Siempre se habló de las cuatro patas: técnico, dirigentes, jugadores y la gente. Se podría decir en pandemia que el último rubro (o sea los hinchas) no "pesa" por estas horas, aunque el cielo de Santa Fe parece Navidad o Fin de Año al momento de escribir estas líneas. Y no es apología de nada. Es lo que llega, en forma de ruido, de las calles y barrios de esta siempre castigada ciudad de Garay. Yo lo escribí antes: en medio de esta mierda que nos toca vivir, el fútbol le puede dar un ratito de alegría a la gente. Y eso hizo Colón con su pueblo: lo hizo olvidar que nos cagamos muriendo sin distinción: pobres, ricos; hombres, mujeres; niños, jóvenes, padres, abuelos. Desde ese punto de vista, la ronda está paga.
Parece increíble esta casualidad: los tres empleados del Club Atlético Colón que en 30 (treinta) días se quedan sin contratos (aclaro: no se asusten, los tres tienen de parte de Vignatti ofertas superadoras para ir hasta diciembre 2022), supuestamente "desocupados de lujo", fueron determinantes para que Colón juegue su primera final criolla, luego de la Sudamericana en Paraguay.
Arranco por el entrenador, EDUARDO DOMÍNGUEZ a quien se me ocurrió "bautizar", respetuosamente, como "El restaurador", porque con los mismos muebles donde antes la casa estaba oscura, fría y vieja, ahora parece Disney, Las Vegas o Caribe. Todo de Eduardo Domínguez, hizo brillar a Colón.
Tenés que leerColón derrotó a Independiente y es finalista de la Copa de la Liga ProfesionalEl "Barba", emocionado para la tele dejó tres conceptos ni bien terminó el partido: 1) "Ganamos de manera contundente". Es inobjetable y pase lo que pase el viernes, el ambiente del fútbol argentino (jugadores, DT rivales, prensa) ya lo sentenció: "El mejor equipo de la Copa fue Colón. Antes que "salten", es cierto: falta éso...ésa famosa palabrita; 2) "Creen en ellos, son grandes seres humanos". Siempre quedó claro, por su corta edad como DT (Ejemplo: jugó con Goltz, a quien hoy dirige), que Domínguez parecía un jugador más que un DT a la hora de relacionarse y manejar el vestuario; 3) "Colón se está reconstruyendo". Real: cuando el "Barba" llegó este grupo había pasado de jugar una final continental a quedar en ¡d-e-s-c-e-n-s-o! esa noche de su vuelta triunfal en Arroyito.
Las fotos de Colón e Independiente en la semifinal
Finalmente, además de meterlo en la primera final criolla (AFA/Liga) de su historia, sacó casi el 70 por ciento de los puntos desde que volvió. O sea: campaña de campeón y/o de Libertadores directamente. Ni qué hablar de los puntos para el promedio.
Sigo por el arquero, LEONARDO "CACHORRO" BURIÁN, mal rotulado como "simple atajador" en tandas de penales. Entre Talleres en Santa Fe y lo de ayer en San Juan ante Independiente, tapó seis o siete pelotas de gol, clarísimas. En esta semifinal, la de Silvio Romero en el primer tiempo y la de Roa en el complemento fueron "dos penales de cabeza a pocos metros". En calidad, esta vez, no necesitó llegar a los doce pasos. Quizás brilló menos en cantidad, pero fue salvador con guantes en los 90 minutos.
Y termino con LUIS MIGUEL "PULGA RODRÍGUEZ. El 6 de enero de 2019, con Vignatti contratando al colombo-uruguayo Julio Comesaña y gritando "es más fácil para un club como Colón ganar la Sudamericana que el torneo de AFA", el bombazo de mercado hacía ruido al lado del Salado. El Sabalero le "afanaba" a los tucumanos de Atlético su ídolo máximo.
Tenés que leerUna nueva final en el horizonte sabaleroVamos a los números contundentes y obscenos, a los 36 años del nacido en Simoca:
6 goles cuando era AFA en 26 partidos
4 goles en copas nacionales (Copa Maradona, Copa Argentina, Copa de la Liga) en 25 juegos
4 goles en Copas Conmebol en 10 partidos
Lo que no marcan las estadísticas es que se despachó con muchos GOLAZOS, de facturas técnicas increíbles (cada hincha elige el que quiere)
Pero, además, hay un dato exclusivo del tucumano: en dos años de vida futbolera en Santa Fe lo puso a Colón en dos finales. Es líder, capitán, voz del vestuario y como me decía el otro día Facu Farías en la exclusiva: "Es ejemplo, siempre llega primero a cada entrenamiento. Y si tiene una molestia, viene igual. Es el camino de todos nosotros".
Ese "saltito" de penal que patentó en Colón esconde todo un mensaje. Del pasado, del presente y futuro. Mirando para atrás, en ese mano a mano con El Litoral de repercusión nacional del mes de enero, el "Pulga" me dijo a modo de lamento: "No hice el saltito contra Pinos, porque la cancha en La Olla era una laguna, la pelota estaba mojada y mi idea fue asegurar".
Para presente y futuro, ese "saltito" de Luis Miguel Rodríguez es el verdadero "salto de calidad de Colón de Santa Fe". Lo que el club no pudo con los mejores entrenadores de Argentina (Basile, Martino, Bauza) o de Sudamérica (Maturana, Fosati, Comesaña) en los años de Vignatti/Darrás/Vignatti lo consiguió con este tucumano de apenas 1.67 metros y 70 kilos que ya es "gigante" con la 10 de Colón en la espalda y los deditos del "Hombre Araña" para su hijo en cada festejo de gol.
En ese enero caliente de este año acordó un "pacto para vivir" con el dirigente que cambió el curso de la historia en Colón de Santa Fe: José Néstor Vignatti. Firmó, esta vez, los premios en un "papelito" y no hubo confusiones ni nada por el estilo. Lideró el vestuario, en silencio, de Colón para adentro. Y lideró al equipo en la cancha de Colón para afuera, con las luces de la TV que siempre lo elige figura y lo busca para una entrevista.
Ese "saltito del Pulga", en cada penal, se transformó en el esperado, demorado y soñado SALTO DE CALIDAD DE COLÓN DE SANTA FE. Dos finales, de su mano (en realidad de sus pies), en dos años.
Le faltan apenas 90 minutos para tener doble ciudadanía: tucumano-santafesino. El final de la más linda novela de amor futbolero y sabalero es todo tuyo "Pulga". La historia rojinegra te guarda, este viernes a las 19 en San Juan, el mejor lugar de un Planeta llamado COLÓN.