De Paoli necesita que Colón encuentre el fútbol que extravió
El técnico está en la búsqueda de algo que hace tiempo le falta al equipo. Y a propósito, ganar de visitante es una deuda tan grande como la volver a ese nivel de juego que se perdió.
Rodolfo De Paoli, DT de Colón. Crédito: Manuel Fabatía
Está en la búsqueda De Paoli. Y si algo lo puede favorecer es que, al fin, su equipo logre reencontrarse con un triunfo de visitante. Colón necesita ganar afuera para recuperar confianza. Los triunfos en Santa Fe ayudan pero no alcanzan. El camino por el que se transita parece ir a contramano de la lógica: ganar puntos para que a partir de eso se pueda mejorar en el juego. Cuando todos sabemos que la lógica –eso que no siempre impera en el fútbol- es exactamente al revés: jugar bien para que a partir de eso se puedan tener más chances de ganar.
De Paoli viene experimentando cambios, está en eso, en tratar de encontrar el equipo y, sobre todo, el rendimiento. Como primera medida, tiene que levantar el nivel de los jugadores. Colón llegó a ser el principal protagonista del torneo porque Prediger jugaba bien (o muy bien); porque Jourdan abría la cancha por derecha, metía goles y armaba una linda sociedad con Herrera; porque Lago se había convertido en el mejor jugador de Colón y de la categoría, marcando también muchos goles; porque había una mejor respuesta de Axel Rodríguez o de Toledo; porque Talpone era el “motorcito” y figura y porque afuera había alternativas, como Sabella, Guille o Bernardi que se iban intercambiando esa posición de enganche detrás del “9”. Era otro Colón. De ese Colón –al que le agrego firmeza defensiva- no queda casi nada. Sólo la angustia de ya no ser.
A De Paoli le gusta jugar 4-3-3. ¿Tiene los jugadores para hacerlo?, no. Un 4-3-3 se podría armar a partir de Lago (que no está) y de Jourdan (que está pero en un bajísimo nivel) para que ellos sean los extremos. Intentó abrir la cancha con Guille contra Chicago, pero no le funcionó la idea de encerrarlo contra la raya. A Guille le gusta jugar suelto, igual que a Sabella y ahora también a Soñora. Bernardi hubiese sido una alternativa por derecha, pero desde hace mucho tiempo que está también para otra cosa.
Además, está muy claro que a Prediger (que viajó a Buenos Aires y con chances de jugar contra Nueva Chicago) hay que ponerle al lado a un volante que lo proteja, que lo ayude y que le corra. Prediger mantiene el orden y la capacidad, además del juego, para ser el “5” del equipo, pero necesita un jugador que lo asista físicamente como pasó con Talpone en los mejores tiempos. Entonces, al 4-3-3, aunque sea momentáneamente, hay que descartarlo. Quedan dos opciones: el 4-4-2 tradicional o volver a las fuentes del libreto de Delfino, el 4-2-3-1 que llevó a Colón a ser por varias fechas el puntero indiscutido de esta peleada zona B.
No sólo está la búsqueda del esquema, sino también de los intérpretes. Se sumó a Nicolás Fernández, que en Temperley irá al banco y no habría que descartar en absoluto que muy pronto encuentre la chance de jugar. Es un central zurdo y De Paoli entiende que este simple detalle ya lo habilita para “sumar porotos” a su haber. Más temprano que tarde, este pibe de 22 años que llegó de Estudiantes con una buena recomendación de alguien súper respetado en Colón como Eduardo Domínguez, tendrá su oportunidad.
En ese mismo camino, Garrido empieza a convencerlo para que juegue como lateral por derecha. ¿Y el volante por ese lado?, es la pregunta. La primera alternativa es la de un jugador al que se debe recuperar: Federico Jourdan. Probó con Herrera, intercambiando posiciones con Garrido como alguna vez lo hizo Chabay con Ibarra y Jorge González. El “Buche”, aquél DT que llevó a Colón a volver a jugar en Primera luego de 15 años en el ascenso, le dijo a Ibarra, que era volante: “Arrancando desde 20 metros más atrás, te vas a potenciar”. Y no le erró para nada. Se convirtió en uno de los mejores marcadores de punta del país, campeón con todo en Boca.
¿Y por izquierda?, el mismo problema. No se afirma Delgadillo, todavía no probó con Teuten (lesionado), puede ser que le sirva Farioli (al menos por el perfil), tampoco se decide por Guille y la realidad indica que, desde la salida de Lago, Colón no tiene un jugador que se instale y gane el derecho a jugar en esa posición.
Tampoco ha sido una opción la de jugar con tres atrás. Primero, porque el equipo no está trabajado para eso. Segundo, porque las veces que lo intentó, no salió como De Paoli deseaba (el partido en Salta y el primer tiempo con Morón). En este último partido, la idea no era mala: sumar otro hombre al mediocampo con el objetivo de adelantar al equipo y apretar bien arriba para inclinar la cancha. Jugar con línea de cuatro tradicional será otra de las medidas a adoptar, por más que se puedan soltar a los marcadores de punta para que aparezcan por sorpresa en ofensiva, algo que Garrido puede hacer en el caso de ganarse el puesto como marcador lateral, al que llegará, seguramente, más por convencer defensivamente al técnico que por ser una variante de ataque.
Rodolfo De Paoli, DT de Colón. Crédito: Manuel Fabatía
Arriba es el sector que tampoco está exento de esa búsqueda del técnico, aunque la fórmula elegida (Rossi-Neris) debería ser respaldada. Toledo es una buena opción –máxime en esta categoría- pero su importancia es superior cuando entra en los segundos tiempos, ya con los defensores rivales desgastados. No respondió, Toledo, de igual forma cuando jugó desde el arranque de los partidos. Ya Leguizamón y Sandoval no están, en tanto que Axel Rodríguez amagó algo que luego no concretó y ha sido uno de los tantos que vio derrumbar su nivel.
Hasta ahora, lo mejor de la era De Paoli se vio en cancha de Chicago y, sobre todo, en los 20 minutos iniciales. Antes, con Delfino, ese lapso de tiempo, ese rato de buen fútbol, alcanzaba para ganar los partidos. Hoy no. Las victorias en Santa Fe llegaron a los “ponchazos” y con un nivel de juego muy pobre. No es lo lógico, pero el fútbol –y esta categoría- lo permiten. Hay que mostrar algo más. O mucho más. Colón está en condiciones de hacerlo porque ya lo demostró.
Garrido de “4”… ¿Juega Prediger?
La práctica más esperada de la semana trajo algunas particularidades: el equipo titular hizo movimientos tácticos sin un rival enfrente, mientras que los suplentes jugaron contra el selectivo que dirige Martín Minella. En ese partido, estuvo Prediger por una razón tan sencilla como clave: querían probarlo al máximo. Y la respuesta fue positiva, con lo que viajó y tiene muchas chances de ingresar de entrada ante Temperley, este sábado a las 16.
La otra novedad estuvo en el fondo, porque Garrido fue el lateral por derecha, aunque también jugó Herrera y lo hizo como volante por ese mismo sector.
Sebastián Prediger. Crédito: Archivo El Litoral
En ese equipo titular que paró De Paoli, estuvo Forneris junto con Talpone en el sector central y Farioli se ubicó por izquierda. En la zaga, Antonini hizo dupla con Lopes, algo que estaría definido por parte de De Paoli para tratar de volver a ganar de visitante, algo que Colón no consigue desde hace más de cuatro meses.
Vicentini; Garrido, Lopes, Antonini y Castet; Herrera, Forneris, Talpone y Farioli; Neris y Rossi fueron los que hicieron la práctica táctica. En caso de entrar Prediger desde el arranque (es muy factible), la alternativa es que salga Forneris o que se corra Talpone a la derecha. Además, no habría que descartar la chance de que también tenga Guille la posibilidad de jugar.
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