(Enviado Especial a San Juan)
Aún los que no estuvieron en la tormentosa tarde de la Nueva Olla en Paraguay saben que es la segunda gran oportunidad que se presenta para lograr la primera estrella.
(Enviado Especial a San Juan)
El fútbol le está dando no sólo una revancha sino una gran oportunidad y hasta podríamos decir que le depara una sorpresa a Colón. La revancha, si nos paramos en la Sudamericana de hace dos años. La oportunidad, porque otra vez se pone de cara a lograr lo que tanto añora: pelear por una estrella. Y una sorpresa, porque hace 14 meses –o un poquito más- cuando asumió nuevamente Domínguez, el club estaba en descenso directo, todavía intentando restañar heridas de la final perdida y de un bajón futbolístico que parecía no tener fin.
San Juan, esta tierra que se destaca por el buen sol (que hizo trepar la temperatura a casi 20 grados cuando Colón arribó a esta ciudad) y el buen vino, no sólo es el epicentro del fútbol argentino en estos días, sino la cuna de los sueños de todos los sabaleros que se dejan llevar por este nuevo sueño. Y en buena ley que lo hagan.
A las 16.05 tocó tierra el vuelo que trajo al plantel de Colón a San Juan, transportando las miles de ilusiones que también se transportaron imaginariamente a esta tierra. Como decíamos desde aquí mismo, la semana pasada, cuesta dimensionar lo que sería San Juan si no estaríamos padeciendo esta pandemia que impide, por ejemplo, que Colón vuelva a demostrar su enorme capacidad de convocatoria, como ya lo hizo en incontables ocasiones y lo terminó de cristalizar en Asunción del Paraguay.
“Estamos ansiosos, con ganas de competir, para nosotros es una revancha después de lo que pasó en la Sudamericana. Las bajas que tenemos son importantes, pero este plantel ha demostrado que cualquiera puede reemplazar a cualquiera”, dijo al paso Nicolás Leguizamón, uno de los jugadores que paró cuando el plantel hizo su ingreso al hotel Villa don Tomás, ubicado en un barrio apartado del centro aunque esta ciudad es chica y las distancias no resultan considerables.
La plana mayor de la dirigencia también acompañó al plantel en el vuelo totalmente normal antes del arribo a San Juan. Vignatti, Fleming, Alonso, Darrás, Rivero, más otros directivos y algunos allegados como por ejemplo Carlos Fertonani y Matías Vidoz, entre otros, hicieron su ingreso al hotel, estableciéndose allí una burbuja que no se romperá hasta el horario de salida hacia el estadio.
Colón ya está en San Juan, mirá las fotos de nuestros enviados especiales
Las medidas de precaución han sido muy importantes en ese aspecto y una de las cuestiones, por ejemplo, es coordinar la salida del micro hacia el Bicentenario para no cruzarse con las delegaciones de Racing y Boca, que estarán jugando antes, como así también el regreso a Santa Fe.
El organigrama previsto indica que a las 23.50 de este lunes está pautada la partida del vuelo de regreso a Santa Fe, sea cuál fuere el resultado, con lo que hasta existe la posibilidad de que ni siquiera se utilice el vestuario del estadio para bañarse, vuelvan al hotel y de allí directamente al aeropuerto para el regreso a la ciudad.
Naturalmente, en el caso de ganar y volver para disputar la final, el organigrama se volverá a cumplir de la misma manera: volar a San Juan el jueves y disputar el partido el viernes a las 19, en el estadio del Bicentenario.
Al margen de lo que se pudo observar en la llegada del plantel, inclusive con simpatizantes que colgaron una bandera en la esquina del hotel –obviamente observada por todos los jugadores- la ciudad empezó a palpitar el clima futbolero desde muy temprano. Distendidos, los árbitros de los dos partidos de hoy estuvieron compartiendo la merienda y se prestaron a las fotos. Tanto Abal como Herrera preguntaron y hablaron muy bien de Gustavo Rossi, el ex árbitro internacional santafesino, con el que compartieron terna en muchísimos partidos y, por lo que pudo apreciar El Litoral, supieron construir una excelente relación.
Volviendo al partido, Gonzalo Piovi también habló y se refirió a cómo se armará el sector defensivo. “Eduardo no dio la formación, estuvimos practicando y las ausencias son importantes por lo que significan Bruno y Paolo para este plantel. Pero nos tenemos fe y vamos a poner todo de nosotros para salir adelante”, dijo el hombre que de carrilero, seguramente pasará a ocupar un lugar en la defensa.
¿Qué partido se espera?. Cerrado. Ni Domínguez ni Falcioni van a arriesgar más de la cuenta. Quizás alguno de ellos, o los dos, piensen que hay que jugar un partido “largo” e intentar definirlo en los últimos minutos. Se paran parecidos, al menos desde lo estratégico. Son dos equipos que saben esperar, que saben defender, que se agrupan bien, que cierran espacios del medio hacia atrás y que tratan de jugar con el error del rival. Independiente juega con tres delanteros, pero cuando pierde la pelota, recupera posiciones achicando del medio hacia atrás. Puede lastimar con la subida de Bustos, pero Colón también lo puede hacer con la aparición por sorpresa de Mura o de Escobar, este último “bajado” de la titularidad en su mejor momento.
Es un partido en el que el error puede ser decisivo. Un partido de dientes apretados, de expectativas poco favorables en cuanto a que sea de ida y vuelta. Claro que un gol –y si es de entrada, más todavía- puede abrirlo. Pero si las estrategias de ambos salen airosas, no se arriesgará más de la cuenta. Alguna vez, Menotti dijo que alguien debería pensar en que la lucidez del jugador puede aniquilar cualquier buena estrategia colectiva. El fútbol es un juego de equipo, pero el jugador sigue siendo lo más importante. Y quizás en la brillantez de alguno (caso el Pulga en Colón o Farías si es que Domínguez lo tiene predestinado para utilizarlo en el final del partido) pueda romper el esquema o saltar el cerco para inclinar la balanza.
¿Qué preocupa en Colón?
Si bien nadie habló de más, El Litoral pudo saber que la preocupación en Colón está apuntada a Cristian Navarro, uno de los asistentes que tendrá Diego Abal. En este juego de intereses, donde los grandes y poderosos (contra los que compite Colón en esta definición) han dejado traslucir sus pretensiones (no olvidarse de los pedidos reiterados de Blanco, el presidente de Racing para que se juegue en una fecha en la que pueda contar con Arias y Mena, los chilenos de su plantel), en Colón parece que no hay mucha simpatía con Navarro, un árbitro con el que no sólo a Colón no le fue bien, sino que a Independiente le fue muy bien.