque la confusión e incertidumbre que hay afuera de la cancha se trasladó al campo de juego, sobre todo en la etapa inicial.
Para colmo, Huracán se puso en ventaja en la primera ocasión que tuvo y el partido se hizo todavía más cuesta arriba. Cristaldo se escapó por la izquierda, llegó al fondo y tocó atrás para la entrada solitaria de Benjamín Garré, que fusiló a Chicco. El ex Racing, movedizo por todo el frente de ataque, complicó bastante a un fondo sabalero desacoplado en el primer cuarto de hora.
¡Apareció como 9! Benjamín Garré entró por el medio y conectó el centro de Franco Cristaldo para marcar el 1-0 de Huracán sobre Colón.#LPFxTNTSportspic.twitter.com/gDsxjq9mil
Después del gol, todo el primer tiempo se jugó a voluntad de Huracán ante la pasividad de Colón. Sin contención en el medio -donde Moschión se vio desbordado sin la colaboración de Álvarez, Farioli ni Pierotti- al sabalero le costó recuperar la pelota que fue propiedad casi siempre del “Globo”.
En cambio, las pocas veces que la tuvo, Colón evidenció una notable falta de ideas. Ni siquiera las individualidades lo salvaron, porque Álvarez se reiteró en imprecisiones y Formica prácticamente no apareció. Farías, obligado a retroceder para entrar en contacto con la pelota, pudo asociarse muy poco con Pierotti y casi nunca con Farioli, quienes se turnaron para ocupar los dos carriles.
Con un juego sencillo, Huracán siempre lució más peligroso ante una improvisada formación en la que fallaron aquellos que -se supone- deben ser rueda de auxilio para un plantel que se desarma y tampoco tuvieron una buena noche quienes vienen de atrás y necesitan mostrarse para entrar en la consideración del entrenador.
Si la visita no se fue al descanso con una ventaja mayor, fue solamente porque Chicco tuvo dos intervenciones vitales: primero tapando un cabezazo de Candia y luego una mediavuelta a quemarropa de Cóccaro.
En contrapartida, la única aproximación rojinegra -que ni siquiera alcanza para contar como situación neta de peligro- fue una corrida de Pierotti en la que el volante de Pilar quedó mano a mano con el arquero Chaves -espectador de lujo de la primera mitad- pero la pelota se le fue larga y no logró definir.
A la vuelta de los vestuarios Falcioni buscó corregir el mediocampo con el debut de Leandro Ojeda, quien ingresó en lugar de Moschión y se paró de lateral izquierdo para que se adelante Sánchez Miño. Pero en los primeros minutos el dominio siguió siendo de Huracán, que encontró en el costado derecho de la defensa sabalera campo libre para atacar y preocupar.
Colón recién se adelantó a los 10 minutos con otra buena encarada de Pierotti y un centro punzante bien despejado por Galván en la puerta del área chica cuando llegaba Farías para conectar. Los dos mencionados fueron los únicos que intentaron algo en ataque cuando al partido ya se le había consumido una hora.
Con el correr de los minutos, el trámite cambió y Colón comenzó a adueñarse de la pelota al tiempo que se adelantó tímidamente en el campo de juego. Álvarez probó de media distancia con un remate potente que Chaves resolvió sin mayores inconvenientes.
En la levantada de Colón, Farías hizo equilibrio en la línea de fondo, se internó en el área y fue derribado en un claro penal bien sancionado por Echavarría. De la ejecución se hizo cargo el propio delantero, pero el arquero Chaves le adivinó la intención y se quedó con el disparo, que no fue lo suficientemente esquinado hacia el lado izquierdo del guardameta.
Antes del penal Falcioni había mandado a la cancha a Franco Déboli y luego de esa incidencia dispuso el ingreso de Laureano Troncoso. Colón acumuló gente en ataque y le tiró el carro encima a Huracán en busca del empate, pero la tímida y leve mejoría no fue suficiente.
Con las ganas de los pibes, el repunte de Álvarez, más la constante búsqueda de Farías y Pierotti -de buena actuación durante todo el partido- Colón merodeó el área rival más aunque le faltó ser más punzante. Para colmo el “Globo”, con algo más de oficio, puso el partido en un freezer en los últimos minutos para aguantar la ventaja que construyó con méritos en la primera mitad y defendió en la segunda.
El sabalero cerró así una semana negativa. La revancha está a la vuelta de la esquina y no deja demasiado tiempo para lamentos, apenas para dar vuelta la página y meter la mente de lleno en el ámbito internacional: se viene Talleres -primero en Córdoba y luego en Santa Fe- por la serie de octavos de final de la Copa Libertadores.